Attica | Estreno en Movistar+

Cinco días de septiembre, 1971

Dos de los cinco documentales candidatos al Oscar de este año viajan a una misma época convulsa, finales de los sesenta y principios de los setenta, para revisar sendos episodios (silenciados u olvidados) de la Historia de Estados Unidos marcados por la reivindicación de los derechos civiles de la comunidad afroamericana a través de la celebración de su música popular (Summer of Soul) y por una de las últimas masacres legitimadas por el poder en sus más altas esferas (del gobernador Rockefeller al presidente Nixon), cuando 33 internos y 10 rehenes murieron asesinados por las fuerzas del orden como consecuencia del motín en la prisión de Attica, en el Estado de Nueva York.

De este último episodio se encarga el documental de Stanley Nelson, un trabajo historiográficamente valioso y políticamente demoledor aunque algo convencional en su formato, principalmente sostenido por un relato cronológico de los acontecimientos de aquellos cinco días de septiembre de 1971 narrado por testimonios de supervivientes y testigos de primerísima mano, y por un valiosísimo y por momentos escalofriante material de archivo, extraído de las cámaras de los informativos que tuvieron acceso a la cárcel (algo impensable hoy día) y de los propios archivos fotográficos y de vídeo de la policía y la National Guard que irrumpió finalmente con gases lacrimógenos y armas de fuego tras cuatro infructuosas jornadas de negociaciones entre los presos, que pedían unas mínimas y dignas condiciones de humanidad frente al trato violento y vejatorio habitual en una de las prisiones más duras del país, los mediadores y las autoridades locales y estatales.

Attica nos revela hora a hora y con toda su crudeza la crónica de un episodio brutal que concentró con las peores consecuencias la vieja e irresuelta tensión racista en Estados Unidos, pero sobre todo nos invita a reflexionar sobre un tiempo en el que ni siquiera las imágenes documentales, prueba irrefutable de evidencia, consiguieron poner en jaque a los responsables de una masacre descontrolada guiada por el deseo de venganza y los más bajos instintos camuflados de respeto a la ley y sus garantes.

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