Pinares marítimos en las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar (I)
Instituto de Estudios Campogibraltareños
El Pinus pinaster es un pino de marcado carácter mediterráneo y contribuye a una mayor biodiversidad en numerosos territorios
El pino negral, marítimo o resinero (Pinus pinaster) se considera una especie autóctona de la Península Ibérica, si bien sus poblaciones actuales están muy mezcladas con las repoblaciones efectuadas durante las últimas décadas. El hallazgo de restos leñosos fósiles en varios puntos de España pone de manifiesto que el taxón tuvo presencia en los bosques presentes en esos territorios antes de los procesos de deforestación atribuibles al Holoceno si bien en las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar (Cádiz-Málaga) no hay aún evidencias científicas claras sobre la naturalidad de esas poblaciones.
El núcleo más cercano a las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar con presencia de Pinus pinaster lo constituye el macizo montañoso de Sierra Bermeja (Málaga), el mayor afloramiento peridotítico de la Península dentro del denominado subsector biogeográfico Bermejense. Aquí los pinos marítimos se mezclan con los abetales de Abies pinsapo auténticas reliquias terciarias de gran valor biogeográfico y ecológico, incluidos en la Lista Roja de la Flora Vascular Española constituyendo la formación forestal por excelencia sobre los suelos serpentiníticos con la presencia de algunas especies de Quercus a menor altitud, sobre todo alcornoques (Quercus suber) y coscojas (Quercus coccifera).
El Pinus pinaster es un pino de marcado carácter mediterráneo si bien en estas sierras su implantación por repoblaciones efectuadas en las áreas desprovistas de vegetación arbórea (herrizas), con una gran abundancia y diversidad de brezos y de otras plantas singulares está provocando un efecto negativo sobre la biodiversidad de dichas áreas afectando sobre todo a las plantas endémicas y mostrando un carácter invasor.
Desde luego se ha utilizado con gran profusión en las repoblaciones forestales dada su gran plasticidad ecológica: sólo con Pinus pinaster se repoblaron en España 782.414 has. en el período 1940-1982. Tiene preferencia sobre los suelos sueltos y arenosos, pobres en nutrientes (aunque soporta bien todo tipo de sustratos) y su potente sistema de enraizado hace que sobreviva en enclaves de suelos esqueléticos y poco maduros como los de las peridotitas de Sierra Bermeja donde “salvo la parte ocupada por el bosque de pinsapos, en las cumbres de los Reales de Genalguacil, puede decirse que todas estas sierras pertenecen al dominio de la asociación del citado pino, aunque no siempre se hallen cubiertas por su masa arbórea”.
Recientemente otros autores consideran Sierra Bermeja como parte del área más meridional de Europa que actuó como núcleo original de difusión postglacial de P. pinaster y para ellos sería autóctono en estas sierras. De temperamento robusto, con gran exigencia de luz, es el de más rápido crecimiento de los pinos peninsulares presentando una gran área de distribución avalada con datos históricos y tiene una longevidad mediana, pudiendo alcanzar los 200-300 años.
Su expansión parece estar muy unida a la actividad humana y, en concreto, a la frecuencia de incendios pues se trata de una especie con una alta combustibilidad y el control del matorral resulta por tanto una intervención fundamental en la selvicultura preventiva de incendios. El incendio favorece al pinar al eliminar la cubierta y hacer posible la germinación y desarrollo de los piñones diseminados, apareciendo las plántulas muy rapidamente una vez cesado el fuego.
También es un árbol del que se ha extraído resina desde hace siglos, de hecho, es la especie de pino resinera por excelencia. Los pinares de mayor producción resinera han sido los de los arenales de la Meseta norte (provincias de Segovia, Ávila o Valladolid), aunque también se extrae de pinares de otras provincias por lo que presenta una notable importancia socioeconómica, hoy en día menor.
Hay constancia histórica de la explotación de los pinares de Sierra Bermeja (Málaga) que se encuentran a unos 40 km en línea recta de las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar, principalmente para la construcción de edificios, para carena de los buques y leña para los hornos siendo muy generalizada la práctica del carboneo. Aún persiste un antiguo horno de brea, reconstruido, cerca de la cumbre de los Reales de Sierra Bermeja donde se introducían los tocones de los pinos para su cocción y la pez negra que se obtenía se utilizaba para el calafateado de los barcos, con fines medicinales y también para marcar los animales.
Nuestro objetivo principal ha sido el de aportar datos fehacientes sobre el posible carácter autóctono de las masas de pinares marítimos o negrales de las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar (provincias de Cádiz y Málaga) y recomponer cronológicamente las pautas de reforestación llevadas a cabo en estas sierras del sur de la Península.
Las formaciones de pinar (no sólo de pino marítimo sino también de pino piñonero (Pinus pinea) y pino carrasco o de Alepo (Pinus halepensis) ocupan una extensión aproximada de 2.595 ha en todo el Parque Natural y aparecen repartidas en varias localizaciones. Para el caso que nos ocupa destacaremos dos localizaciones importantes: la de la Sierra de la Luna, en las inmediaciones del “bosque de niebla” de los Llanos del Juncal (Tarifa) y la de la denominada Cancha del Pinar en Alcalá de los Gazules.
