Instituto de Estudios Campogibraltareños

Semblanza de un músico gibraltareño desconocido: Pascual Ramayón Barrett (1831-1874) (I)

  • El descubrimiento del músico desconocido Pascual Ramayón Barrett nos ayuda a entender los orígenes de la tradición musical culta en el Campo de Gibraltar

  • En esta primera entrega se presenta un estudio biográfico de la primera etapa del músico en Gibraltar y se introduce su etapa en el Conservatorio Real de Bruselas

Conservatorio Real de Bruselas donde estudió Pascual Ramayón.

Conservatorio Real de Bruselas donde estudió Pascual Ramayón.

Con este artículo se pone en marcha una tarea muy importante y necesaria para el Campo de Gibraltar. Una labor de investigación realizada por primera vez en la que arrojamos luz a la historia musical perdida de la comarca en el siglo XIX. Dada la carencia de bibliografía, se han planteado muchas dificultades en el desarrollo de la investigación y es por esto por lo que harán falta años de investigación y una seria tarea de difusión para tener un conocimiento objetivo de la historia musical y el patrimonio del Campo de Gibraltar. Esta laguna de estudios específicos sobre nuestra región demuestra que la música campogibraltareña es una desconocida dentro y fuera de la comarca. Con esta investigación creemos que, mediante el aporte de estos datos inéditos, se plantean las bases del conocimiento musical de la comarca.

Este artículo pretende ser el primero de varios trabajos que se publicarán en el Instituto de Estudios Campogibraltareños sobre este tema. En esta primera parte de la investigación, que nos ha llevado más de dos años de trabajo, se confirman hechos relevantes, como la existencia de una vasta riqueza musical y la huella de una actividad cultural extraordinaria que da fe de una identidad musical propia y autóctona. La recuperación de nuestro pasado musical nos ayuda a paliar cierto complejo de inferioridad que ha producido un efecto negativo en la percepción de nuestra historia. La consecuencia ha sido, generalmente, la creencia de que no existe una historia musical propia del siglo XIX. Es por ello que el trabajo de investigación y recuperación nos ayuda a contextualizar la historia, a situar en el mapa a artistas y a darles el valor que les corresponde, eliminando así muchos prejuicios.

Al inicio de la investigación se puso de manifiesto que no se conocía la figura de este músico y asumimos que estábamos ante un músico desconocido que, paradójicamente, parecía haber tenido una vida, como compositor, bastante productiva. Esto nos dio a entender que estábamos ante un reto de investigación, el cual desde el comienzo creímos que podría ser revelador. El único artículo científico que de algún modo nos sirvió de apoyo en los primeros instantes fue precisamente uno perteneciente a esta institución. En concreto, se trataba de un artículo de José Riquelme Sánchez, incluido en la revista Almoraima 0, titulado: “Semblanza de una poetisa campogibraltareña Emilia Danero”. En este artículo, José Riquelme narra la vida de la poetisa a través de una entrevista que realiza a su hija Eva Ramayón. A lo largo del artículo se menciona de una manera muy breve un par de datos biográficos —no del todo correctos— sobre el compositor y se le trata de manera complementaria y casi anecdótica a la vida de Emilia. Dada la curiosa casualidad quisimos homenajear y unir sus vidas de nuevo a través del título del artículo.

Para este artículo se consultaron las bibliotecas y archivos que cuentan con parte de su contenido digitalizado y de manera accesible online, como la Biblioteca Nacional de España (BNE), donde encontramos parte de la obra musical de Barrett; los Gibraltar National Archives (GNA), donde a través de la útil plataforma de censo de población pudimos avanzar construyendo la biografía del músico; o la Biblioteca Virtual de Andalucía, que cuenta con un vasto repositorio. En nuestra búsqueda de fuentes primarias pasamos por diversos archivos y bibliotecas: el Archivo del North Front Cemetery (Gibraltar), los National Archives de Gibraltar (GNA), la sala Barbieri de la Biblioteca Nacional de España (BNE), los archivos de la catedral Santa María la Coronada (Gibraltar), la Garrison Library y el archivo del Conservatorio Real de Bruselas, donde pudimos casi dar por concluida la etapa de búsqueda de este tipo de fuentes.

Pascual Ramayón Barrett (1831-1874)

2.1. Gibraltar

Pascual Ramayón Barrett fue bautizado el 10 de febrero de 1831 en la catedral de Santa María la Coronada de Gibraltar por el primer vicario apostólico de Gibraltar, John Baptiste Nosardy Zino. Su nombre completo de bautizo fue “Pasqual Antonio José”; su padre legítimo, Agustín Ramayón, era natural de la ciudad de Gibraltar, y su madre, María de Roda, era oriunda de Málaga. Sus padrinos, a quienes se les advertía parentesco y obligaciones, fueron José Noli y Victoria Cambiaggio.

