Los ojos del Estrecho de Gibraltar
El SIVE vigila desde 2002 para localizar a inmigrantes, 'narcos' y para salvamentos · Los agentes discriminan en una maraña de señales en pantallas, las embarcaciones · Las llegadas han bajado
Uno de los agentes de la Guardia Civil fija su atención en una embarcación. Es una de las 577 señales que hay en esos momentos en un mapa amarillo sobre fondo negro que representa la franja del Estrecho de Gibraltar. Con el puntero de su ratón la marca y una de las cámaras del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) la enfoca, la fija y la clarifica. Está pescando. No hay peligro aparente.
La comandancia de Algeciras es el cerebro de una parte de este sistema que se extiende por la costa española. La sala algecireña puede mirar desde cabo Trafalgar hasta Punta Chullera, incluido la costa. Es una especie de sala de máquinas con pantallas individuales y frontales, las de mayor dimensión. Son los ojos del Estrecho que ven para luchar contra el narcotráfico de droga y de tabaco, para localizar a inmigrantes irregulares y para echar una mano a Salvamento Marítimo en los casos de emergencia.
El SIVE de Algeciras empezó a funcionar en septiembre de 2002 y desde esa fecha la llegada de inmigrantes a las costas se ha reducido de manera vertiginosa. Se ha pasado en menos de 10 años de las 10.000 personas a una franja que va de 0 a 1.000. Son datos aproximados. Interior recoge en su balance de 2010 que llegaron a la península y Baleares 3.436 indocumentados, un 31,8% menos que en 2009 (5.039).
Cinco estaciones sensoras cubren este paso fronterizo. Están compuestas por sensores radares, que detectan hasta 10 kilómetros de distancia y que transmite la señal a los monitores de televisión, cámaras infrarrojas y de video y antenas de comunicaciones. Permite una visión diurna y nocturna las 24 horas. La estación se completa con un sistema de seguridad para evitar sabotajes. La apariencia es que se está en una estancia de la NASA. El personal de allí tranquiliza y reconoce que a pesar de la sofisticación de los aparatos el trabajo es muy instintivo. "Hay que tener experiencia para seleccionar y discriminar", apunta uno de ellos.
El SIVE aporta las coordenadas marítimas y luego se valoran detalles como el tipo de embarcación, su velocidad, la procedencia, el horario o el rumbo del destino. Son parte de los índices de riesgo. Clave son las condiciones metereológicas. El pasado viernes el día estaba en calma, varios de los proyectores ofrecían las ondulaciones del mar y un brillo de los reflejos del sol. La visión de este sistema pueda aportar hasta el nombre de los barcos.
Los agentes han detectado un cambio de las rutas. Ya por ejemplo no se registran salidas tan descaradas entre la zona de Tánger y Ceuta, pero no han desaparecido. Básicamente porque la costa gaditana es el camino más corto por agua desde Marruecos. Las partidas se han dispersado. Las mafias de inmigrantes manejan otras alternativas y el narcotráfico se supone que también, "aunque realmente solo se sabe lo que se intercepta", precisa un agente. Luego hay tendencias. Por ejemplo la Guardia Civil ha percibido, principalmente en verano, desde el cabo Espartel hasta Punta Almina cruces de motos de agua, que son capaces de hacer la ida y la vuelta en 20 minutos. También se ven y el Instituto Armado sabe que tiene que precisar porque los tiempos de reacción son más reducidos. Los seguimientos que se escapan de su cobertura son trasladados a los SIVES más cercanos. El mapa nacional está cubierto en su frente marítimo.
Los funcionarios saben cuando hay inmigrantes por el foco de calor que desprenden, sobre todo por la noche. Son un puntito muy caliente en medio del mar. Principalmente porque suelen ir muchos y muy juntos en gomas de juguete, pedaletas e incluso en ruedas de camiones. Cuando se ven se comunica a Salvamento Marítimo que realiza un aviso a navegantes para que en esta zona los barcos extremen las precauciones. El acercamiento de un buque grande los puede hundir.
Si se sospecha que son traficantes de droga se valora si se intercepta en mar o se espera a que toquen tierra. Las patrullas de aire, mar y tierra están alertas y se van desplegando en función de las demandas. "Nunca se puede hacer lo mismo, hay que ir cambiando". Sí está claro que si en la pantalla aparecen inmigrantes y narcos prevalecen los primeros, aunque sin dejar a los segundos. "A la hora de decidir, siempre la vida humana, de eso no hay duda".
También te puede interesar
Lo último