España y Bélgica incautan el 60% de la cocaína en Europa mientras crece la violencia ligada al narcotráfico

El informe 2025 de la Agencia de Drogas de la UE alerta del récord histórico de decomisos en puertos como Algeciras y del auge de nuevas sustancias sintéticas, mientras la cocaína sigue en expansión por séptimo año consecutivo

Cae una red internacional de narcotráfico de cocaína que operaba con narcolanchas en el Atlántico

Tres detenidos con 200 kilos de cocaína llegada desde Algeciras a comienzos de 2025.
Tres detenidos con 200 kilos de cocaína llegada desde Algeciras a comienzos de 2025. / Policía Nacional

Algeciras/España y Bélgica se han convertido en los grandes cortafuegos del tráfico de cocaína en Europa. Entre ambos países incautaron el 60% de toda la droga intervenida en la Unión Europea durante 2023, según revela el Informe Europeo sobre Drogas 2025, publicado esta semana por la Agencia de la Unión Europea sobre Drogas (EUDA) desde su sede en Lisboa. En total, los países europeos decomisaron 419 toneladas de cocaína, una cifra sin precedentes y muy por encima de las 323 toneladas del año anterior.

El repunte confirma una tendencia sostenida al alza durante los últimos siete años y consolida a la cocaína como el estimulante ilegal más consumido del continente, con 4,6 millones de usuarios adultos en el último año. “La disponibilidad sigue siendo alta y la preocupación cada vez mayor”, alerta la agencia, que relaciona directamente este fenómeno con el aumento de la violencia ligada a las bandas criminales y los homicidios.

Algeciras, en el centro del mapa del narcotráfico

España, con 118 toneladas incautadas, solo fue superada por Bélgica (123 toneladas), mientras que Países Bajos quedó en tercer lugar con 59 toneladas. El informe pone el foco en los grandes puertos europeos como puntos de entrada clave para la droga que llega, en su mayoría, desde América Latina. En este contexto, destaca un hito histórico registrado en 2024: la incautación en el puerto de Algeciras de 13 toneladas de cocaína ocultas en un cargamento de plátanos procedentes de Ecuador, la mayor jamás interceptada en suelo español de una sola vez.

“La droga entra por las mismas rutas que los bienes legales”, advierte el informe, que destaca cómo las organizaciones criminales han perfeccionado su capacidad para infiltrar las cadenas comerciales globales y corromper los nodos logísticos, especialmente en enclaves portuarios de alto tráfico.

Aun así, los datos preliminares de 2024 muestran señales de cambio: Alemania (43 toneladas), Francia (23) y Portugal (22) comienzan a emerger como nuevos puntos de entrada, lo que según la EUDA podría deberse a la presión policial en los países tradicionalmente más vigilados.

Ante esta realidad, la Alianza Europea de Puertos ha reforzado su apuesta por blindar las infraestructuras frente al narcotráfico y al riesgo de infiltración criminal. En paralelo, la UE ha lanzado una hoja de ruta para combatir de forma conjunta el tráfico de drogas y su conexión con el crimen organizado.

Uno de los puntos más alarmantes del estudio es la relación directa entre la competencia en el mercado de la cocaína y el aumento de la violencia. “Se están impulsando delitos relacionados con las drogas, incluidas la violencia entre bandas y los homicidios”, denuncia la agencia, que organizó en 2024 la primera conferencia europea sobre violencia ligada al narcotráfico. El evento concluyó con un llamamiento urgente a la acción y a la colaboración intersectorial para frenar el ciclo de violencia.

La explosión del cannabis y los nuevos desafíos regulatorios

El cannabis sigue siendo la droga ilegal más consumida en Europa, con 24 millones de usuarios anuales y 1,5 millones de consumidores diarios o casi diarios. Además, varios países —entre ellos Alemania, Luxemburgo, Malta y Países Bajos— han comenzado a flexibilizar su legislación, permitiendo el cultivo doméstico, los clubes de consumidores sin ánimo de lucro o el consumo privado.

La EUDA insta a los Estados a evaluar con rigor estos cambios para comprender su impacto real en la salud pública y en el mercado ilegal. El informe también advierte del riesgo de que algunos productos comercializados como cannabis estén adulterados con cannabinoides semisintéticos, mucho más potentes y peligrosos, sin que los usuarios sean conscientes de ello.

Las nuevas drogas que preocupan a Europa

Además de la cocaína y el cannabis, el informe subraya la rápida expansión de nuevas sustancias sintéticas, especialmente las catinonas —conocidas como sales de baño—, los nitacenos y los cannabinoides semisintéticos. En 2023, entraron en Europa al menos 37 toneladas de catinonas, procedentes sobre todo de India y canalizadas a través de los Países Bajos. Ese mismo año se desmantelaron 53 laboratorios clandestinos, la mayoría en Polonia.

También preocupa el auge de los nuevos opioides sintéticos, extremadamente potentes y con alto riesgo de intoxicación o muerte. Desde 2009, han aparecido 88 de estas sustancias en Europa, y en 2023 se estima que causaron 7.500 muertes, muchas de ellas por mezclas con heroína u otras drogas. El fenómeno está especialmente extendido en los países bálticos, pero se teme que se esté expandiendo a otros puntos del continente.

Una amenaza global que requiere cooperación internacional

Durante la presentación del informe, el comisario europeo de Interior, Magnus Brunner, insistió en la necesidad de reforzar la cooperación más allá de las fronteras comunitarias. “Necesitamos acuerdos de seguridad con terceros países. Ya hemos firmado uno con Brasil y queremos ampliar la colaboración con Colombia y otros países latinoamericanos”, afirmó.

En un mercado cada vez más diversificado, fragmentado y difícil de rastrear, la clave —según la EUDA— está en anticiparse a las mutaciones del narcotráfico global.

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