"En la Bahía de Algeciras hay una contaminación crónica que puede influir en enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer"
Emilio Fernández Espejo | Neurocientífico
El doctor Emilio Fernández Espejo, neurocientífico campogibraltareño y Premio Nacional de Neurociencias, alerta sobre los peligros de la contaminación atmosférica y lamenta la ausencia de estudios epidemiológicos en la comarca
La contaminación por ozono en el Campo de Gibraltar, muy por encima de los límites de la OMS
Algeciras/La Bahía de Algeciras enfrenta un problema que trasciende lo ambiental para instalarse en el campo de la salud pública. Así lo asegura el doctor Emilio Fernández Espejo, neurocientífico del Campo de Gibraltar y catedrático retirado de Fisiología por la Universidad de Sevilla, que ha dedicado buena parte de su carrera a investigar enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.
Este especialista, natural de San Roque y Premio Nacional de Neurociencias en 2021, iba a ofrecer este jueves -invitado por el Instituto de Estudios Campogibraltareños- una charla en Algeciras para abordar el impacto de la contaminación atmosférica en el desarrollo de estas patologías. Sin embargo, un proceso gripal ha obligado a posponer sine die esta conferencia.
El peligro en el aire que respiramos
En su artículo más reciente publicado en la revista Almoraima, el doctor Fernández Espejo alerta sobre la calidad del aire en el arco de la bahía algecireña, donde confluyen emisiones industriales, tráfico rodado y un creciente tránsito marítimo. Este cóctel, advierte, contiene partículas microscópicas (PM2,5 y PM10), gases como el dióxido de azufre (SO₂) y el ozono, además de metales pesados que, a largo plazo, podrían tener efectos perjudiciales sobre la salud cerebral.
Las partículas más pequeñas no solo se quedan en los pulmones, sino que pueden alcanzar el cerebro", alerta
“La contaminación atmosférica puede influir tanto en el curso como en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas”, explica el experto, quien apunta que las partículas más pequeñas no solo se quedan en los pulmones, sino que pueden alcanzar el cerebro. Allí provocan inflamación, daño vascular y la acumulación de proteínas tóxicas relacionadas con el Alzheimer y el Parkinson.
El neurocientífico resalta que los efectos de la contaminación son más acusados en áreas con exposición crónica, como Palmones (Los Barrios), Campamento o Puente Mayorga (San Roque), donde el tráfico y las emisiones industriales convergen. Aunque no se han realizado estudios epidemiológicos exhaustivos en el Campo de Gibraltar, investigaciones previas han detectado una mayor gravedad del Parkinson en esta comarca en comparación con el resto de la provincia de Cádiz, lo que podría estar relacionado con factores ambientales.
"En el Campo de Gibraltar ya se ha detectado una mayor gravedad del Parkinson por factores ambientales"
“En lugares como México ya se han identificado daños cerebrales en niños y jóvenes expuestos a altos niveles de contaminación, y en Canadá o Londres se ha vinculado la exposición prolongada a partículas y gases con demencias vasculares en mayores de 65 años”, detalla el doctor. En la bahía de Algeciras, añade, se han documentado episodios preocupantes, como las nubes de contaminantes detectadas cerca de Palmones y El Zabal (La Línea), vinculadas al tráfico marítimo.
Un problema ignorado
Fernández Espejo critica la falta de estudios específicos sobre los efectos de la contaminación en la salud neurológica en el Campo de Gibraltar. “Se han impulsado muchas investigaciones sobre el daño del tabaco, pero parece que no hay interés en abordar un problema tan grave como el de la contaminación atmosférica”, lamenta.
Además, señala que la densidad del tráfico marítimo, con buques que queman combustibles altamente contaminantes, ha crecido significativamente en los últimos años, agravando una situación ya crítica.
A sus 64 años, Fernández Espejo tiene intención de regresar a su tierra por un día para compartir su conocimiento y lanzar un llamamiento a la acción. La charla pospuesta por cuestiones de salud, organizada por la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y el Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG), será un interesante mano a mano con el doctor José Luis Bianchi, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Punta Europa de Algeciras, especialista en prevenir la aterosclerosis.
"El aire que respiramos es mucho más que un problema ambiental: es una cuestión de salud pública"
El doctor Fernández Espejo no solo hablará de riesgos, sino también de soluciones: la necesidad de reforzar la regulación industrial, limitar el tráfico marítimo y promover estudios epidemiológicos que ayuden a dimensionar el impacto de la contaminación en la salud de los campogibraltareños. Porque, como señala, “el aire que respiramos es mucho más que un problema ambiental; es una cuestión de salud pública”.
Contaminación por ozono
Respirar aire contaminado es una realidad cotidiana para la práctica totalidad de los habitantes del Campo de Gibraltar. Así lo confirma el informe publicado en octubre por Ecologistas en Acción, que analiza los niveles de ozono registrados durante el pasado verano. El documento deja una conclusión preocupante: los niveles de este contaminante en la comarca superan ampliamente los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), considerados los más estrictos para proteger la salud humana.
La Bahía de Algeciras está rodeada por un denso cinturón industrial, atravesada por una de las rutas marítimas más transitadas del mundo y conectada por carreteras como la A-7, donde el tráfico intenso es constante. Esta combinación explosiva de factores explica la elevada presencia de ozono troposférico, un contaminante secundario que se forma al combinarse los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles con la luz solar.
De las siete cabinas de medición existentes en la comarca, seis registraron durante los nueve primeros meses de 2024 una media de 53 días en los que se superaron los valores considerados razonables para la salud por la OMS. Este organismo establece como umbral seguro que no haya más de tres superaciones anuales del valor máximo de 100 microgramos por metro cúbico de aire. Sin embargo, la normativa vigente en España es más permisiva, lo que significa que aunque estos niveles sean legales, no son necesariamente seguros para la población.
Los datos ponen de manifiesto la necesidad urgente de medidas más ambiciosas para reducir las emisiones contaminantes en la comarca. La calidad del aire que se respira en el Campo de Gibraltar no solo afecta al entorno, sino que tiene un impacto directo y significativo en la salud de quienes lo habitan.
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