Un bolsa con 20 kilos de cocaína llega a Acerinox oculta en un contenedor
El container salió de Brasil vía Rotterdam cargado con toneladas de ferroníquel
Responsables de la dirección de Acerinox confirmaron ayer a este diario el hallazgo dentro de un contenedor de una bolsa de deportes con 20 kilos de cocaína. El suceso se produjo sobre las diez de la mañana durante la descarga de un cajón cargado de ferroníquel, uno de los muchos materiales que se usan en la acería para la fabricación de acero.
Los responsables de vigilar el contenido de la carga se percataron de la existencia de esta bolsa, y activaron los protocolos establecidos para estos casos. La dirección de la empresa informó a la Guardia Civil, que fue quien verificó la presencia de esta sustancia dentro de la bolsa. Al parecer, el contenedor había llegado hasta la fábrica palmoneña procedente de Brasil vía Rotterdam.
Los agentes fueron los encargados de certificar que se trataba de droga, señalando además que la cocaína era muy pura. Esto hace indicar que su valor en el mercado podría superar ampliamente el milón de euros.
Esta sustancia podría haber llegado hasta Acerinox por el sistema que se conoce como gancho perdido, esto es, oculta en contenedores con mercancía legal.
Este método consiste en introducir la droga en el contenedor en el puerto de origen o escala, con desconocimiento de la empresa exportadora de la carga legal que transporta. Se rompen los precintos, se mete la droga y se cierran de nuevo. Una vez que el contenedor está en el puerto de destino personas de la misma organización retiran el estupefaciente tras romper esos segundos precintos del contenedor y los sustituyen por unos terceros precintos falsos que la propia red remite junto con la droga. La idea es aparentar que los contenedores no han sido manipulados y salvar los controles policiales y aduaneros. Esta forma de actuar es la que trae tanta cocaína a puertos como el Algeciras, puesto que el elevadísimo tráfico de mercancías de su puerto ofrece más posibilidades de ocultación.
Puede que en este caso el destinatario de dicha bolsa no recogiera la droga tal y como estaba establecido -ya fuese en el puerto de escala o de destino- y que finalmente la mercancía llegara hasta el lugar donde sería descargada la mercancía legal, en este caso la factoría de Acerinox.
De cualquier modo, la empresa hizo hincapié en que los protocolos establecidos para este tipo de incidencias funcionaron bien.
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