“En Gibraltar en 10 de Febrero de 1831-Yo Don Juan de Maria Cura Teniente Principal. el Real Don Juan B. Zino, Notario y Protector Apostólico Excelentísimo Síndico de los Arzobispados de Sevilla y Granada. Y obispados de Málaga, Cádiz, Ceuta y Maynas, Caballero de la Espuela de Oro, Vicario General y único Parroco de esta Yglesia Catedral S. Maria de la Coronada = Bautizé juxta S. R. E. R a Pasqual Antonio Jose que nació el 28 del do do hijo legítimo de Agustín Ramayon, natural de esta Parroquia, y de Maria de Roda, natural de Málaga; Fueron sus Padrinos José Noli, y Victoria Cambiaggio, á quienes advertí el parentesco y obligaciones = Doy Fé=. J. B. Zino Vicario-General-Apostólico”.

Partida de nacimiento de Pascual Ramayón Barrett. Partida de nacimiento de Pascual Ramayón Barrett.

Partida de nacimiento de Pascual Ramayón Barrett.

Desde el bautismo no hay rastro del padre biológico en la vida de Pascual Ramayón Barrett. En 1834, con 4 años cumplidos, aparecía en el censo calpense como residente en Governor’s Street 6 junto a su madre, que tenía entonces 34 años, comadrona de oficio y junto a su hermana pequeña, Agustina Ramayón de 2 años. Desde entonces en adelante la familia biológica de Barrett desaparece de los censos, pasando a figurar como hijastro de un ciudadano de religión protestante residente en Governor’s Street 18 llamado Richard Barrett, del que tomará su apellido. Hubo de ser en Governor’s Street donde Barrett comenzó su relación con la música como atestigua el anuncio de la lámina 2.

"EN VENTA POR SUBASTA PÚBLICA, El lunes próximo, en Commercial square, a las 10 en punto, un bonito pianoforte de palisandro. De mientras puede verse en la casa del Sr. Barrett en Governor's Street, en la esquina que da al Civil Hospital.” (Gibraltar Chronicle, 14 de julio de 1848)".

Anuncio de venta de un pianoforte en el Gibraltar Chronicle del 14 de julio de 1848. Anuncio de venta de un pianoforte en el Gibraltar Chronicle del 14 de julio de 1848.

Anuncio de venta de un pianoforte en el Gibraltar Chronicle del 14 de julio de 1848.

Esta subasta quizás no fuera realizada por el mismo Pascual, que por entonces sólo tenía 17 años, pero atestigua que en el domicilio se hacía uso de uno de los instrumentos por antonomasia del siglo XIX, al que dedicó la mayor parte de su producción musical. Además, esto demuestra que la música estuvo presente en su familia desde una temprana edad. Desde 1848 hasta 1855 no encontramos más noticias del joven músico gibraltareño, es por esto por lo que los inicios musicales de Barrett se nos presentan algo enigmáticos. Su actividad comienza a verse reflejada en prensa a partir de 1855, cuando Barrett se da a conocer como profesor en Gibraltar. No se han hallado pruebas que demuestren con certeza con quién se inició Barrett en la música o qué fue de su vida durante estos años. Para intentar dar luz al contexto del músico de la Roca, realizamos la tarea pendiente de esclarecer la actividad musical de estos años mediante una exposición de datos inéditos que muestran los hechos musicales de mayor relevancia sucedidos en Gibraltar durante esta etapa del músico en la ciudad hasta los anuncios de 1855 en el Gibraltar Chronicle.

2.2. Contexto musical de Pascual Ramayón Barrett según la prensa decimonónica de Gibraltar

El Teatro Real de Gibraltar lideró la vida musical del Campo de Gibraltar en la primera mitad del siglo XIX. A pesar de que se inauguró en 1847, tuvo una remarcable actividad en los años anteriores. Sabemos que desde 1843 existió un abono para las representaciones del teatro. La música que se interpretó durante este año fue predominantemente italiana: Giuseppe Verdi, Gaetano Donizetti, Gioachino Rossini, Vincenzo Bellini, Giovanni Pacini. Los intérpretes que hicieron sonar esta música fueron la denominada “Compañía italiana”, en la que la Sra. Carlota Cadolini fue Prima Donna. A pesar de que el Teatro Real fue el edificio por excelencia de las funciones musicales, existieron otras localizaciones en la ciudad calpense donde se representaba música, como es el caso del Principal Theatre, donde encontramos recitales de música italiana por profesores de la Scalla di Milan o el Club House Hotel. Entre 1841 y 1848 se produjeron una gran cantidad de anuncios que ofertaban música e instrumentos musicales. La música se ofrecía para variados instrumentos, como el piano, violín, violonchelo, oboe, fagot o clarinete y los instrumentos en venta variaban entre el violín, clarinete, piano, trompa y trompeta con válvulas. En estos anuncios podemos ver cómo mayoritariamente se vende la música que se interpretaba en el Teatro Real en forma de arreglos, quizás para que los aficionados a la música pudieran hacer sonar las obras que habían disfrutado en el de Governor’s Parade. La música que se ofertó variaba entre: Duettos, Arias, Cavatinas, Romanzas, Preghieras y Canciones Españolas. El 10 de mayo de 1847 se produce la fundación oficial del Teatro Real en un edificio de mayor tamaño. En la inauguración se estrena la ópera Nabucco, que fue organizada y dirigida por el escritor de su libreto, Temistocle Solera. Se vuelve a anunciar la llegada de Solera el 25 de abril de 1848 junto a su compañía italiana, Temistocle se propuso establecerse en la ciudad calpense para representar multitud de óperas.

