A estas alturas, hablar del deporte como sinónimo y garantía de salud es casi una cuestión de perogrullo. Todo el mundo sabe ya que no hay salud sin deporte, pero quizás es más desconocida su faceta solidaria, porque, efectivamente, el deporte también sirve para ayudar a la gente. Vivero de Sonrisas, es un proyecto de oncofútbol, organizado por el Proyecto Por una Sonrisa y avalado con el Premio al Valor Social de Fundación Cepsa, donde participan equipos de categorías infantil y juvenil de toda las provincias andaluzas. Niños y niñas que actualmente están siendo tratados de cáncer en los hospitales andaluces y que encuentran en actividades como esta un espacio en el que mejorar su condición emocional, psíquica y física.
El desarrollo del torneo, que se lleva a cabo bajo las bases de la práctica del futbol 7, pero careciendo del espíritu competitivo de los campeonatos convencionales, comienza con las sesiones de convivencia, entrenamiento e información de las técnicas y prácticas del deporte y el acercamiento al ecosistema más cercano a sus lugares de residencia. Vivero de Sonrisas “es un proyecto ilusionante”, cuenta Manolo Ramírez, voluntario de la asociación ‘Por una sonrisa’, en el que “intentamos potenciar y transmitir a las familias, a los espectadores y participantes en las actividades, un carácter inclusivo, respetuoso con el medio ambiente e innovador”.
El carácter inclusivo “lo enfocamos desde dos vertientes diferenciadas”. En primer lugar “somos rigurosos en redactar en las bases del torneo la participación, en las alineaciones de los equipos participantes, de niños y niñas tratados de cáncer en los hospitales andaluces en igualdad, sin distinción de sexos”. En segundo lugar, “intentamos lograr con este torneo de oncofútbol que el deporte del balompié sea el vehículo capaz de acercar al menor y adolescente oncológico al círculo social que dejaron atrás tras el diagnóstico”. Desde Por una Sonrisa “nos hemos marcado, con Vivero de Sonrisas, una meta didáctica” donde el menor y adolescente participante “combinará la práctica del deporte con una experiencia enriquecedora acercándoles al valor de la biodiversidad” con actividades como la creación de ecosistemas periurbanos en los municipios de la Comarca del Campo de Gibraltar mediante la plantación de especies autóctonas de cada lugar de origen de los equipos, las cuales irán aumentando con la celebración de las posteriores convocatorias anuales.
Esta mezcla de deporte, inclusión social y el respeto por el medio ambiente aplica a Vivero de Sonrisas el carácter innovador que diferencia este proyecto de otras iniciativas similares donde el deporte es el contenido único del mismo. “Entendemos” -dice Manolo Ramírez- que celebrar este evento, que carecerá de carácter competitivo, y sumarle el acercamiento a lo natural con la creación de arboledas perennes en los municipios, influirá en la condición emocional, psíquica y física de los niños y niñas de forma muy positiva”.
La consecución del Premio al Valor Social de Fundación Cepsa ha sido “esencial” para poder celebrar el torno, no en vano “cada vez que trabajamos en un nuevo proyecto comienza la fase de buscar financiación, y entre las financiaciones se encuentran las subvenciones y premios, como el de Fundación Cepsa”, razón de más para estar “eternamente agradecidos”, confiesa Ramírez.
Por una sonrisa es un proyecto cuyo objetivo es regalar sonrisas a todos los niños con cáncer y a sus familias, para ayudarles a luchar diariamente contra esa enfermedad.
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