Los precios de las monterías, a la baja por la escasa demanda
Las tarifas de los cotos de caza privados experimentaron caídas de hasta un 50%
La actividad cinegética no se libró de la crisis y de las consecuencias que ésta acarrea. De hecho, el primer grupo que sufrió los efectos lo constituyó el propio colectivo de cazadores que, aunque no cayó en número, sí tuvo que ajustarse el cinturón y prescindir de los excesos del pasado. De esta forma, quienes antes podían permitirse pagar cifras estratosféricas por una jornada de práctica de este deporte, ahora ya no están tan dispuestos a hacerlo. Por ello, los cotos de caza privados -los más caros, generalmente- fueron los que padecieron con mayor intensidad la coyuntura económica. "Antes se pedían entre 4.000 y 5.000 euros por una montería. Y había listas de espera enormes. Evidentemente, en estos momentos se encuentran con una escasa demanda. Los puestos no se llenan y esto está provocando la caída de los precios", argumenta Alfonso Medina, delegado de la FAC. Así, las tarifas contabilizaron en los últimos años retrocesos de hasta el 50%.
Una situación que no afectó de forma tan brutal a las sociedades modestas, ya que sus cuotas no suelen sobrepasar los 300 euros anuales. "Lo que sí provocó la crisis es que muchos cazadores que pertenecían antes a tres o cuatro cotos, dejaran alguno de ellos", apostilló Medina, quien señaló que el colectivo experimentó en el Campo de Gibraltar un ligero crecimiento en el último ejercicio. Y es que la FAC cuenta en la comarca con 4.000 afiliados aproximadamente (una tercera parte del total de integrantes de la organización en toda la provincia de Cádiz).
El mapa cinegético de la zona se caracteriza por su orientación a la caza mayor. "La menor es muy escasa y en un 90% se corresponde a la captura del zorzal", apostilla el delegado gaditano de la federación regional. Ante tal situación, estos deportistas buscan fuera del Campo de Gibraltar lo que aquí no hay. Así, acuden a otras localidades de la provincia con el objetivo de ejercer tal práctica. "Van a Medina, Benelup, Vejer y Puerto Real, donde encuentran la oferta de caza menor que no tienen aquí", añade Alfonso Medina, quien resalta que Alcalá de los Gazules no representa uno de los municipio con mayor afluencia. "Puesto que el tipo de especies que se pueden capturar en dicho municipio son muy parecidas a las de la comarca", recalca el representante de la FAC.
Paralelamente, las armerías tampoco se libraron de las consecuencias de la crisis. Los comerciantes han registrado en los últimos ejercicios, por un lado, una importante caída del número de clientes; y, por otra parte, un descenso del valor de los productos adquiridos. Un efecto que se halla íntimamente relacionado con el estallido de la burbuja inmobiliaria; ya que en pleno apogeo económico muchos cazadores aficionados pertenecían al sector de la construcción. Pero el aumento del desempleo provocó que estos tuvieran que dejar su hobby, practicarlo menos o comprar artículos más baratos.
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