Breve repaso de la tipología gráfica en el arte rupestre postpaleolitico del extremo sur peninsular (I)
Observatorio de La Trocha
Las covachas y abrigos del Campo de Gibraltar cuentan con una amplia variedad de tipos en las diferentes representaciones realizadas por nuestros antepasados
Cueva de Ranchiles: un viaje al pasado a través del arte rupestre de la Sierra de la Plata

Algeciras/En este texto queremos dar a conocer y tipificar los diferentes motivos representados en las grafías rupestres postpaleolíticas del extremo sur peninsular, centrándonos en la amplia variedad de tipos en las diferentes representaciones realizadas en nuestras covachas y abrigos por nuestros antepasados. Uno de los primeros trabajos de clasificación del arte rupestre postpaleolítico o esquemático vino de la mano de Pilar Acosta Martínez, prestigiosa arqueóloga, investigadora especialista en arte rupestre prehistórico, plasmado en su libro La pintura rupestre esquemática en España, en 1968. En este libro ella plasmó una primera clasificación de los diferentes tipos de motivos, recogidos en varios enclaves de la península ibérica. Después de este trabajo se realizaron varios estudios en varias zonas de España clasificando sus motivos.
• Figura humana. (Antropomorfo).
• Figura animal. (Zoomorfo).
• Ídolos.
• Objetos
• Otros motivos.
Comenzamos con la figura humana o antropomorfo. Partiremos diciendo que este tipo de motivo fue poco utilizado en el arte rupestre paleolítico, aunque se representan representaciones humanas, no aparecen con frecuencia. Además, cuando aparecen, suelen estar integradas dentro de un contexto mágico o simbolizado de manera abstracta. En cuanto al origen de la figura humana esquemática, es razonable pensar que deriva de la pintura levantina, como lo indican las figuras de transición encontradas en varios abrigos del Levante y el Sudeste, que se superponen a representaciones más naturalistas propias de esta región. De este modo, la figura humana esquemática podría entenderse como una evolución estilística simplificada de los hombres y mujeres representados en las pinturas rupestres de esas zonas.
Sin embargo, el problema se complica al intentar explicar la diversidad de formas recurrentes en las representaciones humanas, que aparecen de manera casi idéntica en toda España. ¿A qué responden estas variaciones tan constantes? Para abordar esta cuestión, sería necesario considerar un cambio de mentalidad, propiciado por una nueva corriente cultural. Así, vemos que, en determinado momento, las culturas del Mediterráneo oriental comenzaron a difundir ciertos motivos decorativos y figurillas que coinciden en tipología con muchas de las figuras humanas esquemáticas encontradas en las pinturas de las cuevas y abrigo de España. Sin embargo, aunque existen algunos paralelismos tipológicos, son tan pocos que no podemos considerarlos como base sólida para un análisis concluyente. A pesar de ello, es innegable que esta corriente cultural mediterráneo-oriental tuvo una influencia significativa en la evolución de las representaciones humanas esquemáticas en las pinturas rupestres de la península ibérica. Es probable que la transmisión de estos elementos desde el Mediterráneo oriental haya provocado la creación de nuevas formas esquemáticas en las representaciones humanas, especialmente en las zonas del Levante y el Sudeste, donde ya existían figuras de transición.
Dado que la cantidad de representaciones humanas es tan extensa, nos hemos visto obligados a seguir ciertos tipos básicos que corresponden a los motivos más comunes y recurrentes en la pintura esquemática. Las variaciones que surgen de cada uno de estos tipos se pueden analizar en profundidad a través del estudio de cada uno de los siguientes motivos-tipo:
- Figura humana con brazos en asa
- Tipo golondrina
- Tipo cruciforme
- Tipo ancoriforme
- Tipo en “T”
- Tipo en "Pi" griega
- Tipo en X
- Tipo en doble "Y"
Este enfoque nos permite organizar y clasificar las representaciones humanas en función de sus características más repetidas y establecer un marco más claro para su estudio y comprensión. Damos una breve definición de cada uno de los tipos de antropomorfos, para poder así entender así su tipología:
Empezamos con la figura humana con los “brazos en asa”: en este caso prácticamente se define solo, una figura humana o antropomorfo que se le ha dotado de brazos y la posición de estos en asa junto al cuerpo. Este es uno de los motivos más repetidos en nuestra comarca. Dentro de este tipo podemos encontrar una gran variedad de motivos con brazos en asa, un simple trazo vertical con un trazo circular que recorre sus extremos, siendo esa representación de un esquematismo simple. Como ejemplo se pueden localizar en las cuevas del Arroyo (Tarifa), Bacinete (Los Barrios), Laja Alta (Jimena de la Frontera).