Una imagen de época de Gibraltar. Una imagen de época de Gibraltar.

Una imagen de época de Gibraltar.

Las primeras referencias que encontramos de profesores o enseñantes de música se producen durante el año 1844. Los anuncios se encuentran publicados en el Gibraltar Chronicle por parte de Miguel Asensio, Antonio Corzanego y Rafael Martin, los cuales enseñaron de manera esporádica y residieron en la ciudad temporalmente. Desde 1849 comenzamos a encontrar anuncios del profesor Joseph Mosca que se repiten durante algunos meses. Mosca creó una academia de música e inauguró “La Reunión Musical”. A pesar de encontrar estos anuncios de manera frecuente durante varios meses en el año 1849, posteriormente no volvemos a hallar menciones sobre la academia de música de Joseph Mosca. Lo que sí podemos observar en años posteriores es cómo este concepto de “Reunión Musical” perduró. Mosca propuso esta actividad el 22 de octubre de 1849 para, en sus propias palabras: “animar a los alumnos de su academia”.

En la segunda mitad del siglo XIX observamos cómo tanto el “Liceo Calpense” como el “Circo del Recreo” continuaron esta tradición de reunirse para interpretar música. En el caso del Liceo Calpense, “La Reunión Musical” evolucionó en la denominada “Reunión Recreativa” y en el del “Circo del Recreo”, en “Reunión de Confianza”. La academia de música de Mosca fue la primera gran influencia en la educación musical de Gibraltar, introduciendo la audición en público por parte de alumnos, dándoles así un objetivo y con ello motivación para el estudio musical e instrumental.

La academia de Mosca no logró perdurar en el tiempo, ya que en 1882 Ford escribe que en Gibraltar existían cuatro sociedades filarmónicas que fueron: el Liceo Calpense, Circo del Recreo, Circo Artístico y Circo Constancia. El Liceo Calpense fue la institución de mayor importancia en su género y la mejor valorada en la ciudad de Gibraltar. Así lo atestiguan las múltiples evidencias encontradas acerca de esta institución, que confirman su extraordinaria actividad. El Liceo Calpense fue una institución que se dedicó a las Bellas Artes, pero la que más relevancia tuvo dentro de estas fue la música. Barrett fue el encargado de dirigir la sección musical del Liceo durante su última etapa, que transcurre en Gibraltar.

La ciudad de Gibraltar tuvo una gran cantidad y calidad en su oferta musical. Gibraltar facilitó a jóvenes con interés en la música grandes oportunidades y a los habitantes de las localidades vecinas, la posibilidad de disfrutar de un pequeño paraíso musical en el Campo de Gibraltar. Un dato revelador que nos ayuda a entender la calidad de la actividad producida en Gibraltar puede verse en el volumen dos de la revista internacional de la música de Bruselas en 1856, donde el Teatro Real de Gibraltar es considerado como uno de los teatros italianos de referencia fuera de Italia junto a importantes ciudades como París, Nueva York, Londres, Bucarest, Viena o Madrid.

Es curiosamente en Bruselas donde veremos que el músico gibraltareño desarrolló su siguiente etapa. Antes de marcharse a Bélgica, encontramos a Barrett ofreciendo clases de pianoforte y canto en su casa de Governor’s Street 23. Unos meses después prestaba los mismos servicios tanto en la localización anterior como en la botica que había frente a la iglesia católica.

Anuncio de Barrett como profesor publicado el 31 de marzo de 1855. Anuncio de Barrett como profesor publicado el 31 de marzo de 1855.

Anuncio de Barrett como profesor publicado el 31 de marzo de 1855.

Con tan solo 24 años Barrett decide ofrecerse al público melómano de la Roca como profesor, centrándose en las disciplinas más convencionales del siglo XIX, como lo fueron el piano y el canto. Justo ese mismo año Barrett aparece registrado en el Conservatorio Real de Bruselas como alumno de la clase de composición de François-Joseph Fétis en el curso 1855-56 y en la clase de violonchelo de Adolphe Warot. Su marcha a la capital belga podría justificar la primera aparición de Barrett como profesor, ya que podría haberle ayudado a costear su viaje-estancia en Bruselas y confirma el inicio de un interés por la pedagogía musical que perdurará en sus posteriores cometidos.

Javier López Escalona es miembro colaborador de la Sección IV del IECG e investigador becado en la Universidad de Artes de Zúrich.

Sergio Fernández Uceda es consejero de número de la Sección IV del Instituto de Estudios Campogibraltareños e historiador por la Universidad de Sevilla.

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