Metodología
Hemos trabajado dos líneas de investigación: Una primera, para documentar brevemente la posible presencia histórica de pinos marítimos o negrales en estas sierras comenzando en el siglo XVIII (cuando comienza el proceso de inventariación del arbolado que lleva a cabo la Armada española) y acabando a finales del XX y, con la segunda hemos realizado una breve aportación dendrocronológica (mediante extracción de testigos obtenidos con barrena forestal) de los pinos de la Cancha (o Canchal) del Pinar en Alcalá de los Gazules (Cádiz), la primera que se realiza en el Parque Natural y probablemente en toda Andalucía para esta especie.
Resultados
Las primeras repoblaciones
Si bien es cierto que ya hubo repoblaciones anteriores como las afamadas de las dunas de Doñana con pino piñonero (Pinus pinea) por mandato del XIV duque de Medina Sidonia allá por 1737 en la dehesa Las Marismillas (ya hubo un intento anterior en 1707 que fracasó), el conjunto de repoblaciones a gran escala en todo el territorio español comienza a finales del XIX por imperativo de la Ley de repoblación forestal de 1877 y su posterior Reglamento. Según los datos que disponemos en la provincia de Cádiz se repoblaron en total 499 ha de pino resinero o marítimo (Pinus pinaster) entre 1877 y 1895 de un total de 1.508 ha de esta misma especie repobladas en otros puntos de la geografía peninsular. Probablemente las sierras del Aljibe y del Campo de Gibraltar fueron algunos de los enclaves elegidos a nivel provincial, pero los desconocemos. En la Memoria provincial del ingeniero gaditano Díaz Rocafull de 1881, de las pocas elaboradas a pesar de las instrucciones dadas en la Ley de 1877, no se especifican los lugares a repoblar ni se menciona ningún intento de repoblación con pinos y se propone sin embargo la repoblación con quejigo “que se encuentra en su región vegetativa propia, donde adquiere todo su desarrollo como árbol maderable, y su aplicación para la construcción civil y naval” y con alcornoque que deberá hacerse por medio de siembras en los claros y rasos, lo que “combinado con la diseminación natural, cambiará por completo en pocos años el aspecto triste y moribundo de estos montes”.
Repoblaciones del siglo XX
Las consultas que se mencionan a continuación se han realizado en el Archivo Histórico provincial de Cádiz (AHPC). En el Archivo Municipal de Los Barrios (AMLB) hemos consultado además el Plan de Ordenación del grupo de montes de Los Barrios (1907).
Alcalá de los Gazules - En el capítulo 1 del Proyecto de Ordenación de Alcalá de los Gazules de 1903, se recoge “que de las dos especies arbóreas que en el mismo existen, el alcornoque y el quejigo, la primera es la principal y para la obtención de corcho, y la segunda subordinada y de orden muy secundario en relación con los productos que puede proporcionar”. Se describe en la Memoria correspondiente que los montes de Alcalá son “como un alcornocal casi puro con muchos calveros y rasos […] con algunos “tornadizales” (alcornoques de las primeras clases de edad) espesos en el Montero, vestigios todos que nos dan una idea de lo que fue el monte a comienzo de siglo”. Parece raro que dado el grado de detalle utilizado en la descripción de la vegetación natural de los montes no se mencione la presencia de los pinos resineros que constituyen la denominada Cancha del Pinar (la segunda revisión fue en 1923) que se ubica en las cercanías del Montero, a escasos km de la villa de Alcalá de los Gazules. Los pinos fueron luego descritos en 1929 por Ceballos y Martín Bolaños en el libro Estudio sobre la vegetación forestal de la provincia de Cádiz editado en 1930, donde se dice textualmente: “En la masa, muy clara, figuran sólo unos cientos de pinos con talla exigua y cima plana, viejos, tortuosos y con las demás manifestaciones de una especie en decadencia, salpicados en una ladera muy inclinada expuesta a SW; los primeros años crecen estos árboles al abrigo del viento en las hendiduras del montón de grandes rocas, que constituyen la cancha, pero apenas por el crecimiento en altura quedan sus copas sin ese resguardo, la impetuosidad del aire los deforma y los mantiene en el lastimoso estado que describimos”.
Posteriormente, en 1951 el Patrimonio Forestal del Estado firmó un Consorcio con el Ayuntamiento para repoblar varios montes de Alcalá de los Gazules. Entre otros se consorció el nº 28 del catálogo, llamado Hernán Martín (monte público) colindante con Mogea Escobar (monte privado donde se ubica la Cancha del Pinar). Pues bien, en la memoria informativa previa se hizo constar que en dicho predio “también existen algunos rodales de Pinus pinaster procedentes de repoblación artificial, realizadas hace 40 años, en precario estado” (información proporcionada por el Dr. Rico Boquete), lo que confirma, a nuestro entender, que se venían ejecutando repoblaciones forestales con esta especie al menos desde principios del siglo XX, tal y como venimos manteniendo. En la Sexta Revisión de ese Grupo de Montes de Alcalá de los Gazules (1960) se mencionan las repoblaciones con Pinus pinaster, deduciéndose que la mayoría datan de mediados de los años 50 en adelante, la mayoría ejecutada en hoyos, con una densidad de unos 300-500 pies/ha. El grupo de montes de Alcalá de los Gazules tiene un total de 6.005,9 ha y el proyecto de Ordenación se encuentra actualmente en fase de revisión.
Artículo publicado en el número 62 de Almoraima. Revista de estudios campogibraltareños.
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