Las familias que denuncian el robo de bebés deciden aunar sus fuerzas
Inician los trámites para constituirse en asociación · La comisaría de La Línea sigue tomando muestras de ADN al casi centenar de personas que buscan a estos niños y a los que pudieron ser sustraídos
Sumar esfuerzos para conocer la verdad. Este es el objetivo que se han marcado algunas de las familias que han denunciado el supuesto robo de bebés desde el franquismo hasta bien entrada la década de los noventa.
Sus impulsores pretenden aglutinar a todas las familias de Andalucía afectadas por estos casos y se llamará Asociación de Bebés Robados en Andalucía (ABRA). Su promotora es Isabel Agüera, una vecina de Estepona a la que, precisamente, el juzgado de Instrucción número 8 de Málaga acaba de comunicarle que ha reabierto su causa dada la nueva documentación entregada por la Fiscalía, que recurrió el archivo de su caso. Isabel, que vive en Estepona, denuncia el supuesto robo de su hermana en el hospital civil de Málaga en 1970, año en el que su madre dio a luz a una niña aunque el parto no aparece en ningún historial clínico y no existe documentación alguna de aquel nacimiento.
"Estamos iniciando los trámites para constituirnos en asociación porque son muchas las familias afectadas en Andalucía. Sólo con las de La Línea, Algeciras, Málaga y Granada superamos las 200, eso sin contar los casos de otras provincias como Sevilla o Huelva", comentó.
Y es que Isabel pertenecía a la asociación Anadir, de la que aseguró no obtuvo el respaldo que esperaba cuando se archivó su denuncia en un primer momento. "Me sentí desamparada y no quiero que a nadie le vuelva a ocurrir", dijo.
Las personas que promueven esta asociación, entre las que hay una de Algeciras, estuvieron esta misma semana en el Parlamento andaluz, donde fue aprobada por unanimidad una proposición no de ley en la que se insta la Junta a participar activamente en estos casos impulsando además la interlocución con las asociaciones de víctimas y a colaborar con la Fiscalía para apoyar las investigaciones. También se pide que se sancione a los culpables de estos supuestos robos de bebés y adopciones ilegales y se repare a las víctimas de manera que puedan recuperar la identidad que les fue arrebatada si éstos así lo desean.
"La verdad es que nos sentimos muy contentos con el apoyo recibido. Una vez que estemos legalmente constituidos nos reuniremos con el presidente", explicó Agüera.
En lo que respecta a los casos de La Línea, que se aproximan al centenar, este diario ha sabido que la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta de la comisaría (Udev) sigue tomando declaración y muestras de ADN a estas personas, así como a otras que se sospecha pudieron ser algunos de los bebés robados, ya que hay varios casos.
Además, un hombre de 47 años que reside en Estados Unidos y que sospecha que fue uno de estos bebés robados en La Línea, tal y como publicó este diario hace unos meses, vendrá próximamente a esta ciudad para que le tomen las muestras de ADN.
El siguiente paso en este proceso será llamar a declarar, posiblemente en calidad de imputados, a personas que se sospecha pudieron formar parte de esta trama de tráfico de bebés, entre los que hay varios ginecólogos y matronas, enterradores y personal de funerarias. Según la información a la que ha tenido acceso este diario, podrían llegar a ser al menos 12 personas las llamadas a testificar.
Rafael Carrasco, el detective que está colaborando con estas familias, aseguró que aunque en un principio era los mismos ginecólogos los que atendían los partos, con los nuevos casos están apareciendo más nombres. "Hay médicos que firmaron documentos con distinto número de colegiado siendo el mismo facultativo, lo que no deja de ser muy extraño", apuntó el investigador.
Cristina Díaz Carrasco, que junto a su hermana Flor destaparon esta supuesta trama en La Línea, sigue mostrándose esperanzada con la resolución de estos casos. Ellas quieren saber qué ocurrió con su hermano, nacido en La Línea y muerto supuestamente a las pocas horas de nacer.
Hace tan sólo unos años y tras llevar varios llevándole flores a la tumba del cementerio de La Línea en la que creían estaba enterrado, descubrieron que no constaba que fuera enterrado en este camposanto.
Tras su denuncia pública comenzaron a llover casos nuevos casos y según Cristina Díaz, las denuncias no cesan.
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