El origen de La Línea en relación con la toma de Gibraltar de 1704 (I)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

La Línea surgió como consecuencia demográfica y social del desplazamiento tras la ocupación británica de Gibraltar en 1704

Su poblamiento inicial se desarrolló condicionado por la influencia militar, económica y fronteriza del istmo circundante

Grabado de época sobre Gibraltar.
Grabado de época sobre Gibraltar.
Alfonso Escuadra

29 de septiembre 2025 - 04:01

Indiscutiblemente, el hecho puntual que sitúa en julio de 1870 la fundación de la ciudad de La Línea de la Concepción puede haber contribuido a difuminar más que ninguna otra circunstancia, la relación directa que, sin la menor duda, existe entre la presencia británica en el vecino peñón de Gibraltar y el origen de su poblamiento; un origen que, comparado con el de otras poblaciones de nuestro entorno y una vez planteado dentro del mismo proceso que dio lugar a estas, debe considerarse como una consecuencia, posiblemente tardía, pero como una consecuencia al fin y al cabo, de lo acontecido en 1704.

Además no será difícil comprobar como la evolución de los primeros asentamientos en La Línea de la Concepción va a venir condicionada por un juego de factores cuya génesis y posterior dinámica se ve, igualmente, afectada por la existencia, a partir del año mencionado, de una plaza de soberanía británica en el Peñón.

Comenzaremos por datar, con la mayor precisión posible, la aparición de las primeras edificaciones civiles estables en los terrenos del futuro Punto de la Línea; algo que, ya de entrada, nos permitirá apreciar que la aparición de los asentamientos que culminaron con la fundación de las ciudades de San Roque y Los Barrios o la recuperación de Algeciras, y el surgimiento de las primeras edificaciones civiles en el istmo linense, no se encuentran tan separadas en el tiempo como tradicionalmente se viene aceptando.

Posteriormente nos centraremos en las circunstancias que determinaron la base económica del primer núcleo de vecinos, así como su posterior desarrollo hasta conseguir la segregación del término. Y finalmente, a través de un caso concreto, reconstruiremos cómo se verificó el traspaso de la propiedad militar a la propiedad civil de los terrenos que, situados al norte de la antigua línea fortificada, estaban inicialmente adscritos al ramo de guerra.

Estoy convencido de que cuando, con muy buen criterio, los responsables del Instituto de Estudios Campogibraltareños encargados del diseño de contenidos del I Congreso Internacional sobre la Pérdida Gibraltar y el nacimiento de las Nuevas Poblaciones, decidieron la inclusión de una ponencia dedicada a los orígenes de la Línea de la Concepción lo hicieron, dando, no sólo muestras de su profunda vocación comarcalista, sino sobre todo, y haciendo gala de su bien cimentada excelencia en el tratamiento de los temas históricos, con la implícita aceptación de la tesis antes planteada. Creo que es de justicia reconocerlo y agradecerlo públicamente.

El poblamiento de La Línea. Modelo de poblamiento fronterizo

Aunque pudiera parecer innecesario en este contexto, comenzaremos por recordar que los denominados "hechos del poblamiento" no son en forma alguna fruto del azar. Hay multitud de razones que condicionan y explican los motivos que llevan a los seres humanos a establecerse en un lugar y no en otro. En el caso concreto de la población actual del Campo de Gibraltar en general y de La Línea de la Concepción en particular, es muy difícil separar estas razones de su reconocida clasificación dentro de la categoría de "espacio-frontera".

Por encima de las consideraciones determinadas por el marco geográfico que la contiene, el hecho que sin duda define a la comarca del Campo de Gibraltar como uno de los mejores ejemplos del poblamiento fronterizo es la existencia en ella de una línea imaginaria que, de facto o de derecho, en lo que concierne a las variaciones en su localización y bajo el nombre de verja o frontera según la sensibilidad de cada cual, viene de hecho separando el territorio español del dominio colonial británico de Gibraltar; una especie de celacanto político y diplomático nudo gordiano que explica el origen, caracteriza el presente y, aunque cada día en menor medida, condiciona el futuro de sus pobladores.

No es el objetivo de esta ponencia exponer o profundizar en las diferentes violaciones del Derecho Internacional que encierra la evolución en el tiempo de esta línea fronteriza, de sobra conocidas y diplomáticamente más que planteadas, y que la han llevado, en ocasiones literalmente en volandas, desde su localización primigenia al pie de las murallas de la fortaleza del Peñón, hasta su ubicación actual. En este foro nos limitaremos a poner de manifiesto cómo la misma realidad de su existencia, principia en el mismo proceso que ha condicionado el origen del poblamiento La Línea.

Al comienzo del libro La Línea de Gibraltar, Francisco Tornay dejó en su día escrita una frase que, en relación con este tema encierra una sentencia concisa pero verdaderamente lapidaria. "La Línea de Gibraltar indudablemente nace como consecuencia de la pérdida de Gibraltar en 1704" (p.13). Al ser ésta la denominación del primitivo núcleo de población que pasaría luego a denominarse La Línea de la Concepción, basta realizar una operación deductiva simple para entender lo que tal afirmación significa.

