La crisis de ansiedad durante el confinamiento

En estos días en que nos vemos obligados a permanecer en casa -con la televisión, la radio o internet como único contacto con el exterior- son muchas las situaciones desconocidas a las que nos enfrentamos y que alteran nuestra vida cotidiana. Tantas como las dudas que nos surgen para resolver problemas personales o de convivencia relacionados con la cuarentena. La psicóloga linense Paula Igartua se suma a Europa Sur para resolver cada día dos de ellas durante el confinamiento. Puedes enviarle tus preguntas a consultas@paulaigartua.com

¿Cómo sé que estoy teniendo crisis de ansiedad?

Una crisis de ansiedad es la activación de nuestro sistema de defensa en una situación de peligro. Por ejemplo, si aparece un león te permitirá echar a correr, luchar contra él o quedarte quieto. Es decir, nuestra reacción será de huida, lucha o bloqueo. Este sistema manda sangre a tus pies para que corras, ralentiza tu metabolismo para que tu digestión se haga más tarde, activa tu respiración para ayudar a activarte, bombea tu corazón para ayudar a irte… En el confinamiento no tenemos forma de combatir el peligro, por lo que el miedo sigue ahí y esa activación no puede salir de forma adecuada. Los síntomas de una crisis son falta de aire, presión en el pecho, sensación de peligrar mi vida, sofocos o escalofríos, palpitaciones, mareos o temblores entre otros. Cada persona puede tener diferentes síntomas y suelen durar de 5 a 20 minutos.

¿Cómo superar crisis de ansiedad o pánico que han surgido en el confinamiento?

Las crisis de ansiedad reaparecen porque tenemos miedo a volver a sufrirlas, miedo al miedo. Por eso es importante que afrontes ese miedo, deja de hacer cosas para evitar tener las crisis, enfréntalas, ya sabes que solo es un sistema protector de tu cuerpo y que acabará en unos minutos. Puedes hacer un ejercicio de distracción como tocar los palillos con los dedos de ambas manos o saltar a la pata coja, también puedes hacer ejercicios de respiración con una pajita ayudando a dosificar el aire que entra en tu cuerpo. Por supuesto, a diario practica respiraciones abdominales, recuerda que la ansiedad te hace respirar muy rápido y llevando el aire a la parte superior de los pulmones. Si se repiten con asiduidad hay muchas técnicas con la que un psicoterapeuta puede ayudarte.