El sector del taxi en el Campo de Gibraltar está siendo otra de las actividades económicas golpeadas por la crisis sanitaria del coronavirus. Las flotas de Algeciras y La Línea han visto caer un 70% su actividad desde la declaración del estado de alarma por la epidemia.

Los presidentes de ambas asociaciones locales, Ignacio Castro (Algeciras) y Antonio Jesús Rodríguez (La Línea, en este caso en funciones), coinciden en que las medidas de confinamiento han reducido al mínimo los viajes en una actividad que ya pasaba por dificultades antes de decretarse el aislamiento. 

"Las llamadas han caído en torno a un 70%. Taxis hay y va a seguir habiendo. Los pocos usuarios que tenemos son personas mayores porque la gente está cumpliendo en su mayoría el confinamiento", destaca Castro. "La situación es crítica. Y ha sido de un día para otro", agrega Rodríguez. 

En las dos ciudades, las flotas operan con la mitad de vehículos en días alternos, en función del número de la licencia (pares e impares). Así, en Algeciras hay 100 vehículos diarios autorizados a circular y otros 45 en La Línea, si bien hay autónomos que han preferido no salir a trabajar. Y muchos de los que lo hacen llevan mascarillas y guantes. 

Los taxistas de La Línea apuntan que se han ofrecido a la gerencia del Hospital de La Línea para efectuar traslados de personal sanitario en caso de necesidad si se produce un pico de demanda. 

El taxi es seguro

Los taxistas han reforzado la limpieza de los coches con productos desinfectantes que se utilizan justo después de cada cliente. "Después de cada servicio se limpian las manillas, el asiento, los cinturones y otras zonas de contacto. Y si tenemos, ofrecemos al cliente gel de hidroalcohol y toallitas", especifica Castro. 

Además, los conductores procuran que se cumpla la regla de ocupación del 50% de las plazas y que los usuarios se sienten preferentemente en las plazas traseras.