Cobos exige intensidad desde el primer día
real balompédica
El nuevo entrenador de la Balona apenas emplea diez minutos en presentarse a la plantilla y dirige su primera sesión sin aspavientos
Julio Cobos llega a la Balona con mono de césped después de casi diez meses en el dique seco. En su primera sesión como máximo responsable técnico del conjunto albinegro apenas utilizó una decena de minutos para esa primera charla protocolaria de presentación en vestuarios. Hay demasiado por hacer y el partido de Cartagena está demasiado cerca como para perder tiempo en protocolos. El mensaje que más repitió en esta primera tarde al frente de los que ya son sus pupilos es la necesidad de aumentar la intensidad ("apretemos dos en banda, dos en banda, pero dos, no miramos, apretamos"). Se ve que tiene el diagnóstico bien aprendido.
Excesivamente desprovisto de ropa para una tarde de frío intenso, un error propio de quien aún no conoce los rigores a los que somete el Municipal. Con una carpeta azul en la mano que apenas abrió una o dos veces a lo largo de toda la sesión de trabajo. Con una sonrisa constante, pero también mirándolo todo con mucha atención, como si pretendiese acumular datos en un invisible disco duro. Así compareció el extremeño Julio Cobos a su primer día de trabajo con la centenaria Balona, contemplado desde la pista de atletismo que circunda el terreno de juego del Municipal por una docena de personas, entre las que se encontraban tanto el presidente, Alfredo Gallardo, como el gerente, Mario Galán. Una forma inequívoca de expresar el respaldo institucional al recién llegado.
Cobos deja hacer a Juan Mari Sánchez, quien hasta el pasado domingo ejerció de primer entrenador y que, con la humildad que le caracteriza, ha asumido sin un solo gesto de disconformidad el papel de escudero. En los corrillos de los jugadores, esa actitud propia de quien sabe que está siendo observado por primera vez. Todos quieren agradar. No es que lo hecho hasta ahora no cuente, pero el que más y el que menos aspira a impactar en el nuevo jefe.
Sin levantar demasiado la voz Cobos da sus primeras instrucciones, mirando de reojo a Erasmo Fenoy, fotógrafo de Europa Sur, tratando de identificar desde el primer día a todos los que rodean a la familia albinegra. No se oyen frases grandilocuentes ni mensajes extravagantes. Hay que mejorar, explica sin tapujos. Y empieza el juego. Y pide ritmo, e intensidad, pero sin aspavientos, dejando ver que lo tiene todo controlado.
Cobos someterá hoy a su equipo a su segundo test. Apenas dispondrá de un par de ellos más antes de la visita al todopoderoso líder en Cartagonova. Si algo le dejó claro a sus futbolistas ayer es que lo que no les va a perdonar es la falta de implicación. Bien empieza.
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