La Balona llora a Pepe Gallardo

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El extremo linense, uno de los artífices del único ascenso a Segunda en 1949, fallece a los 90 años

Además vistió, entre otras, las camisolas del Sevilla, el Cádiz y el Real Murcia

Rubén Almagro

La línea, 01 de marzo 2018 - 08:19

La Real Balompédica ha perdido en las últimas horas a uno de sus jugadores más emblemáticos, José Gallardo López [Pepe Gallardo], un linense que falleció justo después de cumplir los 90 años y que se llevó consigo el orgullo de ser uno de los artífice de haber logrado el único ascenso de la centenaria entidad de La Línea a Segunda división, en la campaña 1948-49. Además, Pepe Gallardo militó con el Sevilla y el Real Murcia en la máxima categoría del fútbol patrio y logró un trofeo Pichichi con los pimentoneros.

Gallardo, que antes de llegar al conjunto albinegro había vestido la camisola de varios clubes en las competiciones locales (Andalucía, San Pedro, Intrépidos, Español, San Lorenzo) se incorporó a la Balompédica en la andadura 1946-47 y acabó por formar parte de la plantilla del recordado ascenso. Jugó un año en Segunda división antes de ser traspasado al Sevilla.

En la campaña 1954-55 anotó 24 goles con el conjunto pimentonero, lo que le valió el pichichi

Pepe Gallardo, que coincidió en la caseta del añorado San Bernardo con su hermano Salvador (Catano), fue compañero entre otros de García Ojeda, Hurtado, Purúa, Salvador, Félix, Duarte El Chino, Virgili, Mesa, Pagués, Peralta, Román, Bartolo, Paco Uceda, Rufo, Couto, Vibet, Bolaños, Terán, Julián, Vicente Vázquez, Basilio, Luis Palomo y Juan Ayala, con el que más tarde se reencontraría en Nervión.

Pepe Gallardo llegó al Sevilla en la 1950/51 y estuvo a las órdenes, entre otros, de Helenio Herrera, quien por cierto no demostró demasiada confianza en él. En la 51/52 sufrió una grave lesión y tras recuperarse el conjunto hispalense le cedió al Cádiz.

Sus méritos le hicieron regresar al club de procedencia, pero finalmente se marchó al Real Murcia, la entidad en la que seguramente logró más éxitos entre otras cosas porque fue donde consiguió el trofeo Pichichi que el diario Marca acababa de instituir.

Su incorporación al conjunto pimentonero se produjo en la 1954-55 y militaría en el mismo tres temporadas.

Cuentan los libros de la historia del Real Murcia que lo primero que le dijeron fue que ascender a Primera era algo primordial. Con Ramón Colón -un entrenador formado en el Atlético de Madrid- al frente, la directiva formó uno de los equipos más recordados en la historia del Real Murcia. Con Gallardo y Mangüi (ambos del Sevilla) estaban en aquel plantel futbolistas de la talla de Antonio Pallarés, Peiró y Buendía.

El Murcia era una máquina de hacer goles y solo en la primera vuelta el futbolista de La Línea ya había hecho 14. Después de una dura pugna por el título con el Atlético Tetuán, el Murcia logró el ascenso en la última jornada, con 83 goles a favor en 30 partidos, de los cuales 24 los marcó Gallardo. Por eso tuvo que compartir el pichichi con Castaño, del España de Tánger, jugador posterior del Real Madrid y Betis. El linense juraba y perjuraba que él, en realidad, había marcado 25.

En la 1957-58 jugó en el Valladolid, más tarde en el Tarrasa (1958-59) y se retiró a los entonces muy avanzados 33 años en el Villarrobledo de Tercera, al que ayudó a ascencer a Segunda antes de colgar las botas.

Muy delgado, era un interior. Siempre cerca del área, preferentemente por la derecha, ya que era el perfil que mejor dominaba, aunque también lo hacía por izquierda. Tendía al remate cercano pues aunque tenía buen disparo, prefería asegurar la colocación del balón más que por su potencia. No era un gran cabeceador pero sí poseía un gran olfato de gol y sobre todo era un hombre que buscaba, sin desanimarse, en cualquier momento del partido, su oportunidad.

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