Fundió sus ahorros para opositar y ahora prepara gratis a miles de aspirantes: "Fue lo más valiente que hice en mi vida"

Entrevista a Pablo Villatoro, profesor de la Escuela Ciudadana de Administración Pública

Pablo Villatoro, algecireño y Administrador Civil del Estado, fundó junto a otros funcionarios la ECAP, una academia gratuita que prepara once oposiciones diferentes con un objetivo: que opositar no sea un privilegio de clase

Pablo Villatoro, a la derecha, junto al resto de profesores de la Escuela Ciudadana de Administración Pública (ECAP).
Pablo Villatoro, a la derecha, junto al resto de profesores de la Escuela Ciudadana de Administración Pública (ECAP). / ECAP

Preparar unas oposiciones en España puede costar miles de euros en academias privadas, temarios y material de estudio. Una barrera económica que convierte el acceso a la función pública en un privilegio de clase, no en un derecho constitucional. Pablo Villatoro Harillo (Algeciras, 1995) lo vivió en carne propia: tuvo que trabajar en Bruselas mientras estudiaba, pasar de jornada completa a media jornada y apurar sus ahorros durante tres años y medio hasta aprobar una de las oposiciones más duras del país, la de Administrador Civil del Estado.

Cuando lo consiguió, en lugar de celebrarlo y pasar página, decidió que nadie más debería tener que elegir entre comer y estudiar. Junto a otros funcionarios, fundó la ECAP (Escuela Ciudadana de Administración Pública), una academia totalmente gratuita que ya prepara 11 oposiciones diferentes y que ha logrado que el 35% de sus alumnos aprueben. Hoy cuenta con 1.700 estudiantes matriculados, 3.300 en lista de espera, alrededor de 60 profesores voluntarios y una media de 700 nuevas inscripciones al día. Todo ello sin cobrar un euro, financiándose entre ellos y echando horas después del trabajo.

Pregunta.Nació en Algeciras y ha llegado a ser administrador civil del Estado, uno de los cuerpos más exigentes. ¿Cómo fue su experiencia preparando esas oposiciones?

Respuesta.En mi caso, tuve que estar trabajando durante la preparación para poder costearme todo lo que suponía. Trabajaba en Bruselas, en temas europeos, y empecé a jornada completa, pero eran unas oposiciones muy exigentes que me obligaron a pasar a media jornada. Era la forma en la que podía sobrevivir, aunque no iba muy sobrado de dinero. Entre lo que costaba la academia, los gastos de vivir de forma independiente y la preparación, iba bastante justo. Estuve unos tres años y medio opositando, y a la segunda convocatoria fue cuando aprobé.

"Muchos pueden dedicarse a opositar a tiempo completo porque tienen dinero; eso ya es un sesgo en la preparación"

P.¿En qué momento pensó "esto no puede seguir así, las oposiciones no pueden ser un privilegio de quien tenga dinero"?

R.Es algo que ya me planteaba durante la propia oposición. El hecho de trabajar y compaginarlo con el estudio me hacía ver que había gente que se podía permitir opositar directamente y tenía más horas al día que yo, lo cual ya era un sesgo en la propia preparación. Pero además, hablando con gente de mi entorno, me encontraba con que mucha gente ni siquiera conocía mis oposiciones u otras similares. Ese desconocimiento viene, en mi opinión, de un sesgo cultural: por no acceder a determinados estratos sociales, no se conocen ciertas oportunidades profesionales.

R.Eso fue algo que venía rumiando durante la oposición. Cuando aprobé, me comentaron la existencia de la ECAP (Escuela Ciudadana de Administración Pública), que en ese momento era mucho más pequeña de lo que es ahora. La verdad es que cuadraba con todo lo que yo había pensado, y fue cuando dije: "Esta es la oportunidad de aportar un granito de arena a ese sesgo que existe, tanto en el tema de recursos como en el cultural".

"Queremos ser una academia de calidad, exactamente igual que una de pago, pero sin cobrar un euro"

P.Explíque qué es exactamente la ECAP para alguien que nunca ha pensado en opositar.

R.La ECAP es una academia que funciona de forma idéntica a una academia tradicional. Nuestra misión principal es dar clases de forma gratuita a opositores de distintos cuerpos. Actualmente preparamos once oposiciones, aunque estamos abriendo más conforme nos llegan preparadores de otras oposiciones que quieren participar con nosotros.

R.Las clases se imparten de forma gratuita, tanto online como presencialmente cada dos semanas aquí en Madrid, porque de momento no tenemos más recursos. Nos adaptamos a cada oposición, hay clases específicas y también clases generales, porque entendemos que muchos de los contenidos que se preparan hoy en día son compartidos. Aportamos temarios gratuitos y también resolvemos casos prácticos, aportamos tests... Todo lo que involucra la preparación de una oposición, de la forma más parecida a lo que es una academia tradicional, pero añadiendo nuestras propias innovaciones. Queremos ser una academia de calidad, exactamente igual que una de pago.

