Observatorio de La Trocha | Nuestro arte prehistórico

La Cueva de la Horadada, un referente del arte prehistórico en San Roque

  • Situada en la Sierra del Arca, fue descubierta en mayo de 1926 por Annie Elizabeth Dorothy Garrod, y Ms. Harry Milton, las primeras arqueólogas que realizaron un trabajo sobre arte rupestre en España

Vista general del Peñón de la Horadada.

Vista general del Peñón de la Horadada.

La cueva denominada de la Horadada está situada en el término municipal de San Roque, en la Sierra del Arca (zona propuesta para ser incluida en el Parque Natural de los Alcornocales). Se localiza al norte del núcleo histórico de San Roque, en la zona del Puerto del Higuerón, a 235 m. sobre el nivel del mar.

La cueva se sitúa en un singular peñón rocoso provisto de varias cavidades, aunque solo una de ellas conserva arte prehistórico. Fue descubierta en mayo de 1926 por Annie Elizabeth Dorothy Garrod, y Ms. Harry Milton, siendo las primeras arqueólogas que realizan un trabajo sobre arte rupestre en España. Garrod fue también la primera mujer que obtuvo una cátedra en Cambridge, realizó su trabajo en yacimientos prehistóricos de Inglaterra, Gibraltar, Kurdistán, Oriente Próximo y Líbano.  En estas excavaciones prefería contratar mujeres de las poblaciones cercanas, por ser muy meticulosas. Comunicó el hallazgo de nuestra cueva a Breuil, que posteriormente la describió en su famosa obra sobre el arte prehistórico en el extremo sur peninsular.

Henri Breuil reprodujo los dibujos de D. Garrod y H. Milton, a pesar de que él no había visitado la cavidad, además habla de una serie de pinturas esquemáticas situadas a la derecha en una oquedad elevada y describe otras dos figuras puntiformes sobre un panel en el paramento de la izquierda. En las descripciones que refiere H. Breuil sobre esta cavidad no hace mención a ningún grabado. Años más tarde, en 1988, el matrimonio Topper, publicó un nuevo estudio de este abrigo en el libro editado por la Diputación de Cádiz, Arte rupestre en la provincia de Cádiz, incluyendo solo reproducciones de las pinturas halladas en la cavidad y no haciendo referencia a los grabados. Finalmente en 1997 el sanroqueño Jorge Antúnez Neira descubrió los grabados, posteriormente estudiados por Lothar Bergmann, que les atribuyo una posible cronología paleolítica, paralelizándolos con los hallados en la tarifeña Cueva de las Golondrinas o del Vencejo Moro. Esas consideraciones fueron ratificadas en el verano del mismo año por Julián Martínez García, en su trabajo Arte Prehistórico al aire libre en el Sur de Europa.

Panel A, con figuras esquemáticas pintadas. Panel A, con figuras esquemáticas pintadas.

Panel A, con figuras esquemáticas pintadas.

La cueva de la Horadada se ubica en un peñón rocoso de arenisca, de grandes dimensiones, 23,50 x 45,00 metros, que se eleva del suelo unos 7 metros, localizado a 167 m.s.n.m. En la cara sur alberga dos cavidades, la primera, de mayor tamaño, aproximadamente unos 6,50 metros de ancho por 3 metros en su punto más alto, a la que se accede desde el este por un pasillo lateral de 2 metros de ancho; está afectada por una acusada erosión en sus paredes, debido al viento de levante que entra directamente por la boca lateral formando un túnel de viento. En el suelo de esta cavidad podemos observar una acumulación de arena desprendida de sus paramentos.

Actualmente solo conserva pequeños trazos indefinidos, en su zona central, de apenas 6 cm de longitud en muy mal estado de conservación, aunque es de suponer que sus paredes, también estarían decoradas. A su izquierda localizamos la cueva conocida como Cueva de la Horadada, con su acceso también orientado hacia el sur. Ésta es de menor tamaño, con un ancho máximo en su boca de acceso de 3,50 metros, una altura máxima de 3,57 metros y una profundidad de 2,69 metros. Como se puede ver a la derecha existe una oquedad levantada del suelo unos 80 cm., con una profundidad de 1,40 m., y 1,20 m. de altura máxima, situándose en una de sus paredes el panel con las representaciones de las grafías esquemáticas.

