El aprovechamiento del corcho genera 121.500 euros de beneficio
La campaña realizada en esta temporada en El Bujeo y El Paredón concluirá dentro de un par de semanas con la recolección de unos 5.000 quintales castellanos
A pesar de que se trata de una actividad en declive, cuestionada además por numerosas voces ecologistas, la temporada del corcho en los montes de Tarifa se saldará en esta campaña con más de dos veces y media la cantidad obtenida durante la campaña del pasado año. Y es que en aquella ocasión fueron 3.500 quintales los recolectados por los que se obtuvo un beneficio de 50.000 euros. Este año, debido a que los alcornoques han estado más hidratados debido a las lluvias, el corcho es de mejor calidad según apunta Cristóbal Gutiérrez, veterano capataz de la cuadrilla de descorche compuesta por unos diez hombres que han peinado y pelado buena parte de los alcornocales, casi 200 hectáreas repartidas en El Bujeo y en El Paredón donde dentro de dos semanas escasas finalizará la campaña.
Esa causa ha propiciado una mayor calidad en el corcho traducida en una mayor extracción hasta completar unos 5.000 quintales castellanos, unos 230.000 kilogramos brutos de corcho, de los cuales se aprovecharán finalmente unos 4.500 quintales que a 27 euros el quintal, dan un resultado de 121.500 euros de beneficios.
La campaña comenzó el pasado día 8 de junio y primero en El Bujeo y ahora en El Paredón, los hombres trabajan desde el alba hasta que el calor se hace insoportable. Hasta El Paredón acuden camiones y tractores que se llevan las panas de corcho que han sido apiladas tras su peso en la rudimentaria romana y su correspondiente anotación. Pero antes ha habido un trabajo casi artesanal. Los hombres pertrechados de afiladas hachas, van dibujando en la gruesa y rugosa corteza protectora del alcornoque cortes casi milimétricos con precisión heredada de abuelos a padres y padres a hijo. Con la base del hacha hacen palanca y desprenden las grandes panas que son apiladas para que poco después las mulas de los arrieros las lleven monte abajo para su pesado y posterior transporte.
La cuadrilla de mulas de los arrieros la componen. Pilar, Reina, Chocolate, Atún. Mojina, Tordo y Liebre. Ellas tienen marcado el sendero en sus tozudas mentes y se conducen ellas mismas por él monte arriba, monte abajo.
En días pasados una delegación municipal encabezada por el alcalde, Juan Andrés Gil acudió hasta los montes de alcornoques para interesarse por cómo iba transcurriendo la temporada del descorche.
La otra etapa del proceso es su transporte hasta San Vicente de Alcántara, en la provincia de Badajoz, cerca de la frontera de Portugal, destino final de la totalidad de la producción del corcho de Tarifa. Es allí donde se procederá a la última fase, el tratamiento del corcho por Diam Corcho S.L., la empresa adjudicataria del aprovechamiento.
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