Descubren la "fortaleza oculta" de un raro erizo marino protegido en el estrecho de Gibraltar
Un estudio del IEO-CSIC identifica más de 500 ejemplares de Centrostephanus longispinus y revela un enclave clave sin protección ambiental en el cañón del Guadiaro
“El dragón azul es una joya evolutiva que la naturaleza nos ha regalado”
Un equipo de investigadores del Centro Oceanográfico de Málaga, del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), ha descubierto la presencia de importantes núcleos del erizo marino Centrostephanus longispinus —una especie protegida por la Directiva Hábitats y el Convenio de Barcelona— en aguas del estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán occidental. Los resultados, publicados en la revista científica Diversity, aportan por primera vez una radiografía completa de la distribución, densidad y hábitat de este inusual equinodermo en profundidades medias y profundas del Mediterráneo occidental.
El hallazgo es fruto del análisis de 131 transectos submarinos realizados con vehículos operados remotamente (ROV) y sistemas fotogramétricos durante las campañas Circaesal de 2021, 2023 y 2024. Gracias a esta exploración detallada, el equipo ha identificado 524 individuos de C. longispinus, la mayoría situados entre los 48 y 100 metros de profundidad sobre fondos rocosos con grietas, cantos rodados y una elevada complejidad estructural.
Tradicionalmente considerado un organismo raro y de distribución fragmentada en el Mediterráneo occidental, este erizo marino muestra, sin embargo, agregaciones muy significativas en puntos concretos del litoral andaluz. Una de las más llamativas se encuentra en las inmediaciones del cañón submarino del río Guadiaro, un enclave de alto valor ecológico que, pese a su relevancia, no cuenta con ninguna figura de protección, a diferencia del cercano espacio ZEC Estrecho Oriental. El estudio subraya que esta zona podría funcionar como un reservorio esencial para la especie y reclama su inclusión en futuras medidas de conservación.
Además de trazar con precisión su distribución, la investigación analiza la relación del erizo con distintos tipos de hábitat, la complejidad del relieve submarino y la presencia de especies bentónicas estructurantes, como las gorgonias. También se examina el impacto de posibles presiones humanas, entre ellas la presencia de artes de pesca abandonadas o algas invasoras.
Los resultados confirman que C. longispinus prefiere ambientes con refugios naturales, especialmente grietas y salientes rocosos. En zonas menos profundas, el estudio documenta un comportamiento más críptico, permaneciendo escondido durante las horas de luz para evitar depredadores.
“El estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán representan una zona de transición única entre el Atlántico y el Mediterráneo, con unas condiciones que favorecen una biodiversidad extraordinaria. Nuestros datos indican que este erizo encuentra aquí un hábitat particularmente favorable”, explica Javier Valenzuela, autor principal del estudio.
Catalogado como especie vulnerable en diversas listas nacionales y autonómicas, Centrostephanus longispinus se enfrenta a amenazas como la degradación del fondo marino, determinadas actividades pesqueras, la contaminación o el avance del cambio climático. Este trabajo supone un paso decisivo para mejorar el conocimiento de su ecología y avanzar en estrategias de gestión y protección en el Mediterráneo occidental.
Proyecto Biodiv
La investigación se desarrolla en colaboración con la Universidad de Málaga y se enmarca en los proyectos ESMARES 3 y BIODIV. ESMARES 3 está financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (FEMPA). BIODIV forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU, con participación del MITECO y el CSIC a través del IEO.
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