"Cada lector experimenta una misma novela de manera distinta"

Entrevista | Francisco Díaz Valladares, escritor

El autor afincado en La Línea acaba de publicar 'La hija del esquimal', con el que logró el Premio Lazarillo de literatura juvenil

"Cuando me pongo a escribir, dejo que los protagonistas me cuenten la novela"

Francisco Díaz Valladares, en su casa con un ejemplar de 'La hija del esquimal'.
Francisco Díaz Valladares, en su casa con un ejemplar de 'La hija del esquimal'. / Erasmo Fenoy

Francisco Díaz Valladades, escritor nacido en Villamanrique de la Condesa (Sevilla), aunque residente en La Línea desde hace varios años, acaba de publicar La hija del esquimal (Edebé), con el que ganó el prestigioso Premio Lazarillo, el galardón más antiguo de la literatura infantil y juvenil española, otorgado por la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil y patrocinados por el Ministerio de Cultura y McDonald's España.

Pregunta.El libro se acaba de publicar, pero usted recibió el premio el año pasado.

Respuesta.Sí, así es. Una vez que recibes un galardón de ese nivel, las editoriales pujan para que publiques con ellas porque es un caballo ganador, es decir, saben que el libro tiene un respaldo y quieren apostar por él. Después de eso, tú decides con qué editorial quieres trabajar. El motivo por el que se ha tardado tanto en publicar es que las editoriales tienen tramos o calendarios muy estrictos. Por ejemplo, todo lo que les llega después de septiembre ya entra en la planificación del año siguiente. Así que aunque el libro estuviese prácticamente listo, tuvo que esperar a encajar en el calendario editorial.

P.¿Y qué acogida ha tenido?

R.Para las novelas juveniles, las presentaciones suelen hacerse en colegios. Las editoriales no suelen organizar actos públicos: compran lotes de 100, 200 o 250 libros y se distribuyen entre los centros educativos. Este 13 de noviembre haré una presentación en la librería La pecera, en La Línea, donde no solo hablaremos de esta novela, sino de toda mi obra. Además, la novela ha tenido una acogida fantástica en ferias internacionales. Por ejemplo, estuve en Liber, que es una feria para profesionales que se celebra en Madrid, y me he asombrado porque se la han llevado a México, ha estado en una feria en Frankfurt, en Alemania, y algunos bibliotecarios de Estados Unidos han mostrado interés. Me ha sorprendido mucho ver cómo está funcionando a nivel profesional, fuera de la venta directa al público.

P.¿De dónde surgió la inspiración para escribir La hija del esquimal?

R.Surgió porque me fascinaba la cultura inuit, muy poco documentada y mal conocida. Leí libros como Iglús en la noche, y descubrí que a los inuits no les gusta que se les llame esquimales, porque significa “comedores de carne cruda”; ellos prefieren “inuit”, que quiere decir “hombre”. Mi investigación fue profunda porque hay muy poco escrito de los inuits. Encontré referencias históricas, costumbres, e incluso datos de la Guerra Fría. Por ejemplo, Estados Unidos planeó construir ciudades submarinas dentro de los glaciares de Groenlandia. Todo esto me inspiró para crear una novela con trasfondo real, pero con libertad narrativa para inventar historias y personajes.

P.¿Qué escenarios le gustaría explorar en futuras novelas?

R.Siempre quieres buscar territorios que no estén muy explorados o darles una vuelta original, porque ya se ha escrito de todo.

P.¿Cómo gestiona el salto entre novela juvenil y novela para adultos?

R.La última novela adulta que publiqué fue El círculo imperfecto. Pero me atrae mucho escribir para juveniles porque ahí puedo proyectar los personajes de mi infancia, como el Guerrero del antifaz, el Jabato o el Capitán Trueno, que siguen viviendo en mi cabeza, y me permite hacer una escritura más fresca, sin tener que manejar tanto la complejidad psicológica adulta. Además, me gusta mucho la investigación que hago cada vez que escribo de un tema, me llevo dos o tres meses leyendo, y eso me inspira y me gusta. Ahora mismo tengo media docena de novelas para escribir. A veces me digo que tengo que tomar un descanso, pero en cuanto termino una novela y pasan dos o tres días, ya estoy con el papel en la mano y buscando libros y leyendo. Es difícil dejar de escribir.

P.¿Cómo maneja su proceso creativo?

R.Hay dos formas de escribir, una que es la forma que yo lo hago, que se llama con brújula, y otra que es el escritor de mapa, que lo prepara todo antes de empezar a escribir y tiene hecho una un esquema. Lo tiene todo controladísimo para que cuando empieza a escribir solo tiene que seguir lo que ha colocado en lo que tiene ya programado. Sin embargo, yo no. Es que ni le pongo nombres a los personajes, cuando ya va tomando cierta consistencia les busco un hombre que apoye a esa personalidad.

P.¿Ha modificado el final de alguna novela la primera versión?

R.Nunca. La historia se construye mientras escribo, y los finales surgen de manera natural. Lo importante es dejar que la trama fluya y que los personajes tomen sus decisiones dentro del relato. Una vez que la novela sale de mi ordenador, deja de ser mía: pasa a ser de los lectores, que la experimentan cada uno de forma distinta. Cada lector crea su propia percepción, asigna rostros y voces a los personajes, interpreta situaciones de manera personal. Es fascinante cómo una misma historia puede convertirse en múltiples experiencias de lectura.

P.¿Qué consejo daría a los escritores noveles?

R.Les diría que lean mucho, un libro a la semana, y que se tomen tiempo para escribir sin miedo a que nadie los lea. Esa libertad es fundamental. El amor por la literatura y la escritura debe ser sin cortapisas, sin límites. Una vez terminada la novela, sí se puede releer, reescribir y corregir. Pero durante el proceso creativo, es mejor dejar que fluya todo lo que surja de la imaginación. Incluso si aparecen personajes que creías muertos, que vuelven o cambian de rumbo, es parte del proceso natural. Escribir de esta manera activa la creatividad y permite descubrir historias que, de otra forma, no saldrían a la luz.

P.¿Y algún consejo para quienes dudan en comenzar una novela?

R. Que se encierren en una habitación, apaguen el móvil y escriban durante un rato sin pensar en nada, aunque sean chorradas, para que la escritura se pase del lado izquierdo del cerebro al derecho, que es la parte creativa. Que se permitan crear libremente. El papel blanco no es un enemigo, sino una oportunidad. Y sobre todo: leer, leer y leer, porque eso nutre la imaginación.

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