Campo de Gibraltar

Las nuevas normas diocesanas

Un acólito balancea un incensario, la pasada Semana Santa

Un acólito balancea un incensario, la pasada Semana Santa / Erasmo Fenoy

Pocos son los cambios que va a tener la revisión de la actual normativa, confirmando esa decepcionante sensación de que después de muchos años hablando de esta cuestión se ha perdido una oportunidad de oro de realizar una revisión concienzuda, en profundidad y con mayor participación e implicación de las hermandades y sus representantes en el actual articulado.

Pasotismo

Alarmante los signos de pasividad, de falta de implicación y de desmotivación que están alcanzando las hermandades y los cofrades en la ciudad. Dio a conocer Rafa Guerrero que de las 183 hermandades y los trece consejos que tiene la diócesis (y que suman más de 100.000 cofrades), sólo han presentado propuestas de cambios a la actual normativa ¡¡¡trece hermandades!!!, nueve de ellas de la capital. Esto lo dijo ante una conferencia convocada desde hace meses, de un asunto tan trascendental como este y en la que apenas había veinte personas. Esta apatía se repite en todas las convocatorias que se realizan en la ciudad en materia cofrade. Lo dicho, alarmante.

Y volviendo a la cuestión, las participantes en este proceso suman 83 propuestas de cambio, refiriéndose 67 de ellas a los procesos electorales, que parece ser lo que más preocupa o lo que peor redactado está en la actual normativa. El 67% de esas propuestas se han aceptado, asegura el Secretariado.

Lo que cambia

Uno de los grandes cambios anunciados por Guerrero es la eliminación de los estatutos y del reglamento interno de todo aquello relacionado con el culto externo que sea secundario: ni hora de salida (claramente dirigido al Perdón esta cuestión), ni recorrido, ni estilo musical tras los pasos, ni nada parecido. Ojo a esto, que puede ser muy positivo para algunas hermandades excesivamente encorsetadas en la actualidad, pero puede ser igual de negativo para el futuro de otras hermandades cuyos responsables no tengan el debido respeto a la tradición o a la línea marcada por la hermandad.

Se van a reducir (levemente, parece) los plazos de un proceso electoral, y se va a designar a un miembro del Consejo o del Secretariado para que vele por el normal cumplimiento de la normativa a lo largo de todo el proceso, en busca de mayores garantías cada vez que se convoquen elecciones.

Será obligatorio incluir un régimen de infracciones así como de sanciones y el procedimiento a seguir en los estatutos de la cofradía, “para garantía del hermano”.

Se va a reducir el número de miembros de las juntas de gobierno. En principio, se baraja la posibilidad de que el mínimo se baje a ocho (de los diez actuales), que englobaría la junta de mesa y las dos vocalías obligatorias (Caridad y Formación); y de que el máximo baje también de los quince actuales a los diez miembros.

Se permitirá que una persona pueda simultanear cargos en una hermandad de penitencia y otra de gloria.

Lo que no cambia

Junto a las novedades de la norma, llama la atención la ausencia de éstas en algunas cuestiones. Como por ejemplo en la figura del comisario, que seguirá inalterable con las mismas limitaciones y capacidades que en la actualidad, manteniendo esa muy cuestionable norma de que una cofradía intervenida no puede salir a la calle.

Se mantendrán también las convocatorias electorales en aquellos casos en que concurra una única candidatura al proceso, para que los hermanos puedan mostrar su rechazo a esa candidatura con su voto en blanco –por muy feo que suene tratándose de grupos de la Iglesia que entre ellos tienen tratamiento de hermanos–.

Entrada en vigor

La intención del Secretariado es que la nueva norma entre en vigor a lo largo del presente curso (es decir, de aquí a junio de 2019). En la actualidad existe ya el borrador de esa revisión, con las novedades y las no novedades citadas; el siguiente paso será elevarlo al obispo para su estudio y, si procede, aprobación para que entre en vigor.

¿Semana Santa reformada?

Ojo a una cuestión comentada anteriormente sobre la revisión de la norma. Se ha anunciado que se va a eliminar todo lo relacionado con el culto externo, permitiendo únicamente reflejar el día de salida... pero en el reglamento interno. Esto significa que ante una posible propuesta del Consejo para que una cofradía haga su estación otro día distinto al establecido en el reglamento, tendría mayor peso la decisión del Consejo que ese reglamento interno que carece de validez más allá de los límites de la hermandad. Ojú.

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