Tipo “golondrina”: en este caso, este tipo de representación humana esquemática, también común en los abrigos rupestres del extremo sur peninsular, tiene características distintivas que permiten su identificación. Se cree que surge de una figura humana más detallada, pero que, al simplificarse, pierde los miembros inferiores. El resultado es una figura compuesta por una línea vertical que, en su parte superior, representa la cabeza y el cuello, y en la parte inferior, el tórax y el abdomen, o incluso solo el tórax en algunos casos. Además, esta línea vertical se cruza con una línea transversal, que puede ser recta o curvada, con los extremos hacia abajo, simbolizando los brazos. El aspecto general de esta figura esquemática recuerda al contorno de un ave en pleno vuelo, lo que explica el nombre popular de "tipo golondrina", que se ha utilizado para describirla. Este motivo lo podemos localizar en las cuevas de las Palomas (Tarifa), Pilones (Los Barrios), Abrigo de los Maquis (Castellar de la Frontera) y Laja Alta (Jimena de la Frontera).
Figura "cruciforme": Este motivo, común en los abrigos y covachas del sur peninsular con pintura esquemática, muestra cómo las primeras manifestaciones artísticas simplificaban la figura humana a través de formas geométricas. Dentro del arte rupestre esquemático, la figura evoluciona hacia una representación esencial, eliminando detalles anatómicos en favor de una simplificación radical.
La figura consta de dos líneas cruzadas: una vertical que representa el cuerpo, con la cabeza arriba y el tronco abajo, y una transversal que simula los brazos extendidos. Esta figura, conocida como "ápoda" por la ausencia de pies y piernas, refleja la tendencia de los artistas postpaleolíticos de enfocarse en lo esencial en lugar de la precisión anatómica. La simplificación podría tener fines simbólicos o rituales, representando a la figura humana de manera universal o mágica. Aunque rudimentarias, estas representaciones son clave para entender la evolución del arte prehistórico, mostrando cómo los primeros humanos usaban el arte para comunicar ideas y creencias mediante la abstracción. Esta grafía muy típica en nuestros abrigos y covachas se puede localizar entre otros en las cuevas de Atlanterra (Tarifa), Corchadillo (Los Barrios) o Piruetano (Los Barrios).
Figura "ancoriforme": Esta representación humana en el arte rupestre esquemático reduce la figura a una forma simplificada, casi abstracta. Se construye con una línea vertical que simboliza el torso y una línea curvada o angulosa en la parte superior que sugiere los brazos extendidos. El resultado es una figura acéfala y ápoda, sin cabeza ni pies, que recuerda a un ancla, un símbolo geométrico común en la cultura prehistórica. Aunque parece rudimentaria, esta simplificación refleja cómo los primeros humanos conceptualizaban la figura humana, enfocándose en las líneas esenciales en lugar de los detalles anatómicos. Esta abstracción no solo responde limitaciones materiales, sino también a un enfoque simbólico y espiritual, ya que la representación no buscaba captar el aspecto físico, sino transmitir ideas más profundas o rituales.
La forma ancoriforme podría haber tenido significados perdidos en el tiempo, evocando la conexión espiritual o representando a una persona en movimiento o realizando una actividad importante. Este arte rupestre, sencillo pero cargado de simbolismo, nos invita a reflexionar sobre cómo las primeras sociedades veían y representaban la humanidad, utilizando formas geométricas no solo como técnica artística, sino como medio de comunicación para transmitir conceptos relacionados con la magia, la religión o la naturaleza. Aparece en varios de los abrigos más importantes del extremo sur peninsular, como los de Horadada (San Roque), Laja Alta (Jimena de la Frontera), Palomas (Tarifa) y Bacinete (Los Barrios).
