“Por su carácter geoestratégico, el Campo de Gibraltar es un laboratorio de la historia”
Entrevista | José Manuel Algarbani, historiador
Profesor y cronista oficial de Los Barrios, desde el próximo domingo publicará semanalmente en Europa Sur una serie de artículos en los que abordará los episodios más relevantes de la historia moderna y contemporánea de la comarca
Su tesis doctoral sobre la Guerra Civil en el Campo de Gibraltar es la única que se ha realizado al respecto sobre esa temática. Nacido en 1966 en Normandía de padres emigrantes, afirma que su lugar de origen le hace sentirse, precisamente, “muy campogibraltareño”.
Pregunta.-¿Cuál es la meta que se marca con esta serie de artículos?
Respuesta. -Como conocedor de la historia contemporánea de la comarca, creo que es interesante que se divulguen temas relacionados con la actualidad dentro de lo posible y en un tono alejado de lo académico. Me centraré en el S.XX, pero tocaremos algo del S.XIX, con referencias también a los siglos XV, XVI, XVII y XVIII, cuando los episodios lo requieran.
P. -¿Cuáles son los puntos de referencia de la historia contemporánea del Campo de Gibraltar?
R. -Sin duda alguna, la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura son periodos históricos clave que todavía hoy, por distintos motivos, están en boca de todos, incluidos los políticos. Son periodos cruciales en el Campo de Gibraltar, aunque nuestra comarca, por su carácter geoestratégico, es un laboratorio permanente de la historia. Aquí hay de todo en todos los periodos de la historia porque es un sitio crucial.
Queda muchísimo por descubrir, muchísimo por investigar, infinitos puntos de vista"
P. -Su tesis doctoral versa, precisamente, sobre la Guerra Civil.
R. -La titulé La Guerra Civil española en un territorio de fronteras 1931-1945. Un territorio de fronteras hay que marcarlo muy bien porque es lo que determina muchísimas cosas. El Campo de Gibraltar tiene una frontera natural que la ha aislado históricamente siempre, que es la sierra, y por el sur está delimitada por el Estrecho, con África enfrente. Además, tenemos una frontera administrativa que es la colonia británica de Gibraltar, que ha marcado también muchísimo todo.
P. -¿Qué queda por descubrir aún de esa historia?
R. -Queda muchísimo por descubrir, muchísimo por investigar, infinitos puntos de vista. Solo hay que escoger cualquier tema y desarrollarlo, teniendo en cuenta que, en los últimos 30 años, sobre todo a través de la revista Almoraima, se han hecho muchísimas cosas y se ha crecido exponencialmente en cuanto a investigaciones de calidad. Ya no hay ningún trabajo a nivel nacional que aborde el Campo de Gibraltar y que no tome como referencia Almoraima. Eso es interesantísimo, pero queda y siempre va a quedar mucho, afortunadamente, para quienes nos dedicamos a esto.
P. -Póngame un ejemplo de algo en lo que merezca la pena indagar.
R. -Creo que son muy desconocidos los orígenes del movimiento obrero en la comarca. Los primeros momentos podemos marcarlos en el diseño revolucionario, en la Primera República, en el movimiento cantonal, que tuvo mucha importancia en la zona. También fueron importantes las primeras décadas del siglo XX, en las que el tema apenas se ha tocado, casi de puntillas. Sería muy interesante también profundizar en la Guerra Civil. Hay tantísimas aristas en la Guerra Civil, en la Segunda República y en la dictadura que siento que tendría que tener tres vidas para hacer todo lo que me gustaría.
González de la Vega, alcalde de Los Barrios varias veces en el S.XIX, presidente de la Diputación de Cádiz muy cercano a Isabel II, fue el que consiguió la independencia de La Línea de San Roque y el título de Villa de Los Barrios"
P. -¿Qué personajes han marcado la historia del Campo de Gibraltar?
R. -Pues desde un punto de vista político hay algunos políticos que, desgraciadamente, no están en el lugar que les corresponde. Se me pasa por la cabeza ahora mismo González de la Vega, alcalde de Los Barrios varias veces en el S.XIX, presidente de la Diputación de Cádiz muy cercano a Isabel II y que fue el que, como diputado en Madrid, consiguió la independencia de La Línea de San Roque y el título de Villa de Los Barrios… En el siglo XX hubo personas muy interesantes en la Segunda República y otras destacadas por su papel en la Guerra Civil.
