Crítica de cine (SEFF 2017)

Cómo escapar de un festival

Fotograma de la cinta, tercera presencia de Isabelle Huppert en este SEFF.

Fotograma de la cinta, tercera presencia de Isabelle Huppert en este SEFF.

No se me ocurre mejor manera de despedir una larga semana de cine europeo que viendo una película del maestro coreano Hong Sangsoo.

La caméra de Claire es su tercer filme en un año junto a On the beach at night alone y The day after, el más breve y aparentemente el más sencillo y ligero de todos ellos. Nada de lo que preocuparse, más bien al contrario.

La presencia de Isabelle Huppert (la tercera en este SEFF tras Happy time y Madame Hyde), que repite con Hong tras aquella En otro país, o el hecho de que esté rodada y ambientada en pleno festival de Cannes y su mercadeo de cine en la trastienda, no puede despistarnos demasiado de que lo que se cuece aquí es una nueva variación del relato romántico y sentimental expuesto a nuevas y casi imperceptibles paradojas espacio-temporales y a unas permutaciones de punto de vista y la narración que el director de Ahora sí, antes no traza y desarrolla entre los callejones, cafeterías, restaurantes, playas, apartamentos y terrazas de la conocida ciudad costera.

El (mundo del) cine, la autobiografía derivada y los efectos del alcohol vuelven a contaminar e impulsar una historia con cuatro personajes (un inseguro director de cine, su pareja y asistente, la ayudante de ésta y una profesora viuda), una cámara de fotos Polaroid con capacidad de alterar las cosas y un enorme perro acostado en la acera. La nueva musa Kim Min-hee activa una serie de encuentros, paseos, ritornellos, decisiones y confusiones que se fraguan con esa maravillosa e inconfundible indolencia marca de la casa, entre citas poéticas de Marguerite Duras y recetas de comida coreana.

Tocará decir que este es un Hong menor, un divertimento… qué más da. Es justo lo que nuestros ojos y oídos necesitaban para salir de esta semana.

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