P.¿Cómo se sostiene económicamente un proyecto así? ¿Quién paga los materiales, los espacios...?

R.De momento nosotros. Los que somos socios aportamos una cuota de 20 euros. Los alumnos no pagan absolutamente nada. Evidentemente, las intenciones son intentar acceder a donativos de personas que quieran colaborar o cualquier tipo de financiación, pero de momento somos nosotros los que financiamos la web, el espacio, los dominios que tenemos en internet... Tenemos un presupuesto muy pequeño.

"La Constitución dice que todos debemos acceder en igualdad a los cargos públicos, pero en la realidad social no se cumple"

P.Los profesores son funcionarios como usted que dan clase gratis en su tiempo libre. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué les mueve?

R.Creo que podemos aportar un granito de arena a eliminar esos sesgos y brechas. Lo pienso por varios motivos. El primero, porque creo que es un deber constitucional. La propia Constitución, en el artículo 23.2, habla de que todos debemos acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos. Si bien de forma legal esto se cumple, creemos que en la realidad social no se produce.

R.También creemos que esto permite que pueda acceder gente que de otras condiciones no podría, lo cual es positivo tanto para ellos mismos como para la propia administración y los servicios públicos. Si tenemos más gente accediendo que en otras condiciones no sería posible, es probable que captemos perfiles que en otros casos no captaríamos, lo cual nos da mejores perfiles. Perfiles incluso más diversos, lo cual aporta valor a la propia administración. Creemos que hace que la administración sea mejor, que los servicios públicos sean mejores y que, en general, tengamos un país un poco mejor.

R.Por completar la idea, no solo damos clases. Tenemos otras áreas que buscan romper ese sesgo de otra forma. Por ejemplo, tenemos un área de relaciones institucionales que se encarga de dar charlas en institutos, universidades o espacios donde podamos alcanzar a gente que no se plantea hacer una oposición porque no conoce su existencia. Tenemos un correo electrónico donde respondemos diariamente dudas sobre oposiciones, sobre qué oposición se puede preparar, sobre qué requisitos tiene cada una...

R.También estamos trabajando en una oficina de asesoramiento al opositor, para que cualquiera que tenga una duda sobre a qué puede opositar acceda a nosotros.

Pablo Villatoro, algecireño y Administrador Civil del Estado, fundó junto a otros funcionarios la ECAP.
Pablo Villatoro, algecireño y Administrador Civil del Estado, fundó junto a otros funcionarios la ECAP.

P.Paco Barbié, también empleado público, lleva años democratizando el acceso a las oposiciones desde YouTube y otras plataformas. ¿Ha sido una inspiración para ustedes?

R.Es un recurso que muchos de nuestros opositores conocen y que es buenísimo. Creemos que apoya justamente esta idea de que la gente pueda acceder a una preparación gratuita o cercana a lo gratuito. Pero no te diría que viene directamente de esa inspiración, porque la academia como tal tiene un origen mucho más espontáneo.

R.Un compañero nuestro aprobó la oposición, se lo dijo a sus amigos, ellos dijeron "esta oposición está genial, yo también quiero prepararla", y él les dijo "pues si queréis os comparto los temarios y os doy clase una vez a la semana, que somos amigos". Esto fue escalando: empezaron siendo tres, luego se unió más gente que conocían, acabaron entrando en una sala que tenían en una asociación, tuvieron que pasarlo online —lo cual además nos ayuda a romper la brecha territorial, que creemos que también existe—. Y eso derivó en lo que es hoy la academia, pero fue algo mucho más espontáneo, no tanto una cosa basada en una idea concreta.

"Opositar fue la cosa más valiente que he hecho en mi vida"

P.¿Opositar es de valientes o de desesperados?

R.Yo diría que es más de valientes. Las oposiciones siempre suponen un riesgo. Hoy en día, en España, el sistema de oposiciones implica muchas veces tener que dejar tu propio trabajo o detener tu carrera laboral. Por tanto, es asumir un riesgo enorme para una recompensa que no está asegurada.

R.Yo siempre digo a mis compañeros que opositar fue la cosa más valiente que he hecho en mi vida. Había mucha incertidumbre sobre si iba a poder o no, porque en una oposición entran en juego muchos factores. Incluso el hecho de que el propio día del examen, aunque te prepares durante cuatro años, te encuentres fatal y no puedas ir. Creo que es algo bastante valiente.

