Lo que valen los huevos
Tribuna de opinión
La versatilidad del virus H5N1 y su capacidad de adaptación a nuevos hospedadores hacen temer una adaptación para transmitirse de persona a persona

Si usted se ha sentido atraído por el título de este artículo pensado que voy a tratar en él la virilidad, los arrestos y el coraje de la raza hispánica, los grandes desafíos históricos superados por nuestro pueblo bajo la influencia de las hormonas testiculares, está equivocado. Pase a hacer otra cosa. Aquí voy a tratar del precio de los huevos de gallina en los Estados Unidos, donde se estima que, solo para desayunar, se consumen 250 millones cada día. La cosa como puede verse, “manda huevos”.
Una docena de huevos de tamaño medio, el más consumido en el país, vale estos días sobre 6,80 dólares, unos 6,5 euros, según me explica mi nuera desde Houston, donde vive. Yo los compro en la plaza de Algeciras a mi huevero a 2,40 euros. Y en supermercados están a un precio similar.
¿A qué se debe esta subida que trae de cabeza al presidente Trump, tan poseído de sí mismo y al que nadie parece querer disgustar? La respuesta es sencilla: se trata de un virus de origen aviar -conocido como H5N1- que desafía a la industria avícola y al aparato sanitario estadounidense. Y diría más, pone en jaque a la administración trumpista. Miren por donde, un virus -que no es más que un trocito de ARN envuelto en una cápsula- desafía a un grupo de individuos que quieren imponer su voluntad al resto del mundo mediante la amenaza y la extorsión. Pero lo que me interesa exponer son las razones que explican lo que está pasando, porque su importancia va más allá del encarecimiento del desayuno de los norteamericanos. Supone una amenaza a la salud mundial.
La gripe aviar es una infección largamente conocida que afecta principalmente a las aves, que constituyen su principal reservorio. El virus aviar H5N1, por su potencial riesgo pandémico y su alta patogenicidad, ha sido motivo de grave preocupación desde 2005. Es un virus en permanente evolución, por lo que ha adquirido la posibilidad de infectar mamíferos, incluyendo a los seres humanos. La actual epidemia comenzó en 2022 y se ha ido extendiendo por múltiples territorios de Estados Unidos afectando a las vacas lecheras, principalmente a las ubres, dando lugar a una producción disminuida de leche. Pero también a las explotaciones avícolas, provocando una alta mortalidad entre las gallinas, huevos abortados, pequeños y de mala calidad. Se estima que desde que comenzó la epidemia han muerto 166 millones de gallinas, 19 millones solo en el último mes. Gansos, patos, garzas y los gatos domésticos también han resultado infectados. Hasta la fecha se han diagnosticado unos 70 casos entre humanos -la mayoría benignos y autolimitados- casi siempre en personas que tenían contacto con vacas o gallinas. No obstante, se ha documentado un caso mortal y otro muy grave en un joven canadiense.
La respuesta a la epidemia ha consistido, hasta ahora, en el sacrificio masivo de gallinas ponedoras y la ampliación de las medidas de bioseguridad en las granjas. Se contemplan estímulos a la investigación y desarrollo de vacunas que puedan ser utilizadas en las aves para evitar su sacrificio. Y también la importación de huevos de mercados externos en un intento de contener el precio, ya que se prevé un posible incremento de hasta el 40% en este año. Hay quien ha sugerido poner un gallinero en el patio de casa y, para satisfacción de muchos, el Departamento de Agricultura ha tenido que volver a contratar a personal involucrado en la respuesta a la epidemia que había sido fulminantemente despedido en los primeros días del nuevo gobierno de Donald Trump.
El panorama no parece muy halagüeño. Es probable que la situación se perpetúe y que más granjas avícolas y lecheras se sigan contaminando por vía aérea y a través de las aves silvestres. Por ahora el riesgo para el hombre es escaso, pero la versatilidad del virus y su capacidad de adaptación a nuevos hospedadores hace temer que pueda adquirir proteínas de superficie capaces de adherirse al epitelio respiratorio humano permitiendo así la transmisión de persona a persona. Si eso llegase a ocurrir, podría desencadenarse una grave epidemia. En esa situación, hablar del precio de los huevos y de lo que los yanquis toman con el desayuno seráuna frívola nimiedad.
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