Jerusalén, santa y cautiva

Jerusalén, piedra fatigada

  • La guerra Israel-Hamás expone por extensión a la ciudad cuyo viejo pulso captó el periodista Mikel Ayestaran.

Mikel Ayestaran.

Mikel Ayestaran. / D. S.

Eran otros tiempos, los de la edad dorada –si la hubo– del reporterismo. Manu Leguineche decía que todo reportero debía cumplir la ley de las tres “des”: dipsómano, divorciado y depresivo. Pero Mikel Ayestaran (Azpeitia, Guipúzcoa, 1975), periodista formado en la Universidad de Navarra y avezado freelance multiusos, no responde al canon de las tres “des” al declararse casado, sobrio y feliz. Aún así, su trabajo ha convertido a Ayestaran en un referente clásico, fallecido ya Ramón Lobo, del ingrato oficio de reportero.

Este libro dedicado a Jerusalén (su autor vive aquí desde 2015), apareció tras la pandemia. Pero este mismo año ha visto su sexta edición dado que en Israel la actualidad se reescribe una y otra vez en una especie de émbolo basado en el conflicto sin fin. Autor de Oriente Medio, Oriente roto y de Las cenizas del califato, Ayestaran es responsable también de un libro que debiera estar reeditado sin mayor dilación. Hablamos de Gaza, cuna de mártires, un análisis de los nuevos milicianos palestinos que fueron alimentando lo que hoy es la bestia integrista de Hamás.

Cubierta del libro. Cubierta del libro.

Cubierta del libro.

En Jerusalén, santa y cautiva, el periodista hace la vez de cicerone para introducirnos por los historiados pasajes de la Ciudad Vieja, dividida entre los barrios judío, cristiano, armenio y musulmán. Judíos y musulmanes han convertido el Monte Moriá en las 15 hectáreas más disputadas del planeta, donde se hallan el Monte del Templo y los lugares sagrados para el islam en torno a la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la Roca (cada monoteísmo interpreta el lugar sagrado de la piedra del sacrificio de Isaac-Ismael por parte de Abraham). He aquí, pues, una ciudad santa pero que, como sugiere el título del libro, resulta cautiva del pasado, donde “la historia es una dimensión del presente”, como decía Karen Armstrong en Historia de Jerusalén. Una ciudad y tres religiones. Recorremos aquí el intramundo del Jerusalén sometido a su milenaria condena. Atravesamos sus recodos y conocemos su pormenor a través de las voces que, pese a todo, siguen formando parte de lo que ha sido esta ciudad. Todo lo que va desde que el rey David unificara las doce tribus de Israel y convirtiera Jebús en Jerusalén, hasta 1967, cuando las tropas israelíes del tuerto Moshe Dayan conquistaron la Ciudad Vieja en la fulminante Guerra de los Seis Días. El tiempo, piedra sobre piedra fatigada.

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