El Parkinson es una enfermedad del sistema nervioso que tiene un curso crónico y que está determinada por un proceso neurodegenerativo y multisistémico que genera una serie de síntomas motores y no motores que, además, cursan de diferentes formas en la persona que lo padece.

Actualmente no se conoce su origen y, aunque se piense lo contrario, puede afectar a cualquier persona sin tener en cuenta el sexo ni tampoco la edad, y aunque la mayoría de los pacientes tienen una edad avanzada existe también un alto porcentaje de personas jóvenes diagnosticadas.

No tiene cura y actualmente solo pueden paliarse los síntomas. El Parkinson puede llegar a deteriorar el sistema de vida del paciente en todas sus facetas (laboral, social, psíquica, emocional, expresiva, etc.), desestructura a los enfermos, a los que les aborda el desconocimiento y el miedo ante el futuro y el progreso de su enfermedad.

En consecuencia, las personas afectadas ante esta situación experimentan durante algunos periodos sentimientos de malestar emocional como rabia, impotencia, frustración, resignación o pesimismo, lo que dificulta la adaptación a la enfermedad, empeorando así la calidad de vida de quien la sufre y de quien le rodea. Por todo eso constituye, sin duda, uno de los grandes problemas de la salud pública en la actualidad, ya que precisa un serio abordaje desde el punto de vista terapéutico, psicológico y social que, sin embargo, se enfrenta a un grave problema de escasez de recursos y la desprotección, tanto social como asistencial.

Por eso, entre otras razones, nació en 2001 la Asociación de enfermos y familiares de Parkinson del Campo de Gibraltar ‘Santa Adela’, una organización que tiene como objetivo primordial asegurar una cobertura integral para responder eficazmente al enfermo de Parkinson y a los trastornos que la aparición de la enfermedad ocasiona. Pero no solo a quien lo padece, sino también a su familia y su entorno.

La pandemia no les ha ayudado. Aunque la Asociación ha ido adaptando sus actividades al ámbito digital para suplir la imposibilidad de atención presencial, la situación sanitaria ha producido “estragos” en la salud de muchos de los enfermos de Parkinson, que se ha visto agravada en lo físico y también en lo psicológico.

Como en todo, también de las restricciones por la Covid se ha sacado algo positivo: la certeza de que Internet puede ayudar a la Asociación, y mucho, a cumplir sus objetivos de ofrecer una ayuda integral a los enfermos de la comarca del Campo de Gibraltar. Sin embargo, como suele ocurrir con las organizaciones como ‘Santa Adela’, la escasez de recursos limita las posibilidades de pone en marcha los proyectos.

Afortunadamente, hay entidades como Fundación Cepsa e iniciativas como los Premios al Valor Social, que han posibilitado que una gran idea se haya convertido en una realidad. La Asociación de enfermos y familiares de Parkinson del Campo de Gibraltar ha sido galardonada con el Premio al Valor Social de Fundación Cepsa en el marco de las iniciativas en favor de la sociedad de su entorno por su proyecto, apadrinado por empleados de Cepsa, de realización de talleres terapéuticos virtuales, lo que ha permitido a 'Santa Adela' llevar sus terapias a todas aquellas personas que antes no podían acceder a ellas.

Gracias a este Premio “hemos podido adquirir el material necesario para implantar un sistema dual, presencial y on-line”, facilitando el trabajo de los terapeutas y consiguiendo “cumplir nuestro sueño de llegar a todas las personas afectadas por la enfermedad en la comarca”, como explica Soledad Robles, presidenta de la asociación, quien asegura que este tipo de terapias consigue frenar el avance de la enfermedad y, aunque no deja de ser neurodegenerativa, sí que ayuda a mantener una mejor calidad de vida, justo el objetivo por el que nació 'Santa Adela'.