Juampe, tome el mando

El nuevo entrenador de la Real Balompédica, Manolo Ruiz, parece decidido a entregarle la manija del juego de su equipo a uno de los futbolistas que acabó 2015 más en forma, el tarifeño Juan Pedro Rico Juanmpe. Ésa fue la principal novedad que introdujo el jerezano en su primer ensayo general, un multipartidillo contra el filial en el que el técnico no dejó de dar instrucciones a sus hombres para hacerles llegar el mensaje de cómo quiere que jueguen. De sus orientaciones se deduce que valora de manera especial el orden y el buen trato al balón.

Ruiz, consciente de que el calendario del mes de enero amenaza con constituirse en una trampa, parece intentar la cuadratura del círculo y convencido de que los cuatro jugadores de banda componen de largo la mejor línea de la plantilla, articula fórmulas para poder juntarlos a todos en el once. La receta -al menos la ensayada- es que José Ranón y Zamorano lo hagan en los costados de la medular, Mauri como media punta... y Juampe sea el jefe de operaciones formando el pivote junto al capitán Ismael Chico.

En su verificación de sensaciones del pasado jueves, con tres partidillos de 30 minutos frente al filial, el nuevo míster conformó una alineación que se asemeja sospechosamente a la que puede iniciar el encuentro frente al UCAM de mañana (17:00), aunque, como es lógico, la última palabra se la reserva el jerezano a la vista de la valoración que hiciese de dicho examen.

En ese primer equipo el míster entregó la titularidad a Lolo Soler (que da la sensación de que es el portero por el que está decidido a apostar, aunque no deja de ser una especulación) en el marco; Manu Palancar, Joe, Olmo y Manuel León en defensa; Zamorano, Ismael Chico, Juampe y José Ramón en la línea de creación, con Mauri desempeñando las funciones de segundo delantero y Espinar, la de referente ofensivo.

Entre otros muchos apartados que llaman la atención en el novedoso libro de ruta impuesto por el técnico destaca la presión que ejercen los jugadores más ofensivos sobre la defensa rival después de pérdida de balón, la profundidad de los laterales (muy especialmente de Manu Palancar, que se ha prodigado poquísimo en ese apartado en la presente andadura) y la insistencia en desplazar el esférico con acciones asociativas, renunciando como principio al balonazo en largo excepto en situaciones de máximo riesgo.