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Innovación y talento para liderar el cambio energético

  • La Cátedra Fundación Cepsa de la UCA reconoce con sus premios el trabajo de los investigadores y apoya los mejores proyectos a través de sus nuevas becas

Ganadores de los Premios Cátedra Fundación Cepsa, durante el acto de entrega de los mismos.

Ganadores de los Premios Cátedra Fundación Cepsa, durante el acto de entrega de los mismos.

Nadie pone ya en duda que el mundo ha cambiado en los últimos años mucho más rápido de lo que se esperaba. La forma de trabajar, la forma de comunicarse, de moverse y hasta de usar el agua se han visto alteradas por el curso de unos acontecimientos que han acelerado el cambio que se veía venir en el horizonte y han transformado la sociedad y sus hábitos. Hace mucho tiempo que Cepsa es consciente de que solo la investigación y la innovación pueden ayudar a las empresas a que este vertiginoso ritmo no les coja con el paso cambiado, y por eso llevan años propiciándolas desde las Cátedras Fundación Cepsa, potenciando, apoyando y reconociendo el trabajo de los investigadores

La compañía se encuentra ahora inmersa en un ambicioso viaje para transformarse a sí misma y convertirse en un motor clave y facilitador de la transición energética. Cepsa es lo suficientemente pequeña para moverse con rapidez, a la vez que lo suficientemente grande para ser un líder en la creación de una economía más verde, justa y sostenible a través de su estrategia ‘Positive Motion’. El objetivo: ser líderes en energía y movilidad sostenibles, creando valor y un futuro mejor para todos, y para eso, como siempre, hay que apostar por la innovación.

La Cátedra Fundación Cepsa de la Universidad de Cádiz (UCA) ha otorgado por primera vez sus becas de ayuda a la investigación, que en esta primera convocatoria destinarán 40.000 euros a potenciar las líneas de estudio relacionadas con la transición energética y la economía circular que se están desarrollando en cuatro proyectos concretos en la Universidad de Cádiz, y que van desde la producción de bio-hidrógeno a partir de la biomasa de las algas hasta una nueva tecnología para la producción de hidrógeno a partir de residuos industriales, pasando por el aprovechamiento de residuos de biomasa algal para la obtención de biocrudo, o un trabajo para la caracterización y diagnóstico de valorización de los lodos generados en el refino de petróleo.

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Con estas becas, la Cátedra Fundación Cepsa da un paso más en su actividad de promoción e incentivación de aspectos vinculados con la formación, la investigación, la transferencia tecnológica y la difusión. Las relaciones entre la Universidad de Cádiz y Cepsa se remontan a la creación de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de Algeciras, siendo actualmente Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Algeciras. Desde entonces, se han realizado colaboraciones y firmado convenios específicos en muy diversos aspectos. Las becas nacen, en esta primera convocatoria, para potenciar los trabajos de los grupos de investigación de la UCA relacionados con la transición energética, y siguen la línea de los premios que la Cátedra concede desde su creación, que en su edición de 2022 se han concedido a trabajos fin de estudios y proyectos de investigación, patentes y publicaciones vinculadas con el sector energético y la sostenibilidad. Los premios, que ponen en valor la innovación, la originalidad y su tratamiento científico-tecnológico, además de su relevancia y aplicabilidad, han recaído este año, en la modalidad de Artículo Científico-Técnico, a Leonor María Sillero Moreno por su artículo Codigestión anaeróbica en fase de temperatura termofílica-mesofílica de lodos de depuradora, vinaza de vino y gallinaza: Efecto del tiempo de retención hidráulica en la fase mesofílica-metanogénica. También ha sido reconocido, en la modalidad de Trabajo Fin de Grado, Jose Manuel Reales González por su trabajo Adecuación de las instalaciones de suministro de combustibles para un arsenal marítimo. Además, se ha entregado una mención especial de carácter extraordinario a Irene González Muñoz por su trabajo fin de grado Integración de la Unidad de Recuperación de Gases Licuables del Petróleo (GasconII) en el tratamiento de butanos olefínicos de la planta de Cracking Catalítico Fluidizado (FCC). Finalmente, en la modalidad de patentes de invención ha resultado galardonado Ismael Romero Ocaña por un material compuesto para uso en estereolitografía y procedimiento de obtención que abre nuevas oportunidades para la industria del corcho en la zona, una curiosa forma de aprovechar los residuos generados en la fabricación de tapones para la industria vitivinícola, en la que se genera gran cantidad de polvo de corcho microparticulado, formado en el proceso de lijado de las planchas de corcho”, explica Ismael Romero. Se trata de un residuo que actualmente no tiene ningún tipo de aprovechamiento y que es desechado a industrias de tratamientos de residuos. La solución que aporta esta patente, que además encaja dentro de la economía circular, es la utilización del corcho microparticulado como aditivo para usar en la impresión 3D.

La producción de hidrógeno para su uso como fuente de energía sostenible, para vehículos y en multitud de aplicaciones, es uno de los grandes retos de la tecnología hoy en día.  El proyecto del equipo de Juan Ramón Portela, becado por Cátedra Fundación Cepsa, pretende precisamente investigar un nuevo proceso para obtener hidrógeno: la tecnología de gasificación hidrotérmica, que permitirá producir el hidrógeno a partir de residuos industriales. “Se trata de seleccionar un residuo líquido que contenga mucha materia orgánica e introducirlo en un reactor químico a alta presión y temperatura”, expone el investigador, de modo que “las moléculas se rompan y liberen todo el hidrógeno que contienen. De esta forma, podemos llegar a conseguir un doble objetivo, destruir un residuo acuoso y obtener grandes cantidades de hidrógeno”. El grupo de investigación lleva años estudiando esta nueva tecnología y en la actualidad han completado el diseño de una de las pocas plantas en Europa capaces de llevar a cabo el proceso a temperaturas de hasta 700ºC. Gracias a la beca “estamos avanzando más y mejor en el desarrollo de experimentos en dicha planta, y va a ser posible demostrar hasta dónde se puede llegar en la producción de hidrógeno a partir de los residuos líquidos que se generan en los procesos de reciclado de fibras de carbono”.

Problemas locales, soluciones globales: La acumulación del alga invasora que está afectando a los caladeros de peces de la provincia de Cádiz, además de al turismo, se va a convertir en una oportunidad gracias al proyecto liderado por Cristina Agabo, que pretende sacarles partido mediante un proceso de economía circular utilizando las algas como biomasa para producir biohidrógeno, un producto multienzimático que puede ser usado en múltiples sectores, como el alimentario, el biosanitario o el cosmético. La beca “nos va a permitir diversificar la línea de trabajo que llevamos desarrollando dentro de la biorefinería de algas”, actualmente centrada en la producción de bioplásticos, “hacia otros caminos menos explorados como puedes ser la producción de bioenergía”. La biomasa algal es también protagonista del proyecto dirigido por Jezabel Sánchez Oneto, que pretende aprovechar sus residuos para, mediante licuefacción hidrotérmica, obtener biocrudo, un equivalente renovable al petróleo con mucho futuro por delante “bien como materia prima dentro del concepto de biorrefinería o bien como combustible”. Sobre el crudo, precisamente, trata la investigación que lidera Inmaculada Ramos y que nace con la idea de valorizar los residuos -los lodos, en concreto- generados en el refino. El proyecto, tras un análisis profundo de las características de estos lodos -estudiando muestras de los parques energéticos de San Roque y La Rábida- pretende ofrecer un conjunto de soluciones que permitan su valorización. Los trabajos, explica Ramos, ya están en marcha y suponen un acercamiento “muy necesario” entre empresa y universidad, un “proceso de transferencia de conocimiento” entre el mundo académico y el de la empresa “muy interesante”.

El trabajo de un científico “no es nada fácil en los tiempos que corren”, dice Ismael Romero, pero el reconocimiento a través del premio de la Cátedra Fundación Cepsa “supone un impulso a la labor que realizamos. Que el trabajo de investigación que se ha realizado con tanto esfuerzo tenga un reconocimiento por parte de una gran empresa como es Cepsa y que además haya generado tanto interés en los medios de comunicación nos motiva a seguir trabajando con muchas ganas para crear conocimiento que sirvan a la mejora y el crecimiento de la sociedad, especialmente a nivel local y por supuesto a nivel global”, asegura el investigador, que no es único que valora la importancia de trabajar con el apoyo de una empresa como Cepsa: “una empresa de este nivel puede hacer posible que unos estudios que comienzan en la Universidad de Cádiz, puedan llegar a ser aplicados a gran escala”, comenta Juan Ramón Portela, y que, de esta forma, “la producción de hidrógeno de forma sostenible sea una realidad más cercana”. Pero los premios y becas también son importantes para los propios investigadores, como Cristina Agabo, que afronta con este su primer proyecto como Investigadora Responsable, lo que “me va a permitir desarrollar capacidades de gestión y organización” y mejorar su crecimiento curricular: “solo puedo dar las gracias a Catedra Fundación Cepsa por su apoyo y confianza, y me gustaría animar a otros investigadores noveles a dar el salto y participar en este tipo de convocatorias”.