Parque natural de Los Alcornocales

Cuidado con el mayor polideportivo del Campo de Gibraltar

  • La Comisión de Uso Público del Parque Natural de los Alcornocales se reúne hoy para diseñar intinerarios por los que celebrar pruebas sin afección para las zonas protegidas

Terreno erosionado por la práctica deportiva.

Terreno erosionado por la práctica deportiva. / E.S.

El Parque Natural de Los Alcornocales fue escenario, entre 2016 y 2018, de 19 pruebas de bicicleta de montaña (BTT) y 24 carreras atléticas, lo que significa que 9.143 personas hicieron deporte de competición entre la masa forestal de alcornoques más extensa del mundo y una de las áreas protegidas más importantes de Andalucía. Y eso, teniendo en cuenta solo campeonatos oficiales. Es decir, sin contar a los deportistas que van por libre al parque natural.

Para que este espacio siga albergando pruebas deportivas con las más absolutas garantías de que se realizarán con respeto por sus valores medioambientales arqueológicos, culturales, históricos y monumentales, este lunes se reúne la Comisión de Uso Público del Parque Natural de los Alcornocales. En ella se debatirán y marcarán las líneas maestras y los criterios básicos para el diseño de zonas e itinerarios fijos para la celebración de pruebas deportivas. 

La gestión de la presidenta de la Junta Rectora, Ana Villaescusa, ha hecho posible en  unas semanas lo que los grupos ecologistas como Agaden reclamaban desde hacía dos años: la creación de una mesa de trabajo para regular la actividad deportiva en el Parque Natural del Estrecho.

Agaden considera que la proliferación de carreras de montaña en las que participan centenares de deportistas en espacios naturales protegidos empieza a ser "una amenaza" para el Parque Natural de los Alcornocales y su conservación, "no solo por la gran presión y molestias de los deportistas sino por el efecto llamada a determinados enclaves naturales de gran vulnerabilidad".

Los ecologistas entienden que el Parque Natural de Los Alcornocales posee una red de carriles lo suficientemente amplia para que este tipo de pruebas se lleven a cabo sin que pasen por las zonas de reserva o de máxima protección (A).

Entre 2016 y 2018, el Parque albergó 19 pruebas de bicicleta de montaña y 24 carreras a pie

Agaden considera que este tipo de pruebas deportivas "tiene que realizarse por un circuito fijo en el tiempo y que no esté sujeto a los antojos o intereses económicos de los organizadores". "Sin embargo actualmente las carreras de deportistas son autorizadas sin que la dirección del Parque Natural conozca de antemano el itinerario (se publicitan antes de tener permiso)", subraya.

El conflicto entre el uso y la protección de la naturaleza es actualmente una realidad, teniendo en cuenta que cada vez hay más corredores y más carreras de montaña que congregan a miles de personas en el Parque. Y más aún cuando muchas iniciativas concentran intencionadamente la competición en lugares difíciles y aislados, y de alto valor ecológico.

Del análisis de las pruebas deportivas autorizadas en el Parque Natural entre 2016 y enero de 2019 se desprende otro dato importante: el 89% de las pruebas deportivas se han desarrollado en zonas ubicadas en municipios del Campo de Gibraltar (Tarifa, Algeciras, Los Barrios, Castellar, San Roque y Jimena), siendo los meses de primavera y otoño los que aglutinan un mayor número de competiciones.

Respecto a la bicicleta de montaña, los principales impactos ambientales potenciales genéricos que se identifican son: la alta compactación del suelo y la pérdida de vegetación en las bandas de rodadura, formándose redes de senderos que alteran la escorrentía y la red de drenaje, provocando erosión. Los itinerarios con una pendiente superior al 16% son más vulnerables al inicio de este proceso. Si las bicicletas se desplazan por pistas forestales, los impactos son mucho menores que si lohacen por senderos o campo a través. La forma de conducción de las bicicletas incide en la intensidad de los daños, siendo más dañinas las bajadas de pendientes pronunciadas.

En las carreras de montaña la principal afección se refiere a la compactación y la erosión del suelo, la pérdida de flora y de fauna en época de nidificación, por molestias sobre los nidos. "Para evitar estas afecciones es fundamental la elección del trazado y el tipo de sustrato sobre el que se desarrolle la prueba", especifica el documento sobre el que trabajará este lunes la comisión.

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