Medio ambiente

La Almoraima será escenario de un tratamiento experimental a nivel europeo contra la seca del alcornocal

Alcornoques en mal estado en Castellar.

Alcornoques en mal estado en Castellar. / A. Carrasco Ragel / EFE

La finca La Almoraima, en Castellar, será uno de los seis enclaves en los que se probará durante la primavera de 2024 un tratamiento para combatir la seca, provocada por un patógeno invasor que se encuentra en los suelos, el Phytophthora cinnamomi, que pudre las raíces de los árboles impidiéndoles la absorción de agua y nutrientes y causando su decaimiento. Buena parte del Parque Natural de Los Alcornocales sufre desde hace años la seca, para la que se están probando varios tratamientos, entre ellos el uso del alga invasora Rugulopterix okuamurae.

Los responsables del proyecto destacan que el aumento de la temperatura y la frecuencia de eventos climáticos extremos, como inundaciones y sequías, han intensificado la presencia de patógenos que causan estas enfermedades a los árboles. Esta problemática se agrava por la falta de conciencia pública, el impacto humano en áreas forestales y la nueva regulación de la UE sobre fertilizantes, limitando el uso de fosfonato potásico, una molécula eficiente y ecológica para mitigar el impacto de la enfermedad

El proyecto Life Fagesos, financiado por la Unión Europea (UE) está destinado a recuperar la dehesa y cuenta con la participación de la Universidad de Córdoba (UCO), que ha puesto en práctica soluciones para los patógenos que afectan a alcornoques, encinas y castaños a través de protocolos de manejo integrado elaborados a medida en Portugal, España e Italia. El proyecto empezó en 2022 y está previsto que finalice en setiembre de 2027.

Este patógeno no sólo causa problemas en la Península Ibérica. En la localidad italiana de Monte San Biagio (en la región de Lazio, en Italia), amenaza a uno de los tesoros naturales del país, el Alcornocal de San Vito, causando en los últimos años la muerte de muchos alcornoques centenarios. Aunque en este caso no se ha podido establecer una relación entre la mayor influencia de este microorganismo y el cambio climático o el aumento de la temperatura media, esta relación sí se ha establecido en otras zonas con enfermedades como la tinta del castaño en la Tuscia (Italia central) o Portugal, o la mayor incidencia de mortalidad en el decaimiento de los alcornoques en el Parque Natural de Los Alcornocales.

Un paraje del Parque Natural Los Alcornocales. Un paraje del Parque Natural Los Alcornocales.

Un paraje del Parque Natural Los Alcornocales. / Erasmo Fenoy

Estos protocolos emplearán tratamientos con productos y prácticas respetuosos con el medio ambiente, que ya han demostrado su eficacia en laboratorio (con sustancias o enmiendas para corregir las deficiencias del suelo, productos que promuevan la defensa autoinmune de los árboles o microorganismos beneficiosos) y se ensayarán durante la primavera de 2024 en los seis sitios demostrativos del proyecto, entre los que está La Almoraima.

"En el tema de la seca se viene investigando desde principios de los 90. Son más de 30 años de ciencia muy bien hecha y creemos que estamos en el momento de aplicar estos conocimientos para conseguir estrategias de manejo y control efectivas. Es en lo que estamos ahora", explica Francisco J. Ruiz-Gómez, integrante del grupo de Investigación de Evaluación y Restauración de Sistemas Agrícolas y Forestales (Ersaf) de la UCO que participa en el proyecto.

Gracias a la financiación europea, el proyecto Life Fagesos implementará protocolos de manejo integrado elaborados a medida en las zonas de expansión de la enfermedad en Portugal, España e Italia. Estos protocolos incluirán tres partes: el tratamiento de la enfermedad, la mejora del entorno y el estado fitosanitario del arbolado a través de la inducción de ciertos procesos fisiológicos y, por último, medidas higiénicas para controlar la dispersión de la enfermedad (como estaciones de limpieza de calzado o el arreglo de los caminos forestales para la canalización de agua, entre otras medidas).

Una parte relevante del proyecto es el monitoreo de los efectos de los tratamientos, que se llevará a cabo a distintos niveles, con el apoyo de sensores remotos de drones y satélites. Se monitorizará y cuantificará la presencia de Phytophthora cinnamomi y otros patógenos y el estado de salud de los árboles, así como del entorno.

También se modelizará la respuesta en función de los diferentes escenarios de cambio climático que se barajan, lo que permitirá a las personas que se dedican a manejar este problema conocer qué posibilidades hay de tener una infección en una determinada área tanto en el presente como en el futuro.

La UCO señala que casi un cuarto del territorio forestal en España está dominado por fagáceas, una familia de árboles entre las que se incluye el alcornoque, la encina o el castaño y que dan forma a las dehesas. Otros países del arco mediterráneo tienen ecosistemas similares que están siendo afectados por la seca, que finalmente acaba con la muerte y la pérdida del arbolado. El patógeno invasor que causa la seca es uno de los más agresivos en el ámbito forestal, ya que es capaz de desplazar a otros patógenos locales a los que las especies vegetales están mejor adaptadas.

El cambio climático y el aumento de la temperatura media del suelo favorecen estos procesos, facilitando la aparición de problemas en zonas donde hasta hace poco el patógeno no se adaptaba bien.

Dada la importante extensión espacial de estos árboles y su relevancia socioeconómica y ecológica, los responsables de este proyecto europeo consideran necesario avanzar en el tratamiento y control de la enfermedad que causa el Phytophthora cinnamomi, y el proyecto Life Fagesos está orientado al proponer y poner en práctica soluciones adaptadas al decaimiento.

El proyecto Life Fagesos está liderado por el Ayuntamiento de Monte San Biagio. La Universidad de Córdoba, a través de los departamentos de Ingeniería Forestal, Geomática y Ecología, se encarga de coordinar el proyecto en España, de la implementación y el seguimiento de los protocolos para encinar y alcornocal adehesado, y de la monitorización y modelización de distribución de especies, riesgos e impacto, y de su evaluación en condiciones de cambio climático. Además, a finales de enero acogerá la próxima reunión del consorcio.

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