El perro de San Roque sí tiene...

La asociación Melampo trabaja desde el año 2001 por el bien de los caninos tanto en el municipio sanroqueño como en el resto de la provincia · Los voluntarios los recogen de la calle y les dan acogida

Imagen reciente de algunas de las instalaciones de Melampo, con varios perros y un voluntario.
Imagen reciente de algunas de las instalaciones de Melampo, con varios perros y un voluntario.
Manu Gil / San Roque

18 de marzo 2012 - 01:00

Que no haya por las calles ni un sólo perro abandonado. Ése es sin duda el objetivo fundamental de la asociación sanroqueña Melampo, encargada, desde el año 2001 en la que nació, de: recoger, proporcionar atención veterinaria, dar cobijo e intentar buscar un lugar de adopción para los perros abandonados en el municipio de San Roque, aunque prácticamente opera en todo el Campo de Gibraltar, ya que le llegan ejemplares de todos los puntos de la comarca.

Durante casi los nueves años que lleva en activo (desde el 2003 cuenta con las instalaciones necesarias) Melampo ha recogido casi a medio millar de perros. Actualmente, en los 27 módulos con los que cuenta en sus dependencias, siempre al 101% de ocupación, albergan a unos 110 caninos, habitualmente con los problemas de espacio, como es fácil imaginar.

"Nuestro fin es el de proteger a esos perros abandonados, darles cobijo y si es posible, buscarles un lugar de adopción en caso de que no podamos darle la atención necesaria aquí", explica Elizabeth Prescott, presidenta de Melampo.

"Nosotros les hacemos revisiones completas a cada perro que entra en la asociación. Si tienen microchip comprobamos sus datos aunque en escasas ocasiones los dueños los reconocen como suyos. Les damos atención total de veterinarios -un gasto de casi mil euros mensuales para la organización-, los vacunamos, desparasitamos y les colocamos un nuevo microchip con sus datos en caso de que no lo tengan. El problema es que en ocasiones no tenemos espacio para ocuparnos de ellos e intentamos encontrarles un nuevo hogar de adopción", detalló Prescott.

Sobre el funcionamiento de la organización, la presidenta detalla que son muchos los voluntarios que se ponen en contacto para prestar su ayuda. "Todas las manos que vengan a colaborar son pocas, pero sí, poniéndose en contacto conmigo o través de las diferentes plataformas que tenemos en internet -el principal medio de contacto que utiliza la asociación- son muchas las personas que dentro de sus posibilidades, del tiempo que disponen, se ofrecen tanto para adopciones como para colaborar con nosotros", comenta.

Melampo, como todas las asociaciones de voluntariado, siempre anda con diferentes necesidades, en este caso, el espacio es casi siempre el mayor inconveniente.

Desde que comenzase con dos casetas, poco después aumentaría a 17 y finalmente, se sumarían otras diez para concretar las instalaciones actuales del recinto. Un espacio medianamente acorde sólo para dar cabida al más de centenar de ejemplares que tiene a su responsabilidad.

"Nosotros no podemos acoger a más ejemplares porque creemos que no pueden convivir tantos perros juntos. Hay que darles un mínimo de sitio y no meterlos a todos sin razón en un mismo módulo. Tampoco queremos hacer, como tiene que hacer, desgraciadamente, las perreras. Que es sacrificar a los perros más mayores o con enfermedades porque tristemente no tienen espacio o recursos suficientes para ocuparse de ellos. Todo es una cadena, hay que comenzar con ocuparse de los perros, eficientemente, para que no tengan que intervenir este tipo de organizaciones", comenta la mandataria.

Prescott, asegura que el problema de los abandonos es, principalmente, en el tema de las crías si después no se van a poder hacer cargo sus dueños. "Cada vez hay más personas que saben cómo cuidar a un perro y que atienden a sus mascotas con todas las consecuencias. Pero hay que informar también en este sentido y controlar la descendencia, porque por ahí, comienzan todos los problemas de abandono, esa es la raíz", afirmó.

Melampo vela por los perros de la comarca desde hace más de una década con esa labor desinteresada y voluntaria, que sin buscar el beneficio propio, hace el bien por las mascotas como no hicieron sus dueños. El perro de San Roque sí tiene...con Melampo.

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