Panel B, con una figura formada por agrupación de puntos. Panel B, con una figura formada por agrupación de puntos.

Panel B, con una figura formada por agrupación de puntos.

La Cueva de la Horadada cuenta con dos superficies gráficas, diferenciadas por su técnica de ejecución. Una de ellas, el panel “A”, integrada por figuras esquemáticas pintadas y otra el panel “B”, sobre la que fue representada una figura (posible cabeza de ciervo), conformada mediante puntuaciones y, una alineación de pequeños puntos configurando una suerte de trazo oblicuo.

El panel “A” alberga 9 motivos de estilo esquemático. Se encuentra en una oquedad elevada en la parte derecha de la cavidad. Las pinturas de este panel se encuentran muy degradadas debido a la arenización, erosión y a la fracturación de la roca, provocando el desprendimiento de varias zonas de la capa superficial del paramento, y con ello la desaparición de parte de algunos de los motivos. Además, se une la cantidad de exudaciones de hierro, que producen manchas rojizas por toda la cavidad. En este panel “A” se utilizó la técnica de la pintura aplicando directamente tintas monocromáticas, en el trazado de sus motivos. El pigmento utilizado para todos los motivos de este panel es de tonalidad roja oscura, siendo factible suponer que fueron realizadas por un mismo autor, pues el trazado, el estilo y el color es el mismo para todos los motivos. El panel está formado por nueve motivos. El estado de conservación no es muy bueno, el pigmento está muy desvaído, ha perdido la intensidad del tono.

Panel C, grabados. Panel C, grabados.

Panel C, grabados.

Este panel “B” está situado en la parte izquierda a 70 cm del suelo de la cavidad, aprovechando un paramento casi vertical de 40 x 30 cm, sobre el que han sido pintados dos únicos motivos. El principal es una serie de puntos alineados que conforman un patrón, recordando a una cabeza de ciervo. El segundo, a la izquierda del anterior, a unos 10 cm, es una nueva alineación de puntos dispuestos en posición inclinada. El diámetro medio de los puntos que forman los dibujos no pasa de los 3 mm, utilizando posiblemente para su realización un palito o tallo cortado mojado en el pigmento a modo de tampón, no siendo común esta técnica pictórica en los abrigos y cavidades del arte rupestre del extremo sur de la península Ibérica.

Próximo a la zona donde se sitúa el panel “B”, se pueden observar varios impactos de bala, tanto de cazadores como militares que pasaron por la zona. Debido a estos impactos, la parte superficial más próxima a ellos se ha resquebrajado haciendo saltar el soporte rocoso.

Panel E, grabado paleolítico con la línea cérvico-dorsal de un posible équido. Panel E, grabado paleolítico con la línea cérvico-dorsal de un posible équido.

Panel E, grabado paleolítico con la línea cérvico-dorsal de un posible équido.

Los grabados están situados en el centro de la cavidad, a unos 70 cm del suelo, aprovechando una superficie gráfica de 3,00 x 1,40 m. Las figuras representadas son de gran tamaño y actualmente se encuentran muy deteriorados, afectadas principalmente por desconchones y desgastado por el roce de animales contra las paredes (en la cavidad se resguardan rebaños de cabras). El conjunto de grabados lo integran cinco paneles de difícil interpretación, además de varios trazos simples y algunos otros formando agrupaciones lineales paralelas. Hay una clara diferencia en la técnica de ejecución entre ellos. Varios de los motivos están realizados con trazo profundo abrasionado, de sección en “U”, el resto con una incisión más fina de sección en “V”. Julián Martínez García, ubica estos grabados, por su similitud con los de la Cueva del Moro, en un periodo Paleolítico denominado Solutrense.

El conjunto de grabados se ha dividido en cinco paneles, “C-D-E-F-G”, el primero, “C” se sitúa a la derecha del conjunto de grabados, en la terminación de un plano que actualmente está fracturado, y se ha perdido parte de la superficie grabada. Ocupa una superficie aproximada de 25 cm de ancho por 20 cm de alto. Realizado el grabado por la técnica de abrasión, con sección en “U”, y con grosor medio de 8 mm. Este panel está muy erosionado, y es de difícil interpretación, está formado por varios trazos rectos y uno curvo.

Panel F, grabados. Panel F, grabados.

Panel F, grabados.

