Cuenta la leyenda que en Barbastro...

El de Barbastro fue un ascenso con aires, y hasta lluvia, de odisea. De ahí que a sus protagonistas se les declarase héroes y que tuvieran ayer un acto promovido por la peña Soy Algecirista que sirvió para homenajearles pero también para reunirlos y rememorar aquella histórica temporada 1973/74. Una de tantas en las que el Algeciras Club de Fútbol luchó, en aquella ocasión con éxito, por escapar del infierno para alcanzar la gloria. Jugadores protagonistas de aquella gesta, familiares, aficionados, periodistas y directivos participaron en una charla-coloquio que tuvo muy presente la figura Antonio Ruiz Simón, fallecido el pasado mes de junio, presidente y artífice de una de las etapas doradas del algecirismo.

Mucho se ha contado y escrito ya, cual hazaña épica futbolística que es, de aquella eliminatoria y de los héroes de Barbastro. Siempre quedan en el tintero algunas anécdotas, impresiones y sentimientos unidos a esos días de junio del 74. Soy Algecirista reunió a algunos de los jugadores que dirigía desde el banquillo el legendario Andrés Mateo. Francisco Campos, Juan Vázquez, Martín Mancilla, Manolo Cruz, Antonio Armas, José Ravira, Rafael Quindejo, Juan delCura y Juan de Dios estuvieron ayer en la charla celebrada en el salón de actos de la ONCE en Algeciras.

El historiador algecirista Ricardo Almagro introdujo la historia que, como otras muchas veces, comienza con un Algeciras al borde del precipicio. Una reestructuración en la 69/70 mandó al equipo a Regional Preferente. Una desgracia deportiva que se unió a la económica. Antonio Ruiz Simón, para muchos el mejor presidente de la historia del club y homenajeado ayer, cogió las riendas de aquella entidad que deportivamente se puso en manos de Andrés Mateo, una figura ya ilustre en la ciudad tras haber jugado con la Selección Española. Los presentes brindaron una sentida ovación a la memoria de dos figuras ilustres en el algecirismo y en la ciudad.

Tras una temporada con 91 goles y el título de campeón de su grupo y tras caer en la eliminatoria de ascenso ante el Recreativo Granada, le llegó una segunda opción en forma de repesca ante el Barbastro, un equipo de “la otra punta de España, cerca de los Pirineos”, como relató ayer uno de los exfutbolistas. Tras vencer en la ida 3-1 en un El Mirador repleto, llegó el duelo de vuelta. El empate a cero en mitad de un aguacero, que ninguno de los que lo sufrieron puede olvidar, dio el ascenso. El Algeciras había regresado a Tercera, a categoría nacional, y había puesto los cimientos para el ascenso a Segunda A de 1978.

El veterano periodista de Radio Algeciras Pepe Ojeda, un protagonista más de aquellos años en el Algeciras, relató algunas anécdotas de un viaje que supuso el primer vuelo charter fletado por el club en toda su historia. “Un directivo fue cargado con dos maletas... de langostinos y cigalas”, contó. “Y hubo quien se pegó todo el viaje rezando”, siguió anécdota tras anécdota. “Ravira cuando aterrizó el avión besó el suelo como el Papa”, añadió Fernando Senado, un aficionado que entonces tenía 12 años y que estuvo allí.

Jugadores como Mancilla o Francisco Campos explicaron cómo fue aquel partido en Barbastro en mitad de un aguacero para unos jóvenes futbolistas salidos de la cantera. Suponía la primera vez que viajaban tan lejos o se subían a un avión. “Cuando llegamos aquí era Feria, fue impresionante, de las mejores celebraciones que he vivido”, comentó Mancilla.

Todos los participantes de aquel vestuario destacaron que el equipo “era una piña, una familia” gracias al buen hacer de Andrés Mateo, el míster.Salieron los nombres de todos integrantes de aquella mítica plantilla:Iglesias, Sánchez, Bobo, Antoñito, Cristóbal, Herrero, Platero, Angelito Sáez, Salvi, Domingo Turri, Rafaelín y Galleguito. Algunos de ellos ya fallecidos.

José Ravira llegó ayer desde Estepona para no perderse el homenaje. Con mucha gracia contó cómo se las gastaba la defensa del Barbastro. “Había un defensa con un bigote que parecía un guardia civil, choqué con él y me partí un dedo”, dijo el entonces delantero centro, que fue expulsado en aquel partido de vuelta. El Algeciras aguantó el empate a cero con diez. La mesa con Armas, Ravira, Quindejo, Juan de Dios y Del Cura continuó relatando sentimientos y vivencias de tan recordado ascenso de categoría. Tan emotivas como graciosas. Incluso se enzarzaron con los goles. Mucho arte.

Soy Algecirista mostró un vídeo sobre la plantilla y también se puso otro sobre Antonio Ruiz Simón, centro del homenaje celebrado ayer y al que Salvador Triano le dedicó un emotivo discurso. Antonio Paulete, su hijo, recibió una placa. El presidente, Ricardo Alfonso Álvarez, y el concejal de Deportes, Javier Ros, también intervinieron. Los exjugadores recibieron un diploma de Soy Algecirista y el Algeciras Club de Fútbol les puso la insignia del club e invitó a que hicieran el saque de honor el próximo domingo. Lo héroes de Barbastro son y serán inolvidables.