La moda de Tarifa genera unos 150 puestos de trabajo directos
El municipio aglutina alrededor de 40 tiendas dedicadas a la comercialización de camisetas y otras prendas de vestir · Las primeras fueron principalmente talleres de reparación del material náutico
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Hace más de 20 años que comenzaron a llegar procedentes de diversos lugares. Con ellos las primeras velas multicolores comenzaron a decorar las aguas cercanas a las orillas de Bolonia, Punta Paloma, Los Pinos, y otros lugares que hoy son zonas especialmente habilitadas para la práctica deportiva.
Fue precisamente al remolque de esas prácticas cuando comenzaron a surgir las primeras tiendas de funboard y que poco después derivarían en la sport-wear.
Una moda identificativa basada en prendas cómodas, desenfadadas y muy polivalentes, capaz de soportar las altas temperaturas veraniegas y el fuerte levante. Nacía así, la moda de Tarifa.
En el origen de la moda tarifeña, poco o nada han tenido que ver los ciudadanos tarifeños, que al margen de la proliferación de tiendas han asistido a esa explotación comercial como meros espectadores o como trabajadores de estas industrias, algunas de ellas de fama internacional que están contribuyendo a afianzar el trabajo realizado hace dos décadas por aquellos primeros comercios reducidos que revelaron la localidad como un centro neurálgico de los deportes náuticos.
La meca europea de windsurf y del Kite. Qué lejos quedan aquellas primeras tiendas que en un desarbolado "barrio fuera" -como se conoce a la avenida Batalla del Salado, auténtico centro comercial actual- comenzaban abrirse en los años 80, cuando aún resultaba extraño ver bajarse de una volkswagen a un fulano alto, rubio, descalzo y con la cara llena de colorines y preguntar a los aldeanos "¿esquiusmi, gueris fanguork?".
Algún tiempo tuvo que pasar para que el mismo aldeano le dijese "de fainal taun, tugueda filing-esteishen". Y así, poco a poco y aprendiendo idiomas, Tarifa comenzó a redescubrirse como paraíso multicultural, frontera de Europa y destino deportivo.
Aquellas primeras tiendas eran principalmente talleres de reparación del material, por aquel entonces de wind y surf, ya que el kite tardaría aún mucho tiempo en llegar hasta las playas. Además de venta de complementos y accesorios para la práctica.
Así, de los trajes de neopreno se pasó a camisetas multicolor, que comenzaron a tener una muy buena aceptación en otros destinos, ya que en Tarifa, parecía en principio vestir con una camiseta -emblemática por cierto- estampada con una matrícula estilo norteamericana donde rezaba "Tarifa".
Pero, el negoció se reveló de inmediato y las camisetas y otras prendas unidas a la marca de Tarifa, comenzaron a venderse como rosquillas y las tiendas comenzaron a establecerse a lo largo y ancho de la avenida comercial, repleta, incluso saturada de tiendas que ven como subsistir en la temporada de invierno es toda una proeza.
Ricardo Medina Novoa es un tarifeño procedente de Uruguay. Hasta la localidad arribó allá por los años 80 y fundó su fábrica de tablas y posteriormente su tienda "Rick Shapes" que al igual que otras tantas como Trastos, Funwork, No Work Team, Cat Fun, Tarifa Pilots, Cutre Tarifa, Guau Tarifa y otras tantas que han ido abriéndose a lo largo de los últimos 20 años y que han contribuido a la riqueza y prosperidad del municipio.
Precisamente Ricardo reivindica el papel de estas tiendas pequeñas, como auténticas fundadoras de la moda de Tarifa. "Fuimos todas estas tiendas las que asentamos las bases de un negocio del que hoy se benefician grandes firmas internacionales de material deportivo y moda -señala contrariado-. Nosotros fuimos los precursores de la movida tarifeña y pusimos de nuestro dinero para organizar competiciones deportivas, fiestas y otros saraos que dieron renombre nacional e internacional a Tarifa fuimos el germen de lo que hoy día es la "Moda de Tarifa" y sin embargo parecemos ser olvidadas a favor de otras marcas de mayor trascendencia comercial a las que no he visto nunca participar de los eventos deportivos. Ni siquiera una marca potente asentada en Tarifa ha sido capaz nunca de organizar ninguna prueba deportiva como hace en otros lugares del mundo", apunta Ricki, quien señala que a pesar de que existe un público que busca en Tarifa una prenda identificativa con el municipio, la curva del crecimiento se ha parado y debido a la competitividad los beneficios de antaño no son los mismos.
Sin embargo, lo cierto es que en los meses de verano, esas mismas tiendas son abarrotadas por un público ávido por consumir productos identificativos de la localidad. E incluso en algunas de ellas como son el caso de El Niño o Mala Mujer, no es raro ver colas de gentes que llegan hasta la calle.
Tarifa aglutina alrededor de unas 40 tiendas dedicadas a la comercialización de camisetas, cazadoras, pantalones, shorts y otras prendas de vestir en las que la palabra Tarifa son parte importante del diseño, al igual que lo es la propia marca que las comercializa. Y es que la moda de Tarifa es muy curiosa pues se paga por hacerle publicidad gratuita a sus creadores. Así, en ocasiones uno puede intuir que no importa tanto el propio diseño ni el material de la prenda en cuestión como que se vea con total claridad a qué marca pertenece.
Dentro de la moda de Tarifa se pueden distinguir dos clases de comercios. Por un lado las grandes marcas deportivas que estratégicamente creen que es necesario su presencia en la localidad, como son los casos de: QuickSilver, Billabong, Ripcurl, O´Neill. Asentadas una vez que el "boom" de Tarifa ya había alcanzado su cota más alta. Así, en torno a la Moda de Tarifa existen unos 150 puestos de trabajo directos, cuyo demandantes son casi exclusivamente personal del municipio.
Una asignatura pendiente de este negocio es una regulación laboral que ponga fin a la explotación que muchas de estas tiendas hacen de sus trabajadores y que no son apenas denunciadas por la carestía de empleo que existe en la localidad.
A pesar de que es mucha la clientela que acude hasta el municipio de Tarifa buscando la exclusividad de una ropa "autóctona" frente a prendas generalistas, las marcas locales mantienen un gran pulso por subsistir en un mercado saturado de competitividad con grandes firmas internacionales con mayores recursos de producción y comercialización. El arma, el ingenio, la originalidad y el espíritu de libertad que se respira en Tarifa.
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