En forma alguna dejaremos de reconocer que la solución de continuidad entre la diáspora de la población gibraltareña originada por la ocupación inglesa, y la fundación de ciudades como San Roque, Los Barrios o la Algeciras moderna se aprecia de una forma indudablemente mucho más clara; pero, inspirados por esta idea y en un sentido amplio, tampoco es posible soslayar que, tanto la aparición, como el posterior devenir de los primeros asentamientos de población en el territorio del istmo de la Línea, se encuentran indisolublemente ligados a la existencia de esta colonia extranjera.

Por lo tanto, intentaremos argumentar por qué el origen de la ciudad de La Línea debe considerarse dentro del mismo proceso que dio origen a las ciudades y villas antes mencionadas; un proceso que, desde un punto de vista demográfico, conseguirá sustituir en el conjunto de la Comarca, al poblamiento surgido en el Bajo Medievo, y cuyo desencadenante acertamos a localizar en el hecho de la ocupación británica del peñón de Gibraltar en 1704.

Vista de La Línea y parte del Peñón de Gibraltar.
Vista de La Línea y parte del Peñón de Gibraltar.

Orígenes del poblamiento de La Línea

Comencemos por tener en cuenta una afirmación que, a pesar de su obviedad, es necesario recordar aquí. Las servidumbres a las que quedó sujeto el territorio inmediato a la colonia debido a su consideración como zona de guerra, sobre todo durante los tres grandes despliegues militares que, a lo largo del siglo XVIII, se levantaron con el objetivo de recuperar la plaza, dilataron en el tiempo la posibilidad de que se estableciera un núcleo de población como tal en los terrenos del istmo; aunque como veremos eso no quiere decir que no se diera la presencia estable en la zona de un cierto número de civiles.

Recordemos que, una vez dirimida la contienda por el vacante trono español y siguiendo instrucciones del pretendiente ya entronizado como Felipe V, un ejército de nueve mil hombres al mando del capitán general de Andalucía, marqués de Villadarias, acampó en los arenales del istmo poniendo sitio a la plaza cuando apenas había transcurrido un mes de su ocupación. Así, mientras los antiguos gibraltareños se asentaban en todo el arco de la Bahía levantando las edificaciones que darían lugar a las nuevas poblaciones, en el otoño de 1704 las arenas del istmo solo pudieron certificar las acampadas de los regimientos reales y los trabajos de preparación de las paralelas y baterías que sustentaron el primer asedio.

Posteriormente, una vez decretado su desmantelamiento y ya ratificada la cesión del Peñón a la corona británica por el tratado de Utrecht en julio de 1713, la corona española decidió establecer en el territorio una guarnición militar permanente a fin de garantizar su defensa frente a cualquier veleidad expansionista desde la colonia. Desde ese momento, aunque hubiesen callado los cañones, el futuro de una serie de puntos a lo largo de la Bahía, pero, sobre todo, del territorio del istmo inmediato al Peñón, quedaría condicionado por el interés táctico que le agenciaba la situación generada a raíz de la presencia extranjera en Gibraltar.

Estos terrenos, en cuanto que zona de guerra, quedaron directamente sujetos a la jurisdicción militar. Para ejercer la máxima representación de este estamento en la Comarca se creó, entonces, una figura dotada de amplísimos poderes que posee una singular importancia dentro del tema que nos ocupa. Nos referimos a los llamados Comandantes Generales del Campo de Gibraltar cuya pervivencia ha llegado hasta nuestros días bajo la denominación de Generales Gobernadores Militares.

El ejercicio de sus prerrogativas sobre los terrenos del istmo y demás enclaves reservados desde entonces al ramo de guerra no tardarían en generar un conflicto de competencias con las autoridades civiles del ayuntamiento de San Roque, a cuyo término pertenecían administrativamente estos terrenos; un conflicto cuya dinámica se revela como uno de los factores determinantes en lo que respecta al origen y desarrollo de la futura población de La Línea de la Concepción y sobre el que, lógicamente, tendremos que volver más adelante.

El breve interregno de paz abierto en Utrecht no tardó en quebrarse con la reapertura de las hostilidades y el despliegue de un nuevo ejército, aún mayor que el anterior, con el que el conde de las Torres restableció el sitio a Gibraltar en 1726. Este segundo intento tampoco registró mejores resultados que el primero, siendo su acto final la retirada de las tropas desde sus posiciones de vanguardia en la falda del monte, hasta los arenales del istmo donde levantaron sus tiendas y barracones. Mencionar tan solo que, junto a estas instalaciones, se iniciaron una serie de obras defensivas que, a la larga, constituirán el primer esbozo de lo que luego sería la futura Línea de Contravalación.

Esta soberbia obra de la ingeniería militar, nacida de la genialidad de Verboon, se construyó entre los años 1731 y 1735, y estaba destinada a asumir con garantías la defensa del istmo sin renunciar, por supuesto, a servir de base a posteriores operaciones para recuperar Gibraltar. Un nuevo ejército no tardaría en asentarse en los alrededores de esta primera línea, extendiendo sus posiciones de vanguardia hasta las inmediaciones del Peñón, y con sus campamentos distribuidos en profundidad, a retaguardia.

Artículo publicado en el número 34 de Almoraima. Revista de estudios campogibraltareños.

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