Lucas Carrasco, presidente de la Asociación de Gestores Inmobiliarios de Cádiz (GICA) | Entrevista

"La Ley de Vivienda es un disparate porque ha aumentado el precio del alquiler"

Lucas Carrasco, presidente de GICA, en la redacción de Europa Sur.

Lucas Carrasco, presidente de GICA, en la redacción de Europa Sur. / Jorge del Águila

El algecireño Lucas Carrasco es el nuevo presidente de la Asociación de Gestores Inmobiliarios de Cádiz (GICA). También es el gerente de Surhome, en la avenida Fuerzas Armadas de Algeciras. Anteriormente trabajó como consignatario de buques. Piensa que la última Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que entró en vigor el pasado 25 de mayo, es un completo desacierto. No entiende por qué, a la hora de su redacción, el Gobierno ignoró la opinión del sector. Su experiencia le dice que el Campo de Gibraltar atraviesa un mal momento para alquilar, pero no para comprar. 

-La nueva ley establece la obligación de que los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato sean a cargo del arrendador, es decir, del propietario. ¿Los inmobiliarios se sienten cabeza de turco?

-Es un asunto delicado, pero sí. No por el hecho de no poder cobrar, sino porque el Gobierno nos echa a la gente en lo alto, como si nosotros hubiéramos estado haciendo algo malo o ilegal. Quizá lo alegal sea lo que impone esta ley, que es impedirnos cobrar por ofrecer un servicio. La segunda cabeza de turco es el pequeño propietario que tiene dos o tres casas. Ni este último grupo ni nosotros, las inmobiliarias, somos los culpables de que no se cumpla el artículo 47 de la Constitución, el que declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna. Los responsables son los poderes públicos. Desde hace mucho tiempo no se ha realizado un planteamiento urbanístico correcto y ahora falta vivienda, obra nueva y promotores, el suelo está caro, conseguir una licencia resulta una odisea que puede durar diez años... 

"Las inmobiliarias no somos las culpables del incumplimiento del artículo 47 de la Constitución, el que declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna"

-Seis meses después de la entrada en vigor de la LAU, ¿qué efecto ha tenido en la vivienda del Campo de Gibraltar? Según un informe de Tecnocasa, Algeciras y La Línea perderán casi 500 viviendas de alquiler.

-Principalmente, el alquiler se ha disparado. Como las inmobiliarias ya no podemos cobrar la comisión de alquiler al inquilino, que generalmente era una mensualidad, el propietario aumenta el precio de sus propiedades para compensar. Por ejemplo, si un alquiler estaba a 550 euros, lo suben a 600 o 625 euros. La Ley de Vivienda también dice que en las zonas tensionadas se procederá a un control de los precios del alquiler por parte de las administraciones responsables. Y, ante el miedo de no poder actualizar los alquileres, los dueños los suben de antemano. La LAU ha provocado el efecto contrario que se perseguía. 

Inmobiliaria Surhome, en la avenida Fuerzas Armadas de Algeciras. Inmobiliaria Surhome, en la avenida Fuerzas Armadas de Algeciras.

Inmobiliaria Surhome, en la avenida Fuerzas Armadas de Algeciras. / Jorge del Águila

-¿La LAU dificulta que el arrendador interponga una demanda de desahucio por impago de rentas?

-Se ha creado el concepto de vulnerabilidad. Si el arrendatario se considera una persona vulnerable, el desahucio se vuelve aún más difícil, aunque no pague. Traducción: el propietario nos llama para que filtremos todavía más al posible inquilino. Ejemplo: una persona que trabaja en la hostelería y que, como tantos, no tiene un empleo fijo, no le alquilan nada. Nos piden que busquemos otro perfil. Hemos llegado al extremo que piden alquilar a personas sin hijos. Para mí, el alquiler es una parte de mi trabajo frustrante y desagradable. ¿La culpa es del casero? Depende. Muchas veces el casero es un jubilado que, mediante el alquiler, obtiene un complemento que necesita. O una persona que tiene una segunda vivienda con una hipoteca que ya no puede mantener. 

"Ante el miedo de no poder actualizar los alquileres, los dueños los suben de antemano"

-Entiendo que el siguiente dato resume todo lo que me describe: el 16% de las viviendas del Campo de Gibraltar están vacías o en desuso, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

-Absolutamente. Hay un grupo de propietarios que, en vez de subir los alquileres, ha preferido no sacar sus viviendas al mercado. Sobre todo por incertidumbre e inseguridad. Tampoco las han puesto a la venta. Tienen un activo parado. En Algeciras, sin ir más lejos, hay tan poca oferta, principalmente de alquiler, que cuando sacamos un anuncio, a los dos o tres días lo tenemos que quitar porque se satura la oficina: llamadas continuas, correos, visitas... La gente está desesperada por alquilar una vivienda digna. Y la alquila por precios abusivos, pero yo no puedo hacer nada, sólo aconsejar. Es la ley del mercado. Tenemos un problema gordo que, para arreglarlo, hay que mirar a muy largo plazo. Para empezar, dar seguridad jurídica al casero. Y después agilizar las licencias para que los promotores hagan obra nueva.

Lucas Carrasco explica las dificultades para alquilar una vivienda en el Campo de Gibraltar. Lucas Carrasco explica las dificultades para alquilar una vivienda en el Campo de Gibraltar.

Lucas Carrasco explica las dificultades para alquilar una vivienda en el Campo de Gibraltar. / Jorge del Águila

-¿A qué precio está el alquiler de un piso de dos dormitorios en el centro de Algeciras?

-Un inmueble medianamente bien, sin lujos, se encuentra en torno a 600 euros. Es un disparate, un abuso. Un piso en un barrio antiguo de los 70-80 como San José Artesano, con necesidades de renovación en cocina y baño, la gente lo saca por 600 euros mensuales y se alquila. 

"Un piso en un barrio antiguo como San José Artesano, con necesidades de renovación, la gente lo saca por 600 euros y lo alquila"

-¿En qué momento se encuentra la compraventa de viviendas en el Campo de Gibraltar?

-Antes era muy frecuente el cliente que compraba una casita en mal estado para restaurarla, alquilarla y sacarle rentabilidad. Eso, desde la pandemia, se ha perdido. Vivienda nueva hay muy poca. Y la que se está construyendo, los promotores se han visto obligados a aumentar los precios por la subida de los materiales, la guerra de Ucrania... Vamos vendiendo, pero a otro ritmo. La inestabilidad política tampoco ayuda a que la gente se anime a comprar, aunque sea un buen momento. Porque, entre pagar 700 euros de alquiler o una hipoteca más barata, quizá sea mejor la segunda opción. Al menos, es debatible.

-¿Cómo acaba un consignatario de buques trabajando en el sector inmobiliario?

-Por mi mujer y su familia. Es un trabajo bonito donde juegan un papel importante las emociones. Lo más gratificante del día es cuando un cliente te da las gracias. 

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