La apacible vida de Castellar de la Frontera se ha visto quebrada por un suceso que ha sumido a buena parte de sus habitantes en un profundo pesar. La muerte de uno de sus vecinos a manos presuntamente de su hijo ha conmocionado a una localidad que estos días vive centrada en el descorche de los alconorques y en el paulatino regreso de los turistas que buscan sosiego y espacios abiertos tras levantarse el estado de confinamiento a causa del Covid-19.

El suceso tuvo lugar hace aproximadamente una semana en una finca agrícola de propiedad familiar. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación y el sigilo respecto a lo ocurrido es casi total. Algunos vecinos apuntan a que padre e hijo iniciaron una discusión que fue a más, hasta irse de las manos totalmente y con el padre siendo víctima de uno o varios golpes, propinados con un objeto contundente, que acabaron con su vida.

Aunque el hombre fue trasladado a un centro médico -hay quienes aseguran que permaneció varios días ingresado en un hospital- no se pudo hacer nada por salvarle. Contaba con unos 82 años de edad, mientras que su hijo supera los 50. La autopsia y el correspondiente informe forense determinarán con exactitud las causas de la muerte.

Pocos son en el pueblo quienes quieren hablar de lo ocurrido y se ignora si hubo testigos en la escena del crimen. Víctima y agresor son miembros de una familia muy arraigada en Castellar y una mezcla de prudencia, respeto y congoja se ha apoderado de los chisparreros, impactados por un suceso al que quieren pasar página lo antes posible pero que solo podrá darse por cerrado cuando la investigación esclarezca el cómo y, sobre todo, el porqué de un presunto homicidio cuya sombra tardará en abandonar las calles del municipio.