La Guardia Civil destapa un vertedero ilegal con toneladas de restos textiles en La Línea: el tercero en el Campo de Gibraltar en dos años
El Seprona investiga a varios implicados en un presunto delito de traslado ilícito de residuos desde Marruecos hasta el polígono del Zabal, donde se almacenaban sin control ni licencias
Fotos del vertedero ilegal de restos textiles y retales en el Cortijo Real en Algeciras
La sombra de los vertederos ilegales vuelve a extenderse sobre el Campo de Gibraltar. La Guardia Civil, a través del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), investiga un nuevo caso en La Línea de la Concepción, donde se ha localizado una parcela del polígono del Zabal repleta de toneladas de material textil amontonado sin ningún tipo de control. Se trata ya del tercer hallazgo de estas características en apenas dos años en la comarca, lo que refuerza la sospecha de que la zona se ha convertido en una de las principales puertas de entrada para este tipo de residuos procedentes de Marruecos.
La investigación se abrió este jueves, 25 de septiembre, a raíz de una llamada de los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y de una posterior denuncia de Verdemar Ecologistas en Acción. En el escrito presentado por la organización ecologista, a la que ha tenido acceso Europa Sur, se detallan las coordenadas exactas del vertedero y se alerta de que "camiones de gran porte" accedían de manera reiterada a una parcela para descargar toneladas de recortes de telas, tapicerías de automóviles, gomaespuma y otros materiales similares. La acumulación masiva en un terreno sin habilitación alguna conlleva un alto riesgo de incendio, proliferación de plagas y contaminación de suelos y aguas, según advierte la denuncia.
Los primeros indicios apuntan a que los investigados actuaban como intermediarios de una empresa que importaba los residuos textiles desde Marruecos a través del puerto de Algeciras, aunque carecían de los permisos imprescindibles para el traslado transfronterizo de este tipo de materiales. La parcela tampoco contaba con licencias municipal ni autonómica para la gestión de residuos. Las diligencias, en curso, buscan determinar el alcance real de la operación y las responsabilidades de las personas implicadas.
Antecedentes en la comarca
El vertedero ilegal hallado en La Línea no es un hecho aislado, sino el tercer episodio de similares características en el Campo de Gibraltar en apenas dos años. La reiteración de estos casos ha despertado la alarma de las autoridades y de los colectivos ecologistas, que advierten de un patrón que se repite.
En julio de 2023, el Seprona descubrió en el polígono Cortijo Real de Algeciras un gigantesco depósito de más de 1.700 toneladas de restos textiles acumulados al aire libre en terrenos de la Zona Franca de Cádiz. Aquella investigación, bautizada como operación Sifono, se saldó con seis personas investigadas por delitos medioambientales relacionados con la importación irregular de residuos. Entre ellas figuraba el responsable de más de 70 envíos de material desde Marruecos, así como empresarios vinculados al arrendamiento y gestión de los terrenos. La magnitud del hallazgo obligó a la Guardia Civil a extender sus pesquisas a otras provincias como Murcia y Albacete, donde se habían detectado conexiones con sucesos similares.
Un año después, en agosto de 2024, la Guardia Civil volvió a toparse con otro episodio en la pedanía de la Estación de San Roque. Allí, dos directivos de una empresa local fueron investigados por haber importado unas 1.800 toneladas de residuos textiles en apenas diecisiete meses. Los agentes contabilizaron 85 traslados desde Marruecos al puerto de Algeciras, desde donde los materiales eran transportados hasta varias naves industriales. Ninguna de ellas contaba con licencias ni autorizaciones para la gestión de este tipo de residuos, lo que situó de nuevo a la comarca en el punto de mira de la Fiscalía de Medio Ambiente.
Incógnitas por resolver
La investigación abierta en La Línea deberá aclarar las motivaciones de este tráfico de residuos. Aunque el móvil económico —evitar los costes de tratamiento legal de estos materiales— es el más evidente, otras hipótesis no descartan que los restos textiles se utilicen como tapadera para ocultar otros cargamentos ilícitos, como droga, extremo que de momento no ha sido confirmado.
La industria textil genera cada año millones de toneladas de residuos en todo el mundo. El algodón, la lana o los tejidos sintéticos, al ser abandonados en vertederos incontrolados, tardan décadas o incluso siglos en descomponerse. Mientras los textiles naturales producen gases de efecto invernadero en su degradación, los sintéticos liberan microplásticos que contaminan suelos y aguas.
El Campo de Gibraltar se enfrenta, por tanto, no solo a un problema judicial y logístico, sino también a un reto medioambiental de primera magnitud.
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