La jornada de ayer se saldó con trece detenidos y más de 4.000 kilos de hachís incautados por la Guardia Civil en tres operaciones en la provincia de Cadiz.

Durante la madrugada, agentes de la Guardia Civil intervinieron en dos operaciones diferentes, en Algeciras y Zahara de los Atunes, en las que lograron incautar más de 3.000 kilos de hachís y una embarcación, además de detener a diez personas.

En Punta Carnero, los agentes se percataron de la intención de una embarcación que trató de desarrollar un alijo, desplegando sobre el terreno un amplio dispositivo en el que participaron agentes adscritos al Órgano de Concentración Contra el Narcotráfico (Ocon Sur) y pertenecientes al Grupo de Acción Rápida (GAR), a Seguridad Ciudadana y al Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Comandancia de Algeciras.

Los agentes de la Benemérita lograron abortar el alijo e interceptar más de 1.500 kilos de hachís en fardos, a falta de pesaje final exacto, y detener a diez personas.

La segunda de las actuaciones se llevó a cabo en Zahara de los Atunes por parte de agentes de la Comandancia de Cádiz, así como del Ocon y del Grupo de Acción Rápida.

En la operación, lograron intervenir una embarcación de unos ocho metros de eslora, con dos motores fueraborda y unos 1.600 kilos de droga.

Además, también durante la madrugada del pasado martes, la Guardia Civil detenía a otras tres personas tras conseguir interceptar una embarcación en la playa de Montijo, en Sanlúcar de Barrameda, con más de una treintena de fardos de hachís que contenían un peso de en torno a 1.000 kilos.

También a primera hora de ayer aparecía en la playa de Santa Catalina, en El Puerto de Santa María, a la altura de la urbanización El Ancla, una lancha neumática de las que se utilizan frecuentemente para transportar droga.

La lancha, que estaba cargada con bidones de combustible, fue localizada por operarios del servicio de mantenimiento de playas, que encontraron la embarcación al comenzar su servicio diario.

Poco después se procedió a su retirada y transporte a las instalaciones de la concesionaria correspondiente, sobre todo, para evitar el peligro que se desprendía por la presencia del combustible en el lugar.

La embarcación era una lancha tipo Zodiac de las que se utilizan para el transporte de droga, aunque en la zona no quedaba ya ni rastro del supuesto alijo que había transportado ni de sus tripulantes.