Avances en el proyecto de catalogación y actualización del arte rupestre en el Parque Natural del Estrecho (I)

Observatorio de La Trocha

En los trabajos se han usado cámaras de alta resolución, muy útiles en áreas de difícil acceso o con vegetación densa

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Vuelo del dron en la actividad arqueológica puntual
Vuelo del dron en la actividad arqueológica puntual / ES
Hugo Alberto Mira Perales - Especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y consejero de número de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños, Miembro del comité ejecutivo de la revista 1902 COMMITTEE, Miembro del Proyecto First Art.

04 de julio 2025 - 04:01

Tras la autorización definitiva para el comienzo de la actividad arqueológica en la actualización y catalogación de las grafías rupestres en los enclaves situados en el Parque Natural del Estrecho, se ha comenzado con los trabajos previos al catálogo final. Para ello se ha comenzado sectorialmente en todo el Parque Natural del Estrecho, pues tras varias reuniones, el equipo investigador decidió dividir en sectores la superficie a prospectar, situando los enclaves rupestres conocidos y dejando abierta la opción de localizar otros nuevos tras la prospección de cada sector.

Antes de comenzar cualquier actividad arqueológica puntual o análisis arqueológico profundo, es fundamental realizar una serie de trabajos preliminares que permiten ubicar con precisión los enclaves rupestres y entender el entorno en el que se encuentran. Estos pasos iniciales son esenciales para planificar correctamente el trabajo de campo y asegurar que toda la información que se obtenga más adelante esté correctamente contextualizada. La primera de estas tareas consiste en la localización exacta de cada abrigo rocoso. Para ello, se recurre a diferentes equipos de medición GPS de alta precisión, que permiten obtener las coordenadas exactas de cada uno de los enclaves. Tomar varias medidas con distintos dispositivos garantiza una mayor fiabilidad en los datos y evita errores en la geolocalización. Esta información será clave tanto para el registro científico como para la protección de los yacimientos.

Plano localización del Parque Natural del Estrecho
Plano localización del Parque Natural del Estrecho / ES

Una vez identificados los puntos concretos donde se encuentran los abrigos con arte rupestre, el siguiente paso es analizar el entorno físico y geográfico que los rodea. Esto incluye el estudio de los accesos posibles a cada zona, la conectividad entre diferentes enclaves cercanos, y la identificación de áreas que pudieron servir como asentamientos o rutas de paso en la antigüedad. Saber cómo se movían las personas en el territorio ayuda a entender por qué eligieron determinados lugares para dejar sus huellas artísticas.

Para llevar a cabo esta exploración del entorno, el equipo de investigación utiliza drones equipados con cámaras aéreas de alta resolución. Gracias a estos vuelos, se obtiene una visión panorámica del terreno que permite detectar caminos naturales, cauces de ríos, sendas actuales o antiguas, y otros elementos del paisaje que pudieron influir en la ubicación de los enclaves. Este enfoque no invasivo resulta especialmente útil en áreas de difícil acceso o con vegetación densa.

Toda la información recogida -tanto la ubicación precisa de los abrigos como el análisis del entorno- se integra posteriormente en cartografía digital, que servirá de base para registrar, estudiar y visualizar todos los datos relacionados con los enclaves rupestres. Estos mapas no solo cumplen una función técnica, sino que también permiten a los investigadores tener una imagen completa del conjunto arqueológico y su relación con el paisaje.

Calcos digitales obtenidos mediante software digital Photoshop
Calcos digitales obtenidos mediante software digital Photoshop

En definitiva, este trabajo previo, que combina tecnología GPS, vuelos de dron y cartografía digital, es esencial para trazar el mapa del pasado. Gracias a estas herramientas, los arqueólogos pueden comenzar su labor con un conocimiento detallado del terreno, facilitando la interpretación del arte rupestre y aportando nuevas claves sobre cómo vivieron y se desplazaron las sociedades prehistóricas que dejaron su huella en las rocas. Tras el análisis de los motivos rupestres y la elaboración de los calcos, el siguiente gran objetivo del equipo arqueológico es realizar la topografía completa del enclave rocoso. Esta tarea, fundamental para comprender el entorno donde se hallan las representaciones, se lleva a cabo utilizando tecnología de medición láser de alta precisión, concretamente equipos como el DISTO, que permiten obtener medidas exactas de distancias y ángulos. A través de estas mediciones se construye lo que se denomina la poligonal del abrigo, es decir, una representación geométrica detallada de su contorno.

Cuanto más compleja es la forma del abrigo con curvas, desniveles o recovecos, más puntos de control se deben tomar para conseguir una reconstrucción precisa y fiable. Cada uno de estos puntos actúa como una referencia para construir el plano final. Una vez recopilados todos estos datos en el terreno, comienza el trabajo en gabinete. Aquí, toda la información se transfiere a un plano topográfico digital, donde se dibujan tanto la planta general del abrigo como diversas secciones transversales. Este plano es mucho más que un simple esquema: es una herramienta esencial para ubicar con exactitud los paneles rupestres hallados en el interior del enclave. Pero la representación en dos dimensiones no es suficiente cuando se trata de espacios con geometrías irregulares y estructuras naturales complejas.

3D generado a partir de fotografías digitales
3D generado a partir de fotografías digitales / ES

Por eso, el equipo da un paso más y crea una reconstrucción tridimensional del abrigo. En este caso, la tecnología utilizada es la fotogrametría digital, un proceso que consiste en tomar decenas -o incluso cientos- de fotografías desde diferentes ángulos y posiciones, para luego combinarlas en un modelo 3D. Para ello, se coloca una cámara en un trípode y se desplaza aproximadamente cada 30 centímetros, tomando imágenes que cubren meticulosamente toda la superficie visible de la cavidad, incluyendo sus rincones más ocultos.

Gracias a esta metodología sistemática, se consigue una cobertura fotográfica completa del espacio. Ya en laboratorio, todas estas imágenes se procesan con un software especializado, como Photoscan de la empresa Agisoft. Este programa se encarga de unir las fotografías mediante complejos algoritmos, generando un modelo digital tridimensional de la cueva o abrigo. El resultado final es una réplica virtual en 3D, exacta en forma y escala, que reproduce la orografía completa del lugar. Este modelo 3D no es solo una representación visual impresionante, sino también una herramienta de análisis fundamental. Gracias a él, se pueden ubicar con precisión todos los motivos rupestres detectados, estudiar su relación con el entorno y facilitar futuras investigaciones sin necesidad de regresar físicamente al lugar.

En definitiva, la combinación de topografía láser y modelado 3D nos permite conservar digitalmente enclaves milenarios, haciendo posible su estudio en detalle, su documentación y, lo que es más importante, su protección para las futuras generaciones. El pasado, gracias a la tecnología, ya tiene una nueva dimensión.

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