A continuación, hacia la izquierda encontramos el panel “D”, deteriorado en parte por desconchones de la roca. Conserva una longitud entre los puntos más extremos de la parte superior e inferior de 58 cm., el motivo principal se realizó mediante la técnica de incisión con una sección en “V”, realizando el resto de motivos por abrasión, con una sección en “U”, y con un grosor máximo de 14 mm. Aparecen además otros trazos de menor grosor y desarrollo, que parecen obedecer a un proceso de ejecución técnico y temporal diferente de los anteriores.

El panel “E” a la izquierda del panel “D” y algo más elevado, ocupa una superficie aproximada de 60 cm. de ancho por 35 cm. de alto. Formado por un motivo de gran tamaño y varios trazos próximos a él. Se ubica en la parte izquierda el panel “D”, en una zona casi vertical, a 1,50 m de altura sobre el suelo actual de la cavidad. Está realizado mediante la técnica de incisión con una sección en “V” y grosor aproximado de 8 mm. Se aprecia lo que parece una línea cérvico-dorsal bien marcada, muy similar a las trazadas en algunos équidos, que se inflexiona en su extremo derecho formando la parte superior de una posible cabeza muy sumaria y desproporcionada. Por debajo, un nuevo trazo configura la quijada y la parte pectoral del animal. En el centro casi partiendo de la posible línea cérvico-dorsal de la figura principal, arrancan dos trazos casi paralelos realizados con una incisión gruesa, de 1 cm de ancho y una longitud respectiva de cada trazo de 12 y 14 cm. En la parte trasera de la figura principal, encontramos un trazo curvo de unos 35 cm, grabada con incisión fina de 3 a 4 mm, y en su parte baja entre este trazo y la parte principal otras tres líneas paralelas de 2 a 3 cm, también grabadas con un grosor fino 2 a 3 mm.

Debajo a la izquierda también del panel “D”, localizamos el panel “F”, con unas dimensiones de 20 cm. de ancho por 25 cm. de altura. Con una orientación de 336º, está bien conservado, aunque se encuentra en una zona inclinada más baja y próxima al suelo de la cavidad. Lo forma un motivo principal, con una longitud de 23 cm y un ancho de 5 cm, el surco del grabado es de casi 10 mm., con sección semicircular en “U”. Encima de la parte delantera del motivo se observan varias incisiones de menor tamaño realizadas también por abrasión y con sección en “U”.

Cabe la posibilidad que en la zona superior hubiese más grabados, pues se observan algunas incisiones muy desgastadas. Finalizando justo en el extremo izquierdo, aproximadamente a un metro del panel “F”, se localiza el panel “G”, aproximadamente localizamos el panel “G”, dimensiones de 30 cm. de ancho por 30 cm. de altura. Con pésimo estado de conservación, se encuentra en una zona inclinada próxima al suelo del abrigo. Está formado por tres trazos oblicuos, dos de ellos casi paralelos y de una longitud aproximada de 25 cm, y un tercer trazo curvo, en posición perpendicular a los dos anteriores y aproximadamente 20 cm de longitud. La sección que forma el surco del grabado es semicircular en “U”, y un ancho de 9 mm, realizada con la técnica de abrasión. Alrededor de estos motivos se aprecian restos de incisiones que están muy desgastadas por la erosión producida en esta zona del abrigo, próxima al suelo.

Independientemente de los grabados descritos, por toda la cavidad se encuentran repartidos diversos trazos inconexos, que no se han recogido en paneles, por no estar agrupados con algún motivo principal, como en los paneles grabados definidos anteriormente. Se destacan dos de estos grabados por ser agrupaciones de varios trazos posiblemente relacionados entre sí.

La cueva de la Horadada, a pesar de ser cavidad visitada y estudiada desde el pasado siglo, sigue siendo un referente en lo relacionado con la prehistoria de la comarca del Campo de Gibraltar. Se suma así con su arte a los nuevos hallazgos se han venido realizando en estos últimos años, que han posicionado a la provincia de Cádiz, como un referente en estudios sobre arte parietal, ya no solo sobre arte esquemático, sino paleolítico al haber incorporado al registro figurativo varias manos aerografiadas (Cueva de las Estrellas y Palomas IV), siendo esto casi impensable hace unos años, dada las características de nuestras cavidades y abrigos, muy alejados del clásico tipo de espacio receptor para este tipo de representaciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios