La ciudad de Tarifa se convirtió ayer en una carpa de circo al aire libre para acoger la jornada fuerte del Carnaval de calle, este año dedicado al mundo circense y que contó con la esperada intervención de Francisco José Araujo Kiki como maestro de ceremonias. Nunca mejor dicho, porque además de pregonar las fiestas, la temática escogida daba pie a representar una función especial en la que la ilusión fue la nota predominante.

Kiki subió al escenario ubicado en la Calzada, junto a la iglesia de San Mateo, ataviado como un presentador de sala. Se confesó como engendrado en Carnaval (nació un mes de noviembre) y deleitó al público con un pregón cargado de improvisación y que se apoyó en continuas alusiones al circo jugando con el doble sentido. Y, como no podía faltar, contó con la actuación de los integrantes de varias agrupaciones de Carnaval que salieron en Tarifa en 1982, los primeros festejos de la actual etapa democrática (la chirigota de La Prensa) que cantaron varios cuplés y estribillos. Los cantantes de Los rebujitos, integrantes de la comparsa El reino de la playa, coronaron un pregón en el que Kiki supo interactuar con el público y que también tuvo su momento con la intervención de la chirigota de este año Los pastilleros de don Elogio, que cantaron parte de sus letras con adaptaciones para la ocasión.

Previamente se celebró el pasacalles del humor, que partió sobre las seis de la tarde desde el colegio Guzmán el Bueno. Siguiendo la temática propuesta, muchos tarifeños y visitantes se dejaron ver disfrazados de domadores, leones, trapecistas, payasos y otros artistas circenses aunque, como siempre, algún despistado -voluntariamente o no- salió a la calle con motivos diferentes. Poco importó porque la magia del circo les incluyó en su particular función que echó el telón ya de madrugada.