R.Evidentemente, no negamos que en un contexto laboral como el que nos encontramos haya gente que oposita buscando una solución laboral más segura y estable, pero yo diría que parte más de la valentía que de la desesperación.

P.¿Opositar tiene edad?

R.Opositar no tiene edad. De hecho, nosotros tenemos perfiles muy variados. En esta última convocatoria de la oposición que coordino, tenemos opositores que han aprobado con menos de 30 años y opositores que han aprobado con 40 y 50 años, lo cual nos indica que no tiene edad.

R.Tiene edad a nivel estadístico, evidentemente, porque hay quizás un porcentaje mayor de gente que oposita en el entorno de los 30 años, pero como tal no debería tener edad y creemos que no la tiene. Tenemos resultados de personas que opositan mucho más adelante en su vida, sacan las oposiciones y no tienen ningún problema.

La ECAP surge como una iniciativa para democratizar el acceso a la preparación de oposiciones, ofreciendo clases y temarios gratuitos.
La ECAP surge como una iniciativa para democratizar el acceso a la preparación de oposiciones, ofreciendo clases y temarios gratuitos. / ECAP

P.¿Cuáles son actualmente, en su opinión, las mejores oposiciones para prepararse?

R.Esta es una pregunta que no puedo responder como tal, porque creo que depende mucho de cada perfil. De hecho, cuando hablamos de esa oficina de asesoramiento al opositor que queremos crear, es precisamente porque cada uno puede tener una oposición que le venga mejor a su perfil, a su situación personal, y eso es difícil de juzgar de forma absoluta.

R.Si te interesa más la estadística, puedes opositar mejor a temas de estadística. Si te interesa más la investigación o trabajar en datos relacionados con ella, los organismos públicos de investigación. Dependiendo de la cualificación que tengas, cada subgrupo exige una cualificación distinta: un grado universitario, el título de la ESO... Es difícil decirlo en términos generales.

"En España tenemos funcionarios muy cualificados y comprometidos; el tópico de que no trabajan es falso"

P.Mucha gente piensa que un funcionario es alguien que trabaja poco y cobra mucho. ¿Cómo rebate ese tópico desde su experiencia?

R.Desde mi experiencia ole diría que, en general, ocurre más bien lo contrario. Desde que he entrado en la administración, solo me he encontrado gente comprometida. Un ejemplo claro es que incluso en esta academia casi todos somos funcionarios —hay alguna persona que no lo es— y lo único que hacemos es, después de trabajar, echarle más horas a preparar opositores de forma gratuita. Creo que nosotros rebatimos totalmente el tópico de gente que lo único que quiere es no trabajar.

R.Confío mucho en el cuerpo funcionarial. Creo que en general tenemos funcionarios muy cualificados en España. Creemos que todavía podríamos tener un funcionariado más diverso —por eso precisamente preparamos—, pero en general nuestros funcionarios son gente bastante preparada, competente, que además tiene que llevar una preparación anterior específica para un puesto de trabajo, lo cual implica una garantía de calidad.

R.Desde que he entrado en la administración, lo único que me he encontrado es lo contrario: gente muy comprometida en todos los niveles, que hace que las cosas salgan adelante.

P.¿Tienen ya casos de éxito de gente que ha aprobado gracias a la ECAP?

R.Sí, por supuesto. La cifra que manejamos es que en las últimas convocatorias, alrededor del 35% de las personas que se han presentado con nosotros han aprobado. Sigue siendo una cifra que evidentemente queremos mejorar, pero es más o menos lo que manejamos.

P.¿Cree que las academias privadas de oposiciones tienen los días contados con el germen que han sembrado ustedes?

R.No lo sé. Más que eso, lo que nosotros apostamos es por que exista un sistema público en el que se pueda preparar y que cada persona pueda acceder sin ningún tipo de brecha socioeconómica. La propia administración debería ofrecer formación gratuita, ya sea directamente o a través de financiación de entidades que lo hagan. No tenemos una opinión oficial de la academia sobre cómo debería ser ese modelo, pero sí pensamos que lo que estamos haciendo es cubrir un hueco, poner un parche a algo que deberían hacer desde las propias instituciones.

R.Eso no implicaría que no pudieran existir academias privadas, no nos metemos demasiado en eso. Pero sí pensamos que la oportunidad de preparar de forma gratuita debería ser una oportunidad institucionalizada, que no parta de iniciativas privadas. Al final nosotros llegamos donde podemos y no llegamos a la mayoría de la gente. La oposición que yo coordino, por ejemplo, tiene una lista de espera que casi dobla el número de opositores que preparamos, porque hay un límite de lo que podemos hacer.

R.Eso no podemos solucionarlo nosotros solos. Para eso necesitamos apoyo de las instituciones, o que las instituciones sean las que asuman ese rol.

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