Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De facilidades
El esperado puente del Pilar, que este año se alarga para los escolares de Andalucía desde el viernes 10 hasta el lunes 13 de octubre, no traerá el tiempo estable y soleado que muchos esperaban en el Campo de Gibraltar. La responsable será Alice, la primera dana del otoño, que dejará un ambiente cambiante, con nubes, chaparrones ocasionales y viento de levante moderado a fuerte.
El puente del Día de la Hispanidad y de la Virgen del Pilar será de tres días festivos —al trasladarse el festivo nacional del domingo al lunes—, aunque en muchos colegios se sumará también el viernes, configurando así un largo descanso ideal para una escapada. Sin embargo, el tiempo solo acompañará a ratos.
Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet), los primeros chubascos en la zona del Estrecho podrían aparecer ya el viernes, especialmente en el litoral oriental de la comarca, con tendencia a intensificarse durante el sábado y el domingo, las jornadas más inestables del puente. No se esperan lluvias persistentes ni aguaceros torrenciales, sino intervalos nubosos con precipitaciones intermitentes. A ratos paraguas, a ratos gafas de sol.
Estas lluvias se deberán al avance de una vaguada atlántica combinada con vientos húmedos de levante, una situación clásica de octubre que suele dejar precipitaciones irregulares en la franja costera.
Las temperaturas también descenderán ligeramente: las máximas rondarán los 23 grados y las mínimas los 18, en un ambiente ya plenamente otoñal. A ello se sumará el viento de levante, que soplará con rachas fuertes en el Estrecho durante buena parte del fin de semana, especialmente entre la tarde del viernes y el domingo.
Con la llegada de octubre comienza también la cuenta atrás para el cambio de hora que nos llevará al horario de invierno. El ajuste se producirá en la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre. A las 3:00 de la madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora, de modo que volverán a marcar las 2:00.
Ese día tendrá 25 horas, un pequeño regalo que anticipa amaneceres más tempranos y atardeceres más cortos. Una alteración que muchos notan en su rutina y que marca, oficialmente, el paso del verano al invierno.
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