En el texto al final de este nuevo tomo, Junti Ito confiesa sin asomo de rubor, con la gentileza que le caracteriza, que en los últimos tiempos comienzan a escasear las ideas a la hora de afrontar nuevas historias enmarcadas en su mundo de terror, por lo que tiene que rastrear en viejas libretas donde apuntó hace tiempo esas frases que pueden dar pie, o no, a nuevas puertas que se abrirán hacia lo escalofriante.

Y he de decir, como acérrimo seguir de Ito que soy, que ojalá esto siga sucediendo, ya que lo que contiene este nuevo tomo es oro puro, terror destilado de la mente de un creador que, como ya hemos podido comprobar a lo largo de su extensa obra, sabe darle la vuelta a hechos u objetos de lo más cotidiano, y terminar poniéndonos los pelos de punta.

El volumen contiene cuatro historias, la primera de ellas repelerá seguramente a todos y todas aquellas que padezcan alergia al polvo, ya que conoceremos al joven Yôichi, cuyo padre es el propietario de un hotel ryokan que lleva muchos años sin funcionar, pero en el que trata por todos los medios, con la ayuda de una pareja de empleadas, de eliminar cualquier rastro de polvo, hecho este que parece ser casi imposible.

El misterio surgirá de la existencia de un piso superior, lugar prohibido para el protagonista, donde se esconde el secreto que arroja luz sobre muchos hechos ocultos y un horror que espera pacientemente para, cuando llegue la hora, desencadenarse…

Towano es el pueblo natal de Yota, pero el lugar ya no parece el mismo, ha cambiado mucho y parece totalmente abandonado, tan solo ven como hay innumerables mecanismos de movimiento perpetuo que los conducirán hasta la casa de un viejo conocido de Yota, alguien que tiene mucho que ver con lo que ha ocurrido en el lugar, una mente privilegiada que ha parece haber conseguido lo imposible pero, ¿a qué precio?

En la tercera historia nos reencontramos con una de las creaciones más famosas de Junji Ito, los hermanos Hikizuri, un grupo familiar al que solo se les puede calificar como absolutamente desquiciados. La llegada de una atribulada joven a la casa de estos va a ser el comienzo de una trama en la que se descubrirán nuevos y escalofriantes secretos sobre estos hermanos y algunos familiares a los que no conocíamos hasta ahora.

Y como remate final de este tomo, algo tan aparentemente normal como las tortugas, y cómo éstas pueden convertirse en mensajeras de la muerte, llevando en sus caparazones el rostro de todo aquel que va a conocer un terrible futuro…

Una vez que la invisible mano del Maestro Ito se posa sobre ti, no hay manera de huir, y tarde o temprano sucumbirás al más escalofriante de los horrores, caerás con los ojos muy abiertos en una pesadilla que se torna muy, muy real.