Condenado a prisión el migrante que agredió con un garfio a un guardia civil en Ceuta en plena borrasca Emilia

El agente resultó herido durante un día crítico de asaltos masivos a la frontera, mientras la AUGC y el PP denuncian falta de medios, inferioridad numérica y una violencia cada vez mayor

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Herido un guardia civil en frontera de Ceuta al ser atacado con garfio.
Herido un guardia civil en frontera de Ceuta al ser atacado con garfio. / AUGC

La brutal agresión sufrida por un guardia civil en la frontera de Ceuta durante una jornada marcada por la borrasca Emilia ya tiene consecuencias judiciales. Un juzgado de la ciudad autónoma ha condenado este domingo a dos años de prisión a un migrante de origen subsahariano por atacar a un agente durante un intento de entrada irregular a través de la valla perimetral.

Los hechos se produjeron en la noche del pasado sábado, en un contexto de fuerte presión migratoria, condiciones meteorológicas adversas y numerosos intentos de entrada tanto a nado como por la valla, una situación que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha calificado de “crítica” y “extremadamente peligrosa”.

Un ataque con un garfio dirigido a la cabeza

Según fuentes cercanas al caso, el acusado fue condenado inicialmente a tres años de prisión por un delito de atentado contra agente de la autoridad con empleo de instrumento peligroso y un delito leve de lesiones. Sin embargo, tras aceptar una sentencia de conformidad, la pena quedó finalmente reducida a dos años de cárcel.

De forma paralela, está previsto que se inicien los trámites administrativos para su posible expulsión de España.

Uno de los migrantes, que estaba escondido entre la maleza ya en suelo español, empezó a atacar con un garfio realizado de forma artesanal contra los agentes, hiriendo a uno de ellos en un brazo

El incidente tuvo lugar durante un dispositivo de control fronterizo desplegado por la Guardia Civil para contener varias entradas irregulares. En ese operativo, uno de los migrantes atacó “de forma violenta” a un agente utilizando un garfio artesanal, un objeto metálico con gran capacidad lesiva empleado habitualmente para trepar la valla.

El guardia civil sufrió una herida profunda en el brazo, aunque logró esquivar el impacto en la cabeza. “El golpe iba dirigido a la cabeza. Ha salvado la vida de milagro”, denunció la AUGC en sus redes sociales, subrayando la gravedad del ataque.

Jornada límite en la frontera sur

La jornada estuvo marcada por el fuerte temporal asociado a la borrasca Emilia, que azotó Ceuta con lluvias intensas y rachas de viento, coincidiendo con un repunte de los intentos de entrada irregular. Según datos oficiales, al menos una veintena de personas lograron acceder a la ciudad desde el sábado, tanto a nado por la zona de los espigones como mediante saltos a la valla fronteriza.

Desde la AUGC insisten en que los agentes actúan sin efectivos suficientes, en inferioridad de medios y frente a una violencia cada vez más organizada y desmedida, una combinación que convierte cada servicio en una operación de alto riesgo.

Críticas políticas y exigencia de refuerzos

Tras conocerse la agresión y la condena judicial, el Partido Popular ha denunciado la “absoluta inferioridad numérica y de medios” en la que, a su juicio, trabaja la Guardia Civil en Ceuta. En un comunicado, la formación conservadora ha cargado contra la gestión del Ministerio del Interior, al que acusa de no garantizar la seguridad de los agentes.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha calificado en un comunicado el incidente como un "intento de homicidio" al señalar que se ha producido en una jornada "intensa y peligrosa" para los agentes debido a los numerosos intentos de entrada tanto a nado como saltando la valla

“Mientras los ataques contra los agentes se recrudecen y se utilizan armas lesivas, el Ministerio del Interior sigue negándose a reforzar las plantillas y a dotar de los recursos necesarios a quienes garantizan la seguridad en la frontera sur de Europa”, señala el PP.

Los populares subrayan además que la agresión se produjo en una jornada en la que el intenso temporal coincidió con numerosos intentos de entrada a nado, calificando la situación de “límite” y denunciando que “Ceuta está desprotegida y sus agentes trabajan en condiciones inaceptables”.

“¿Cuánta sangre más debe derramarse?”

Desde la AUGC, el suceso vuelve a poner sobre la mesa una reivindicación histórica: el reconocimiento de la Guardia Civil como profesión de riesgo. “¿Cuánta sangre más debe derramarse para que se nos reconozca como profesión de riesgo? ¿Hasta cuándo esta desprotección?”, se preguntan.

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