Desalojan a una familia tras ocupar una vivienda prefabricada de La Chanca
La Policía Local y Juana Garrido convencen al padre para que abandonen la casa horas después de entrar por la fuerza
Una familia ocupó en la mañana de ayer una vivienda prefabricada ubicada en la zona de La Chanca donde el Consistorio ha anunciado la futura construcción de una promoción inmobiliaria de carácter social.
La desesperación y el no poder soportar durante más tiempo las condiciones de una infravivienda repleta de humedades y deteriorada, hizo que la familia de Ángel Molina Díaz se aventurara a ocupar una de las viviendas de La Chanca que, a raíz del sorteo de las viviendas de Santo Domingo de Guzmán del pasado viernes, quedará desocupada por sus antiguos inquilinos.
Visiblemente nervioso, Ángel Molina atendía ayer a las indicaciones del jefe de la Policía Local que le conminaba a abandonar la vivienda que momentos después fue desmantelada por los operarios municipales. Según el hombre, su situación y la de su familia es "insostenible". "Vivo en una casa por la que pago 600 euros y se me está cayendo en lo alto. No se puede respirar debido a las humedades -las manchas negras están presentes en todas las pequeñas habitaciones- y tengo niños pequeños a mi cargo", señaló Molina, quien esperó durante toda la noche del domingo a que por la mañana la familia desalojara el inmueble para aprovechar y colarse con su mujer y sus dos hijos en la prefabricada.
Mientras los antiguos inquilinos sacaban sus enseres, Ángel se hacia fuerte en la prefabricada y se negaba a desocuparla a pesar de las advertencias de los agentes. El propio "ocupa" mantuvo una comunicación telefónica con la edil de Vivienda, Juana Garrido, quién le indicó la necesidad de deponer su actitud y le aseguró que desde el Consistorio se intentaría buscar una solución a su difícil situación. "¿Mi niño dónde se queda, Juani?" le preguntaba a la concejal el joven quien señalaba que con tres niños a su cargo, un trabajo de dos horas de su mujer y la crisis de la flota pesquera -se dedica a la pesca- le es imposible por más tiempo hacer frente a un alquiler de 600 euros.
Después de unas horas, el joven abandonaba desalentado la prefabricaba y nos conducía hasta su vivienda para comprobar las lamentables condiciones en las que viven. El joven anunció que hoy acudirá al Consistorio y confía en que le ofrezcan una solución. De no ser así, no descarta encerrarse en el edificio Consistorial.
El anuncio del alcalde, Miguel Manella y de la edil de Vivienda, Juana Garrido, de la construcción de nuevas promociones de carácter social no parecen tranquilizar a las economías familiares más desfavorecidas de la ciudad y la ocupación de estas prefabricadas puede ser un efecto que se produzca tras la celebración del sorteo de las últimas viviendas.
Ya ocurrió algo similar cuando entregaron las llamadas "casas del Cable". La prefabricadas ya están siendo desalojadas por los beneficiarios de las promociones sociales y, debido a la carestía acentuada por la crisis económica y a la carencia de viviendas asequibles en el municipio tarifeño, son muchas las personas que optan por dar una patada a una puerta y ocupar una de estas viviendas.
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