Figura antropomorfa en “T”: Este motivo, tan característico del arte rupestre esquemático, parece representar de manera extremadamente simplificada la figura humana. En lugar de detallar las formas complejas del cuerpo, se limitó a trazar dos líneas fundamentales: una vertical que simboliza el tronco, y una horizontal que indica los brazos extendidos. Juntas, estas líneas dan lugar a una forma que recuerda a la letra "T" mayúscula, una figura geométrica tan elemental como cargada de significado. Lo interesante de este diseño es su abismal simplificación, que da como resultado una figura humana acéfala y ápoda, es decir, sin cabeza ni pies. Esta falta de detalles no debe verse como un descuido, sino como una clara intención de reducir la figura a sus elementos esenciales, dejando atrás cualquier intento de reproducir la anatomía humana con precisión. Típica grafía que suele estar presente en la mayoría de los abrigos del Campo de Gibraltar, en abrigos como el de Corchadillo (Los Barrios), Palomas (Tarifa), etc.
Figuras en "P griega": ¿Animales o Humanos? El estudio de las antiguas representaciones pictóricas en abrigos rocosos ha generado debates apasionantes entre los expertos. Uno de los motivos más enigmáticos es el conocido como figura en "Pi", cuya interpretación ha dividido a los investigadores. Por un lado estas figuras serían el resultado de una evolución estilizada de la representación de cuadrúpedos. Con el tiempo, estos animales habrían sido reducidos a sus elementos esenciales: una línea horizontal para el lomo y dos líneas verticales como patas. Sin embargo, otros estudiosos defienden una lectura diferente. Desde nuestra perspectiva, estas figuras representan, en la mayoría de los casos, a una pareja humana con los brazos entrelazados. Esta interpretación se basa en numerosos ejemplos gráficos que refuerzan la idea de un significado humano para estas imágenes. Como ejemplo se representa en los abrigos de Horadada (San Roque) y la cueva del Arroyo (Tarifa). El prestigioso investigador H. Breuil también analizó múltiples representaciones de este tipo en los abrigos rocosos de España. Aunque no expuso con claridad una postura definitiva, sus estudios parecen inclinarse más hacia la hipótesis de que estas figuras representan seres humanos. El debate sigue abierto, pero las evidencias gráficas continúan alimentando la idea de que estas misteriosas figuras podrían hablarnos más sobre la vida y las relaciones humanas en tiempos prehistóricos de lo que hasta ahora imaginábamos.
Figuras en "X", según el investigador H. Breuil propuso que ciertas figuras derivarían de un diseño bitriangular que, con el tiempo, habría perdido los trazos transversales que cerraban sus extremos. Su hipótesis se basa en una forma intermedia entre los diseños bitriangulares y los característicos motivos en "X", debido a que aún conserva el extremo superior cerrado. Sin embargo, otra interpretación sugiere que estos motivos son en realidad una simplificación de figuras en doble "Y". Desde esta perspectiva, se trataría de representaciones de seres humanos sin cabeza, con los brazos y piernas extendidos, en las que el eje corporal ha desaparecido. Localizadas en los abrigos de Bacinete (Los Barrios) y Largo del Viguetón (Los Barrios).
Figura “en doble Y”: Las representaciones humanas acéfalas, es decir, sin cabeza, cuyas extremidades superiores e inferiores aparecen extendidas, han sido un tema de interés en el análisis del arte rupestre. Estas figuras, encontradas en diversas localizaciones de Jimena de la Frontera (Gandana y Jilguero), presentan una curiosa mezcla de estilización y naturalismo, lo que sugiere que formaban parte de un lenguaje visual complejo.
Con este breve repaso a la tipología de los motivos antropomorfos, queremos dejar siempre una puerta abierta en la definición de algunos de los motivos.
Hugo Alberto Mira Perales es especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y consejero de número de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños, Miembro del comité ejecutivo de la revista 1902 COMMITTEE, Miembro del Proyecto First Art.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Iceberg