Un bacilo, clave en la lucha contra la lagarta peluda en Los Alcornocales

Si ha paseado en los últimos días por alguno de los parajes del Parque Natural de Los Alcornocales habrá comprobado que los árboles han vuelto a florecer y el color verde inunda los montes. Las lluvias del mes de marzo han sido un factor importante, así como la temperatura y el viento, pero sobre todo han sido fundamentales los tratamientos biológicos contra la lagarta peluda (Lymantria dispar) que ha puesto en marcha la Junta de Andalucía y que han surtido efecto.

La lagarta peluda es un lepidóptero, nacido de una oruga muy voraz, que puede llegar a consumir la totalidad de las hojas del arbolado y ocasionar considerables daños en las masas forestales cuando se desarrolla en forma de plaga. En los últimos años había causado un enorme daño a la masa forestal del parque.

Este insecto es capaz de incrementar su número y convertirse en plaga en un corto plazo de tiempo y las orugas pueden dispersarse con el viento, circunstancia que favorece la aparición de focos en zonas muy distantes.

Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente coinciden en que la incidencia de este año ha sido inferior que en años anteriores. El delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Óscar Curtido, indica que se han realizado batidas de fumigación con el único tratamiento terrestre autorizado, el bacillus thuringiensis. "El año anterior nos dimos cuenta de que era insuficiente y solicitamos al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), la utilización de otro producto, el Dimilín Diflubenzuron, con una composición más activa, pero no lo autorizó", señala Curtido.

Este año se quieren convencer a los técnicos del Ministerio para que autoricen otro producto, el Altancor Clorantraniliprol. Una representación acudió a la reunión de la junta rectora del parque celebrada esta semana. En la cita se expuso el trabajo realizado históricamente, así como en la actualidad y los tratamientos. Además, se les instó a seguir trabajando para lograr el equilibrio ecológico del monte.

La consejería también analizó en la junta rectora el planteamiento de un estudio de la Universidad de Cádiz acerca del uso de determinadas especies como aves y murciélagos que puedan contribuir a combatir el avance de la lymantria. La consejería ha subrayado que los ecologistas no acudieron a la reunión de la junta rectora.

La lucha contra la lagarta peluda incluye también la instalación de hasta 2.000 trampas con atrayentes sexuales (feromonas) para capturar a los machos. Estas infraestructuras se han colocado en varias fincas. Las trampas se utilizan desde hace mucho tiempo en la agricultura. Antiguamente se colocaba una hembra que emanaba las feromonas para así atraer al macho, que quedaba atrapado en una cubierta pegajosa. En la actualidad las feromonas son sintetizadas, evitando la utilización de una hembra para liberar la molécula, aumentando así la efectividad de la trampa al no depender del individuo y su viabilidad.

"Las trampas han dado buenos resultados pero no son una solución eficaz para toda la superficie del alcornocal", según Curtido.

Agaden-Ecologistas en Acción ha pedido públicamente a la Junta que descarte fumigar con productos potencialmente peligrosos para el parque natural, como los ya citado Dimilín Diflubenzuron yAltancor Clorantraniliprol considerado muy tóxicos para los organismos acuáticos, con efectos duraderos y con posibles efectos muy nocivos en zonas húmedas, ríos y arroyos. "Instamos a la Junta y a la dirección del parque natural a reconsiderar cualquier propuesta pública o privada que implique la utilización de este tipo de sustancias o parecidas y a optar por soluciones más sostenibles de lucha biológica, como el bacillus thuringiensis", apuntan.