El ejército marroquí se suma a la investigación del narcotúnel entre Ceuta y Marruecos
La Guardia Civil espera a que mejore el tiempo para cruzar a Marruecos por la galería subterránea utilizada durante años para el contrabando de hachís
La Guardia Civil accede de nuevo al narcotúnel de Ceuta con la cooperación de Marruecos
La entrada del narcotúnel descubierta el pasado 19 de febrero en Ceuta, y que conecta la ciudad autónoma con Marruecos a través de una galería subterránea de unos 50 metros de longitud, ha pasado a estar bajo vigilancia del ejército marroquí. La infraestructura, que fue utilizada durante años para el tráfico de hachís, arranca en un área controlada actualmente por las fuerzas militares del país vecino, cerca de la frontera y en las inmediaciones de un antiguo colegio convertido en base de operaciones para frenar la inmigración ilegal.
Durante esta semana, agentes de la Gendarmería Real han reforzado su presencia en el perímetro fronterizo. A su despliegue se han sumado unidades de Protección Civil especializadas en la inspección de túneles y estructuras subterráneas. Además, altos mandos marroquíes han mantenido conversaciones con la agregada de la Guardia Civil en Marruecos y con agentes de Asuntos Internos españoles para coordinar las próximas actuaciones.
Esperando el momento adecuado
La Guardia Civil planea adentrarse en el túnel para cruzar a Marruecos y completar la investigación. Sin embargo, la incursión solo se llevará a cabo cuando las condiciones meteorológicas sean óptimas y se garantice la seguridad de los efectivos. Las constantes lluvias han obligado a suspender temporalmente los trabajos de la Unidad de Reconocimiento de Subsuelo, ya que la humedad y la inestabilidad del terreno incrementan el riesgo de derrumbes.
Las autoridades españolas han determinado que la galería fue reconstruida y ampliada entre 2021 y 2022, aprovechando el cierre fronterizo y la inactividad de las naves del polígono industrial de El Tarajal. La salida estaba oculta bajo una trampilla en una nave aparentemente abandonada, una vieja marmolería, a 12 metros de profundidad. Con unas dimensiones de apenas 40 centímetros de ancho y 60 de alto, el túnel estaba reforzado con madera para evitar su colapso.
Las investigaciones han permitido identificar a los dueños de la nave del Tarajal. Se trata de dos individuos con nacionalidad española que cobraban a las organizaciones criminales por el uso del paso subterráneo. Actualmente, ambos se encuentran en Marruecos y las autoridades españolas han trasladado sus datos al país vecino para su posible detención.
El túnel, que durante años sirvió para el contrabando de hachís, facilitaba el traslado de la droga hacia Ceuta para su posterior envío en camiones a la península a través del Puerto de Algeciras. Ahora, la galería ha sido sellada y permanece bajo vigilancia con sensores y cámaras de seguridad instaladas a lo largo de parte de su recorrido.
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