Matria | Crítica

A las mujeres gallegas

María Vázquez, protagonista de 'Matria', de Álvaro Gago.

María Vázquez, protagonista de 'Matria', de Álvaro Gago.

Llega algo tarde esta Matria de Álvaro Gago, prolongación de su premiado corto homónimo de 2017, a ese cine de estirpe realista comprometido con la perspectiva femenina y la estética del seguimiento como gesto revelador de un determinado contexto socio-laboral.

Ese contexto es el del trabajo duro cada vez más fragmentario y precarizado en el entorno de la Ría de Arousa pontevedresa, y su retrato el de una de esas mujeres fuertes, corajosas y determinadas que no se achantan ante nada, ya sea la explotación, el despido, una pareja-carga o una hija adolescente con la que no termina que sostener las riendas maternales.

María Vázquez se echa a cuestas al personaje con una energía merecedora de premios (acaba de ganarlo en Málaga), aunque su encomiable trabajo no es suficiente para sostener del todo una película que, como muchas otras del modelo en el que se mira, que no es otro que el de los Dardenne, deja ver demasiado esa escritura siempre a la contra trazada para hacer de cada escena un ejemplo y de cada secuencia una pequeña lección sobre lo mal que están las cosas para nuestra protagonista en todos y cada uno de los ámbitos de su vida.

A la postre, Matria aspira a elevar su empático retrato individual al plano colectivo con una huida y una canción explícita que también se nos antojan demasiado diseñadas para dar una salida catártica a un relato que no la tenía.