Una Dulcinea de La Granja que luce el baile flamenco por el mundo

Noelia Sabarea, nombre artístico que le puso la dueña de un antiguo pub de la comarca al unir sus dos apellidos, Sánchez y Barea, no para. Su hiperactividad artística llega a casi todos los continentes. De la algecireña barriada de La Granja a Inglaterra, Noruega, Estados Unidos, Japón... El próximo 20 de mayo, en la Bienal de Málaga, estrena su próximo espectáculo, con la coreografía y la dirección de Javier Latorre y en la que protagoniza a las mujeres más importantes de la obra de Miguel de Cervantes.

La bailaora y coreógrafa de Algeciras se emocionó cuando la invitaron a bailar en la última edición de la Palma de Plata, cumpliendo así un sueño de niña y a pesar de haber actuado en Nueva York, triunfado en Jerez y de ser "famosa" en muchos puntos del extranjero. Las tres cuentas de Facebook que tiene, porque ya ha agotado el cupo de amistad en ellas y que en parte le gestionan, da una idea a los profanos en el flamenco de la dimensión de Noelia Sabarea.

Comenzó a bailar con seis años en las clases de sevillana de su tío Manolo Barea. "A los doce ya daba clases", recuerda Noelia que defiende que "el flamenco se hace, no tiene que nacerse con esto". Algo de lo que se siente un ejemplo porque en su familia nadie se ha dedicado a ello y se considera autodidacta.

El baile es mucho más que su pasión, es su única meta. "Quiero bailar y dedicarme siempre al flamenco, mejorar y no estancarme nunca, sacando lo mejor de cada artista, alimentándome de los mejores y ser creativa", explica Sabarea que "entiende que estar en el número uno no es ser el número uno".

Una creatividad que, como coreógrafa, afirma que se basa mucho en los textos. "Para crear me gusta escuchar la música y la letra, la literatura es importante para mí y lo que más uso es el lenguaje", y lo ilustra con un movimiento de brazos imitando una barquilla sobre las olas que llama la atención. En su próximo espectáculo, del que habla por primera vez en la Tertulia de Europa Sur, podrá explotar y explorar eso. Tras trabajar con obras de Lorca, ensaya ahora una obra en la que llevará una versión flamenca de los personajes femeninos de Cervantes; Dulcinea, como no, Marcela, entre otras. Al frente, Javier Latorre, uno de los grandes.

Bailar. Crear. Enseñar. Tres verbos bajo el epígrafe del flamenco que Sabarea intenta compaginar. En La Granja tiene su academia, al que reconoce que no puede dedicarle todo el tiempo que quiere. "Intento enseñar como a mí me hubiese gustado que me enseñaran", comenta. Se declara una bailaora de corte tradicional aunque apunta: "No estoy en contra de la fusión, me encanta la danza, me gusta cualquier baile que esté bien hecho, Aunque cada cosa tiene su sitio". "A mí me encanta las peñas, ahora las frecuento menos pero allí me dejo llevar, soy más libre, saco mi lado más puro", reconoce.

En Noruega ofrece una gira por universidades en las que se incluye espectáculos junto a una filarmónica y conferencias. Italia es otra de sus próximas paradas. "Y deseando salir por Algeciras". Esa ciudad que los verdaderos artistas del flamenco conocen por todo el mundo.