Ghiggia deja su huella en Maracaná
Brasil homenajea al autor del tanto del triunfo (2-1) de Uruguay en la gran final del Mundial de 1950
Casi seis décadas después del histórico Maracanazo, Brasil homenajeó ayer a su verdugo, Alcides Ghiggia, el autor del gol que selló la victoria de Uruguay por 2-1 sobre los anfitriones en la final del Mundial de fútbol de 1950 y aseguró el segundo título de la Celeste Olímpica.
Acompañado a cada paso por un equipo de la televisión alemana, que realiza un programa documental sobre fútbol, el ex futbolista uruguayo, de 83 años, se convirtió en el centésimo deportista en dejar las huellas de sus piés en el Paseo de la Fama del estadio Maracaná, en Río de Janeiro. "Jamás pensé que recibiría un homenaje en Maracaná. Agradezco sinceramente al público su apoyo y le deseo muchas felicidades en el Año Nuevo. ¡Viva Brasil!", afirmó Ghiggia, aplaudido con entusiasmo por las personas presentes en la ceremonia.
Las huellas del uruguayo son vecinas a otras grandes estrellas del balompié mundial, entre ellas el portugués Eusebio, uno de los seis extranjeros homenajeados en el Paseo de la Fama del estadio de fútbol más conocido del planeta. Los otros extranjeros con huellas en el Maracaná son el Kaiser alemán Franz Beckenbauer, el chileno Elías Figueroa, el paraguayo Julio César Romero Romerito y el ídolo serbio del actual equipo de Flamengo, Dejan Petkovic.
El Maracaná, que a partir del año próximo será cerrado para una reforma de modernización con miras al Mundial de fútbol de Brasil 2014, había sido recién inaugurado en ese 26 de julio de 1950, cuando un público estimado en casi 200.000 personas se hundió en tristeza al ver sepultado el sueño de conquistar su primer Mundial de fútbol a raíz del tanto anotado por Ghiggia a los 80 minutos de juego. "Sólo tres personas lograron callar Maracaná: el Papa, Frank Sinatra y yo", dijo alguna vez el uruguayo, al recordar esa jornada histórica para el fútbol mundial que destrozó el corazón de los brasileños y fue el gran momento de júbilo de la Celeste Olímpica, que no ha logrado revivir ese momento de gloria.
Considerado como el más grande jugador de la historia del equipo de Peñarol, con el que conquistó tres títulos del campeonato uruguayo en un período de cinco años, Ghiggia también brilló en Italia, cuando actuó en el Milan, donde estaba su compatriota Schiaffino, y llegó a vestir la camiseta azzurra durante las eliminatorias del Mundial de Suecia 1958.
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