P. -¿Qué papel jugó la prensa en el contexto de los siglos XIX y XX?
R. -Fue muy interesante porque hubo mucha prensa obrera, lo que demuestra el potencial que tenía el movimiento obrero. Pensemos que los movimientos obreros, en principio, no tenían mucho capital para invertir en prensa, pero aquí sí tuvieron muchas cabeceras. El momento culminante de la prensa en el Campo de Gibraltar fue, sin duda, la Segunda República. Le hablo de memoria. Estaban Heraldo de La Línea, La Verdad… Había periódicos anarquistas, socialistas, como Alba Roja, en La Línea, o Redención, en Algeciras. Más tarde aparecerán La Protesta, Cultura Libertaria, Estudios Sociales, Vida y Trabajo, cabeceras de partidos políticos como el Radical o la Unión Republicana... Había muchísimos periódicos, muchísimos. Nos da qué pensar el hecho de que, una vez comienza la Guerra Civil, se quedaran solo dos cabeceras en la comarca: El Defensor Semanario Tradicionalista, de La Línea, y Azul, semanario comarcal de Falange Española, en Algeciras, que desaparecerán tras la contienda. Fueron cabeceras que cogieron los talleres de impresión de los periódicos que había antes y que habían sido incautados.
P.-¿Quién ocupó el lugar de esos dos periódicos cuando dejaron de editarse?
R. -Tras la Guerra Civil, la situación fue tal que, quitando los grandes periódicos nacionales, no hubo periódicos comarcales. Hubo un desierto importante a ese respecto. Por una serie de motivaciones que se salen de lo comarcal, nació ya más cercano a la democracia, a finales de los años 60, Área, y después, ya un poco avanzada la democracia, en 1989, Europa Sur, que es el referente comarcal.
Cuando los políticos o la gente que quiere hacer política hablan de historia, la lían"
P. -¿Ha pisado algún callo en su faceta como historiador?
R. -Sinceramente, nunca he tenido críticas por mis investigaciones históricas. Como es un tema tan delicado, todo lo que digo lo tengo más que investigado y documentado. Sí que hay alguna que otra crítica política, pero aprovecho para decirle que, cuando los políticos o la gente que quiere hacer política hablan de historia, la lían. La historia es para los historiadores. La Guerra Civil, la Segunda República y la dictadura son para los historiadores profesionales, que son los que tienen que hablar de historia.
P. -¿Quiénes fueron sus maestros académicos?
R. -Yo estudié en Granada, afortunadamente, en el Departamento de Historia Contemporánea, con grandísimos profesores y catedráticos, con algunos de los cuales sigo teniendo contacto.
P. -¿Algún nombre que le venga a la cabeza?
R. -Miguel Gómez Oliver y Paco Cobo. Este último me codirigió la tesis doctoral junto con Julio Pérez Serrano, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz. Como maestro, le estoy muy agradecido.
P.-La suya es una vida entregada al estudio.
R. -Puede decirse que sí. Verá, como muchísimos campogibraltareños, nací a finales de los 60 en Francia, en Normandía. Mis padres había emigrado allí.
P.-¿A qué se dedicaban?
R. -Mi madre estaba en la casa y mi padre era un trabajador. Cuando tenía un año y pico, decidieron regresar. Estudié en el Instituto Isla Verde y después me fui a Granada, a estudiar la diplomatura en Biblioteconomía y Documentación, la licenciatura en Documentación y la licenciatura en Historia Contemporánea; el último curso de Historia lo realicé en la Universidad de Galway, en Irlanda. Siempre he estudiado en la enseñanza pública y, además, con becas. Sin ellas no podría haber estudiado. Por lo tanto, soy un grandísimo defensor de la enseñanza pública.
P. -Y ahora es profesor de un instituto público.
R. -Hice un par de másteres. Estuve con becas de investigación en la Universidad de Sevilla y en la Universidad de Cádiz. En Sevilla hice un máster en Documentación en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Hice también un máster en Historia Agraria Contemporánea en la Universidad de La Rábida, con un montón de compañeros latinoamericanos con los que sigo teniendo contacto. Después estuve, como docente, en la Universidad de Cádiz, en la Escuela de Estudios Jurídicos, cuando estaba en la calle Convento, aunque cuando vi que las perspectivas eran bastante oscuras, porque la escuela iba a desaparecer y se la iban a llevar a Cádiz, comencé como profesor de Enseñanza Secundaria. Y ahí estamos, de funcionario en el Instituto Carlos Cano de Los Barrios.
P.-También es cronista de su pueblo.
R. -Sí. En 2014, Jorge Romero, el entonces alcalde, me preguntó si quería ser cronista oficial de Los Barrios, lo que fue un halago personal. Lo único que le dije es que aceptaría si la Corporación local estaba de acuerdo por unanimidad… Creo que fue de las primeras veces que se pusieron de acuerdo en algo.
P. -Cronista vitalicio, pero sin ver un céntimo.
R. -Vitalicios estamos el Rey y yo, junto con otros colegas cronistas. Es un cargo que te honra como persona, pero que te hace trabajar porque hay que hacer informes cada vez que te lo piden. Cualquier persona de la Corporación puede pedirme un informe, aunque casi siempre lo hace la Alcaldía. Yo, lógicamente, para esa cosas, tiro muchas veces de los que saben de cada tema. Desgraciadamente, no sé de todo, no soy renacentista.
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