Construir una sociedad cada vez más justa y solidaria no parece que sea un objetivo sencillo a simple vista, aunque quizás no es tan difícil si se empieza desde abajo, desde lo primero de todo: desde las personas. Esa es la idea bajo la que la Asociación Victoria Kent intenta cada día cambiar la situación de los colectivos que están en riesgo o en exclusión social, actuando desde muy diversos ámbitos y proyectos. ‘Sanitatem mentis: Sensibilización sobre la salud mental en jóvenes y adolescentes’ es un proyecto de la Asociación Victoria Kent que acaba de recibir el respaldo del Premio al Valor Social de Fundación Cepsa y que permitirá llevar a cabo talleres formativos e informativos a familiares (padres, madres, tutores) de uno de los colectivos sin duda más vulnerables y necesitados del apoyo de todos: los  menores.

La innovación de este proyecto se presenta, por un lado, en “trabajar en ámbito de la salud mental en jóvenes, ya que existen datos muy alarmantes sobre este aspecto”, tanto en el ámbito de enfermedades como de suicidios, como asegura Encarni Badillo, presidenta de la asociación Victoria Kent.. Por otro lado, trabajar desde el aspecto parental, es decir, “dotar a los padres, madres y/o tutores legales de la herramientas e información necesaria para poder detectar este tipo de problemas, y saber afrontarlos”.

Identificar el problema

En muchos casos los/as adolescentes y jóvenes, se encuentran en un proceso de cambio durante la pubertad y esto hace que los familiares “no sepan identificar los indicios que se puedan presentar relevantes a fenómenos relacionados con la salud mental”. A día de hoy, “desde nuestra entidad hemos identificado que la salud mental es una problemática sobre la que falta mucha información, y sobre todo desde la administración pública”, por lo que este proyecto se presenta como una herramienta para que los familiares tengan la información y la formación necesarias, así como “un lugar de asesoramiento sobre las diversas situaciones que se pueden presentar relacionas con la salud mental y los y las adolescentes”. La calidad de vida, defiende Encarni Badillo, no solo se basa en tener las necesidades básicas cubiertas, sino también en “conocer diversos aspectos globales del día a día y de la crianza que se puedan presentar”, como pueden ser las “diversas situaciones enfocadas a la salud mental”. Porque, aunque los beneficiario directos del proyecto sean los familiares, son los menores quienes sufren las consecuencias de los problemas de salud mental y, al fin y al cabo, los beneficiarios indirectos de este proyecto premiado por Fundación Cepsa.

Los talleres se realizan de forma presencial, compaginando parte teórica y práctica, para dotar a los usuarios del programa de diferentes herramientas para hacer frente a las situaciones identificadas como problemas salud mental: depresión, ansiedad, trastornos de comportamiento, alertas sobre suicidio, gestión de conflictos, etc.. Durante las sesiones formativas se cuenta, además, con una ludoteca para que las personas asistentes tuvieran un lugar donde dejar a los menores a su cargo.

La Asociación de Mujeres Progresistas “Victoria Kent” lleva desde 1991 atendiendo a población en situación de alta vulnerabilidad social. Mujeres en situación de exclusión social, víctimas de violencia de género, menores en situación de vulnerabilidad, población inmigrante, población reclusa, población vulnerable en salud, víctimas de trata con fines de explotación sexual o mayores… “todos ellos son colectivos destacados de la intervención de nuestra entidad, tal y como se recoge en los fines detallados en nuestros Estatutos”.

Acción diversificada

La intervención directa con estos colectivos se ha venido articulando con proyectos y actividades de sensibilización para la promoción de la igualdad de oportunidades (tanto igualdad de género como igualdad de trato), prevención de la violencia en todas sus facetas -pero especialmente la violencia de género y violencia entre iguales-, promoción de los Derechos Humanos, refuerzo de los valores de convivencia intercultural y empoderamiento de los colectivos en riesgo de exclusión social. Para el cumplimiento de esta Misión, “es preciso el desarrollo de una serie de acciones diversificadas, por las que nuestra entidad ha venido apostando durante todos estos años, y que han requerido una inversión en recursos personales y materiales”. Progresivamente, la entidad ha ido ampliando tanto el número y tipo de colectivos de intervención como el de acciones a desarrollar y ámbitos de intervención, merced al diagnóstico continuado que mantiene de la realidad social circundante y el análisis de las demandas recibidas desde la población atendida.

El Premio al Valor Social concedido a la Asociación es “un gran reconocimiento que nos anima a continuar en nuestra labor iniciada ya hace 3 décadas y que vemos necesario seguir realizando dadas las necesidades existentes que no son cubiertas por los estamentos públicos”, asegura Badillo.